Josué 13:1-14:15; Lucas18:1-17; Salmos 85; Proverbios 13:7-8 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Josué 13-14 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
La
tierra aún por conquistar
13
Cuando Josué ya era anciano, el Señor le dijo: «Estás envejeciendo y todavía
queda mucha tierra por conquistar. 2 Aún faltan todas las regiones de los
filisteos y de los gesureos, 3 y el territorio más extenso de los cananeos, el
cual se extiende desde el arroyo de Sihor, en la frontera con Egipto, hasta los
límites de Ecrón, al norte. Abarca el territorio de los cinco gobernantes
filisteos de Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón. También falta por conquistar la
tierra de los aveos, 4 al sur. En el norte, la siguiente área tampoco está
conquistada aún: toda la tierra de los cananeos, incluso Mehara (lugar que
pertenece a los sidonios), que se extiende al norte hasta Afec, en la frontera
con los amorreos; 5 la tierra de los giblitas y toda la región de montañas del
Líbano, que está hacia el oriente, desde Baal-gad, al pie del monte Hermón,
hasta Lebo-hamat; 6 y toda la zona montañosa desde el Líbano hasta
Misrefot-maim, incluida toda la tierra de los sidonios.
»Yo
mismo iré expulsando a esos pueblos de la tierra del paso de los israelitas.
Así que asegúrate de darle esta tierra a Israel como una preciada posesión, tal
como te lo ordené. 7 Incluye todo este territorio como posesión de Israel
cuando repartas la tierra entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés».
División
de la tierra al oriente del Jordán
8
La media tribu de Manasés, la tribu de Rubén y la tribu de Gad ya habían
recibido sus respectivas porciones de tierra al oriente del Jordán, pues
Moisés, siervo del Señor, se las había asignado anteriormente.
9
Ese territorio se extendía desde Aroer, en el límite del valle de Arnón
(incluida la ciudad que está en medio del valle), hasta la llanura que está
pasando Medeba, tan lejos como Dibón. 10 También incluía todas las ciudades de
Sehón, rey de los amorreos —quien había reinado en Hesbón—, y se extendía tan
lejos como las fronteras con Amón. 11 Abarcaba Galaad, el territorio de los
reinos de Gesur y Maaca, todo el monte Hermón, todo Basán hasta Salca 12 y todo
el territorio de Og, rey de Basán, quien había reinado en Astarot y Edrei. El
rey Og fue el último de los refaítas, porque Moisés los había atacado y
expulsado. 13 Pero los israelitas no expulsaron a la gente de Gesur y de Maaca,
así que esos pueblos siguen viviendo entre los israelitas hasta el día de hoy.
Una
porción para la tribu de Leví
14
Moisés no asignó ninguna porción de tierra a los de la tribu de Leví. En
cambio, como el Señor les había prometido, su porción provenía de las ofrendas
quemadas en el altar del Señor, Dios de Israel.
La
tierra entregada a la tribu de Rubén
15
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la tribu de Rubén:
16
Ese territorio se extendía desde Aroer, en el límite del valle del Arnón
(incluida la ciudad que está en medio del valle), hasta la llanura que está
pasando Medeba. 17 Incluía Hesbón y las otras ciudades de la llanura: Dibón,
Bamot-baal, Bet-baal-meón, 18 Jahaza, Cademot, Mefaat, 19 Quiriataim, Sibma,
Zaret-sahar en la colina situada sobre el valle, 20 Bet-peor, las laderas del
Pisga y Bet-jesimot.
21
La tierra de Rubén también abarcaba todas las ciudades de la llanura y todo el
reino de Sehón. Sehón era el rey amorreo que había reinado en Hesbón y había
muerto a manos de Moisés junto con los líderes de Madián —Evi, Requem, Zur, Hur
y Reba—, príncipes que vivían en la región y aliados de Sehón. 22 Los
israelitas también habían matado a Balaam, hijo de Beor, quien usaba magia para
predecir el futuro. 23 El río Jordán marcaba el límite occidental de la tribu
de Rubén. A los clanes de la tribu de Rubén se les dieron las ciudades y las
aldeas vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.
La
tierra entregada a la tribu de Gad
24
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la tribu de Gad:
25
Ese territorio incluía Jazer, todas las ciudades de Galaad y la mitad de la
tierra de Amón tan lejos como la ciudad de Aroer, justo al occidente de[a]
Rabá. 26 Se extendía desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim, y desde Mahanaim
hasta Lo-debar.[b] 27 En el valle, se encontraban las ciudades de Bet-aram,
Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sehón, rey de Hesbón. La
frontera occidental se extendía a lo largo del río Jordán, su extremo norte
llegaba hasta la punta del mar de Galilea[c] y luego giraba hacia el oriente.
28 A los clanes de la tribu de Gad se les dieron las ciudades y las aldeas
vecinas de ese territorio para que fueran su hogar.
La
tierra entregada a la media tribu de Manasés
29
Moisés había asignado la siguiente porción a los clanes de la media tribu de
Manasés:
30
Ese territorio se extendía desde Mahanaim y abarcaba todo Basán, todo el
antiguo reino del rey Og y las sesenta ciudades de Jair, en Basán. 31 También
incluía la mitad de Galaad y Astarot y Edrei, ciudades de la realeza que
pertenecían al rey Og. Todo eso se les entregó a los clanes de los
descendientes de Maquir, hijo de Manasés.
32
Esa fue la asignación de tierras que Moisés había hecho mientras estaba en las
llanuras de Moab, al otro lado del río Jordán, al oriente de Jericó. 33 Sin
embargo, Moisés no dio ninguna porción de tierra a la tribu de Leví, porque el
Señor, Dios de Israel, había prometido que él mismo sería su porción.
División
de la tierra al occidente del Jordán
14
Las demás tribus de Israel recibieron porciones de tierra en Canaán asignadas
por el sacerdote Eleazar, por Josué, hijo de Nun, y por los jefes de las
tribus. 2 Esas nueve tribus y media recibieron sus porciones de tierra mediante
un sorteo sagrado, según el mandato que el Señor había dado por medio de
Moisés. 3 Moisés ya les había asignado una porción de tierra a las dos tribus y
media que estaban al oriente del río Jordán, pero no había entregado ninguna
porción a los levitas. 4 Los descendientes de José se habían separado en dos
tribus distintas: Manasés y Efraín. Y a los levitas no se les dio ninguna
porción de tierra, únicamente ciudades donde vivir, rodeadas de pastizales para
sus animales y posesiones. 5 De modo que se distribuyó la tierra exactamente
según las órdenes que el Señor había dado a Moisés.
Caleb
solicita su tierra
6
Una delegación de la tribu de Judá, dirigida por Caleb, hijo de Jefone, el
cenezeo, se presentó ante Josué, quien estaba en Gilgal. Caleb le dijo a Josué:
«Recuerda lo que el Señor le dijo a Moisés, hombre de Dios, acerca de ti y de
mí cuando estábamos en Cades-barnea. 7 Yo tenía cuarenta años cuando Moisés,
siervo del Señor, me envió desde Cades-barnea a que explorara la tierra de
Canaán. Regresé y di un informe objetivo de lo que vi, 8 pero los hermanos que
me acompañaron asustaron tanto al pueblo que nadie quería entrar en la Tierra
Prometida. Por mi parte, seguí al Señor mi Dios con todo mi corazón. 9 Así que,
ese día, Moisés me prometió solemnemente: “La tierra de Canaán, por donde
recién caminaste, será tu porción de tierra y la de tus descendientes para
siempre, porque seguiste al Señor mi Dios con todo tu corazón”.
10
»Ahora, como puedes ver, en todos estos cuarenta y cinco años desde que Moisés
hizo esa promesa, el Señor me ha mantenido con vida y buena salud tal como lo
prometió, incluso mientras Israel andaba vagando por el desierto. Ahora tengo
ochenta y cinco años. 11 Estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa
travesía y aún puedo andar y pelear tan bien como lo hacía entonces. 12 Así que
dame la zona montañosa que el Señor me prometió. Tú recordarás que, mientras
explorábamos, encontramos allí a los descendientes de Anac, que vivían en
grandes ciudades amuralladas. Pero si el Señor está conmigo, yo los expulsaré
de la tierra, tal como el Señor dijo».
13
Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Jefone, y le dio Hebrón como su
asignación de tierra. 14 Hebrón todavía pertenece a los descendientes de Caleb,
hijo de Jefone, el cenezeo, porque él siguió al Señor, Dios de Israel, con todo
su corazón. 15 (Antiguamente Hebrón se llamaba Quiriat-arba. Llevaba el nombre
de Arba, un gran héroe de los descendientes de Anac).
Y
la tierra descansó de la guerra.
Footnotes:
13:25 En hebreo enfrente de.
13:26 En hebreo Li-debir; parece ser una
variante de Lo-debar (comparar 2 Sm 9:4; 17:27; Am 6:13).
13:27 En hebreo mar de Cineret.
Nueva
Traducción Viviente (NTV)
La
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Lucas 18:1-17 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
Parábola
de la viuda persistente
18
Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que
siempre debían orar y nunca darse por vencidos. 2 «Había un juez en cierta
ciudad —dijo—, que no tenía temor de Dios ni se preocupaba por la gente. 3 Una
viuda de esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame justicia
en este conflicto con mi enemigo”. 4 Durante un tiempo, el juez no le hizo
caso, hasta que finalmente se dijo a sí mismo: “No temo a Dios ni me importa la
gente, 5 pero esta mujer me está volviendo loco. Me ocuparé de que reciba
justicia, ¡porque me está agotando con sus constantes peticiones!”».
6
Entonces el Señor dijo: «Aprendan una lección de este juez injusto. 7 Si hasta
él dio un veredicto justo al final, ¿acaso no creen que Dios hará justicia a su
pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta? 8
Les digo, ¡él pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombre[a]
regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra?».
Parábola
del fariseo y el cobrador de impuestos
9
Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en
su propia rectitud y despreciaban a los demás: 10 «Dos hombres fueron al templo
a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos. 11
El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración:[b] “Te
agradezco, Dios, que no soy un pecador como todos los demás. Pues no engaño, no
peco y no cometo adulterio. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! 12
Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.
13
»En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se
atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba, sino que golpeó su pecho
en señal de dolor mientras decía: “Oh Dios, ten compasión de mí, porque soy un
pecador”. 14 Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su
casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán
humillados, y los que se humillan serán exaltados».
Jesús
bendice a los niños
15
Cierto día, algunos padres llevaron a sus hijitos a Jesús para que él los
tocara y los bendijera; pero cuando los discípulos vieron esto, regañaron a los
padres por molestarlo.
16
Entonces Jesús llamó a los niños y dijo a los discípulos: «Dejen que los niños
vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son
como estos niños. 17 Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como
un niño nunca entrará en él».
Footnotes:
18:8 «Hijo del Hombre» es un título que
Jesús empleaba para referirse a sí mismo.
18:11 Algunos manuscritos dicen El fariseo
se puso de pie e hizo la siguiente oración para sí mismo.
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Salmos 85 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
Salmo
85
Para
el director del coro: salmo de los descendientes de Coré.
1
¡Señor,
tú derramaste bendiciones sobre tu tierra!
Devolviste el bienestar a Israel.[a]
2
Perdonaste
la culpa de tu pueblo;
sí, cubriste todos sus pecados. Interludio
3
Contuviste
tu furia
y refrenaste tu enojo encendido.
4
Ahora,
restáuranos, oh Dios de nuestra salvación;
aparta tu enojo de nosotros una vez más.
5
¿Seguirás
enojado con nosotros para siempre?
¿Extenderás tu ira a todas las
generaciones?
6
¿No
volverás a darnos vida,
para que tu pueblo pueda alegrarse en ti?
7
Muéstranos
tu amor inagotable, oh Señor,
y concédenos tu salvación.
8
Presto
mucha atención a lo que dice Dios el Señor,
pues él da palabras de paz a su pueblo
fiel.
Pero no le permitas volver a sus necios
caminos.
9
Sin
duda, la salvación de Dios está cerca de los que le temen,
por lo tanto, nuestra tierra se llenará de
su gloria.
10
El
amor inagotable y la verdad se encontraron;
¡la justicia y la paz se besaron!
11
La
verdad brota desde la tierra,
y la justicia sonríe desde los cielos.
12
Sí,
el Señor derrama sus bendiciones,
y nuestra tierra dará una abundante
cosecha.
13
La
justicia va delante de él como un heraldo,
preparando el camino para sus pasos.
Footnotes:
85:1 En hebreo a Jacob. Ver nota en 44:4.
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Proverbios 13:7-8 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
7
Hay
quienes son pobres y se hacen pasar por ricos;
hay otros que, siendo ricos, se hacen pasar
por pobres.
8
El
rico puede pagar rescate por su vida,
pero al pobre ni siquiera lo amenazan.
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