Deuteronomio 21:1-22:30; Lucas 9:51-10:12; Salmos 74; Proverbios 12:11 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Deuteronomio 21-22 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Homicidios
sin autor evidente
21
»Si en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión se halla alguien muerto
y tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató, 2 entonces tus ancianos y
tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades más cercanas al
muerto. 3 Los ancianos de la ciudad más cercana al muerto tomarán del ganado
una becerra a la que no se haya hecho trabajar ni se le haya puesto yugo, 4 y
esos mismos ancianos llevarán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya
sido arado ni sembrado, y allí en el valle le romperán el cuello a la becerra.
5 Se acercarán entonces los sacerdotes hijos de Leví, que son los escogidos por
el Señor tu Dios para servirle y para bendecir en su nombre, y el veredicto de
ellos pondrá fin a toda disputa y toda ofensa. 6 Luego, todos los ancianos de
esa ciudad más cercana al muerto se lavarán las manos sobre la becerra a la que
se rompió el cuello en el valle, 7 y harán constar: “Nosotros nada tuvimos que
ver con esta muerte, ni tampoco vimos lo que sucedió. 8 Señor, perdona a tu
pueblo Israel, al cual redimiste, y no lo culpes de derramar sangre inocente.”
Así esta muerte les será perdonada 9 y, si haces lo recto a los ojos del Señor,
no cargarás con la culpa de que un inocente haya sido muerto en tu medio.
Otras
leyes
10
»Cuando salgas a combatir a tus enemigos, y el Señor tu Dios los ponga en tus
manos y tomes prisioneros, 11 si ves entre los cautivos una mujer hermosa y,
atraído por ella, la tomas por mujer, 12 deberás llevarla a tu casa y hacer que
ella se rape la cabeza y se corte las uñas; 13 se quitará entonces el vestido
de prisionera y se quedará en tu casa, y un mes entero llorará por su padre y
por su madre; después de eso podrás allegarte a ella, y tú serás su marido y
ella será tu mujer. 14 Pero si no te agrada, no podrás venderla a cambio de dinero
ni tratarla como esclava. Tendrás que dejarla en libertad, puesto que la has
humillado.
15
»Si un hombre tiene dos mujeres, y a una de ellas la ama pero a la otra la
aborrece, si las dos le dan hijos pero el primogénito es de la aborrecida, 16
cuando llegue el día de repartir su herencia no podrá otorgar al hijo de la
esposa amada el derecho de primogenitura, en perjuicio del hijo de la esposa
aborrecida, que es realmente el primogénito, 17 sino que reconocerá como
primogénito al hijo de la aborrecida y le dará doble porción de la herencia que
le corresponde a cada uno de sus hijos. Porque ese hijo fue el primero que
tuvo, y a él le corresponde el derecho de primogenitura.
18
»Si alguien tiene un hijo testarudo y rebelde, que no atiende a la voz de su
padre ni a la de su madre, y que no los obedece a pesar de que lo castigan, 19
entonces su padre y su madre lo llevarán ante los ancianos, a la entrada de la
ciudad donde viva, 20 y dirán a los ancianos de la ciudad: “Este hijo nuestro
es testarudo y rebelde; no atiende a lo que le decimos, y además es glotón y
borracho.” 21 Entonces todos los hombres de la ciudad lo apedrearán, y así
morirá, para que quites de en medio de ti el mal, y todo Israel lo sabrá y
temerá.
22
»Si alguien comete un crimen que merezca la muerte, y lo haces morir y lo
cuelgas de un árbol, 23 no dejen que su cuerpo se quede en ese árbol toda la
noche. Lo enterrarás ese mismo día, porque quien es colgado de un árbol está
bajo la maldición de Dios. No contamines la tierra que el Señor tu Dios te da
en posesión.
22
»Si ves que el buey o el cordero de un compatriota tuyo anda extraviado, no le
niegues tu ayuda; devuélveselo. 2 Pero si este compatriota tuyo no es tu
vecino, o no lo conoces, guarda el animal en tu casa, y tenlo contigo hasta que
tu compatriota lo busque; entonces se lo devolverás. 3 Y lo mismo harás con su
asno, y con su ropa, y con todo lo que tu compatriota pierda y tú lo
encuentres. No debes negarle tu ayuda. 4 Si ves caído en el camino un asno o un
buey propiedad de tu compatriota, no te hagas a un lado; ¡ayúdalo a levantarlo!
5
»La mujer no debe ponerse ropa de hombre, ni el hombre debe ponerse ropa de
mujer, pues todo el que hace esto resulta repugnante al Señor tu Dios.
6
»Cuando en el camino encuentres en algún árbol, o sobre el suelo, un nido de
pájaros con pollos o huevos, y con la madre echada sobre ellos, no te lleves a
la madre con los hijos; 7 deja ir a la madre, y quédate con los pollos. Así te
irá bien y vivirás mucho tiempo.
8
»Cuando construyas una casa nueva, hazla con un pretil en la azotea para que,
si alguien llegara a caerse y se muriera, no eches sobre tu casa la culpa de
esa muerte.
9
»No siembres en tu viña semillas diferentes, para que no se pierdan la semilla
que sembraste y el fruto de la viña.
10
»No ares con yunta de buey y asno.
11
»No uses ropa de lana mezclada con lino.
12
»Pondrás flecos en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
Leyes
sobre la castidad
13
»Cuando alguien tome una mujer por esposa, y después de haberse allegado a ella
deje de amarla 14 y le atribuya faltas que den de qué hablar, y diga: “Tomé por
esposa a esta mujer y, al allegarme a ella, me encontré con que ya no era
virgen”, 15 entonces el padre y la madre de la joven tomarán las señales de la
virginidad de la doncella y las presentarán ante los ancianos, a la entrada de
la ciudad, 16 y el padre de la joven les dirá a los ancianos: “Yo le di a este
hombre mi hija por mujer, y ahora resulta que él la aborrece 17 y le atribuye
faltas que dan de qué hablar. Alega que no ha hallado virgen a mi hija. ¡Pero
miren ustedes mismos las pruebas de su virginidad!” Entonces extenderán la
sábana a la vista de los ancianos de la ciudad, 18 y los ancianos aprehenderán
al hombre y lo castigarán, 19 y le impondrán una multa de cien piezas de plata,
las cuales se entregarán al padre de la joven por haberse difamado a una
doncella de Israel. Además, tendrá que recibirla como su esposa, y no podrá
despedirla mientras él tenga vida.
20
»Pero si resulta verdad que la joven ya no era virgen, 21 entonces la sacarán
hasta la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la
apedrearán hasta que muera, por haber incurrido en la vileza de tener
relaciones sexuales en casa de su padre. Así quitarás el mal de en medio de
Israel.
22
»Si alguien es sorprendido acostándose con una mujer casada, tanto el hombre
como la mujer serán condenados a muerte. Así quitarás el mal de Israel.
23
»Si alguien encuentra en la ciudad a una muchacha virgen ya comprometida en
matrimonio, y se acuesta con ella, 24 llevarán a los dos hasta la entrada de la
ciudad, y allí los matarán a pedradas; a la joven, por estar en la ciudad y no
haber gritado ni pedido ayuda; y al hombre, por haber humillado a la mujer de
su prójimo. Así quitarás el mal de en medio de ti.
25
»Si alguien encuentra en el campo a una joven ya comprometida en matrimonio, y
la viola, morirá solamente el hombre por forzarla a acostarse con él. 26 A la
joven no le harás nada, pues no ha hecho nada que merezca la muerte. Es el
mismo caso de alguien que ataca a su prójimo y le quita la vida, 27 porque él
encontró en el campo a la joven comprometida, ella pidió ayuda, y no hubo nadie
que la ayudara.
28
»Cuando alguien halle a una doncella aún no comprometida, y la fuerce a
acostarse con él, y sean descubiertos, 29 el que forzó a la joven dará al padre
de ella cincuenta piezas de plata, y la joven será su mujer. Por haberla
humillado, no podrá despedirla mientras él viva.
30
»Nadie debe profanar el lecho de su padre ni tomar por mujer a la esposa de su
padre.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Lucas 9:51-10:12 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Jesús
reprende a Jacobo y a Juan
51
Se acercaba el tiempo en que Jesús había de ser recibido arriba, así que
resolvió con firmeza dirigirse a Jerusalén. 52 Envió mensajeros delante de él,
y ellos se fueron y entraron en una aldea samaritana para prepararle todo; 53
pero los de allí no lo recibieron porque se dieron cuenta de que su intención
era ir a Jerusalén. 54 Al ver esto, sus discípulos Jacobo y Juan dijeron:
«Señor, ¿quieres que mandemos que caiga fuego del cielo, como hizo Elías, para
que los destruya?» 55 Pero Jesús se volvió y los reprendió. [Y les dijo:
«Ustedes no saben de qué espíritu son. 56 Porque el Hijo del Hombre no ha
venido a quitarle la vida a nadie, sino a salvársela.»][a] Y se fueron a otra
aldea.
Los
que querían seguir a Jesús
57
Mientras seguían su camino, alguien le dijo: «Señor, yo te seguiré adondequiera
que vayas.» 58 Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves de los
cielos tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su
cabeza.» 59 Y a otro le dijo: «Sígueme.» Aquél le respondió: «Señor, permíteme
ir primero a enterrar a mi padre.» 60 Pero Jesús le dijo: «Deja que los muertos
entierren a sus muertos. Tú, ve y anuncia el reino de Dios.» 61 Otro también le
dijo: «Señor, yo te seguiré; pero antes déjame despedirme de los que están en
mi casa.» 62 Jesús le dijo: «Nadie que mire hacia atrás, después de poner la
mano en el arado, es apto para el reino de Dios.»
Misión
de los setenta y dos
10
Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos, y de dos en dos los
envió delante de él a todas las ciudades y lugares adonde él tenía que ir. 2
Les dijo: «Ciertamente, es mucha la mies, pero son pocos los segadores. Por
tanto, pidan al Señor de la mies que envíe segadores a cosechar la mies. 3 Y
ustedes, pónganse en camino. Pero tengan en cuenta que yo los envío como a
corderos en medio de lobos. 4 No lleven bolsa, ni alforja, ni calzado; ni se
detengan en el camino a saludar a nadie. 5 En cualquier casa adonde entren,
antes que nada digan: “Paz a esta casa.” 6 Si allí hay gente de paz, la paz de
ustedes reposará sobre esa gente; de lo contrario, la paz volverá a ustedes. 7
Quédense en esa misma casa, y coman y beban lo que les den, porque el obrero es
digno de su salario. No vayan de casa en casa. 8 En cualquier ciudad donde
entren, y los reciban, coman lo que les ofrezcan. 9 Sanen a los enfermos que
allí haya, y díganles: “El reino de Dios se ha acercado a ustedes.” 10 Pero si
llegan a alguna ciudad y no los reciben, salgan a la calle y digan: 11 “Hasta
el polvo de su ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra
ustedes. Pero sepan que el reino de Dios se ha acercado a ustedes.” 12 Yo les
digo que, en aquel día, el castigo para Sodoma será más tolerable que para
aquella ciudad.
Footnotes:
Lucas 9:56 El texto que aparece entre
corchetes se halla sólo en mss. tardíos.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Salmos 74 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Súplica
en contra del enemigo
Masquil
de Asaf.
74
Dios nuestro, ¿por qué nos has desechado para siempre?
¿Por
qué te has enojado contra las ovejas de tu prado?
2
Acuérdate
de tu congregación,
la
que adquiriste desde tiempos antiguos,
la
que rescataste para hacer de ella tu propio pueblo;
acuérdate
del monte Sión, donde has habitado.
3
Ven
a ver estas ruinas interminables:
¡mira
cuánto daño ha hecho el enemigo en tu santuario!
4
En
medio de tus asambleas tus enemigos vociferan;
han
izado sus banderas en señal de victoria.
5
Levantan
sus hachas y hacen destrozos,
como
leñadores en medio de un tupido bosque.
6
¡Todos
los tallados en madera
los
han hecho pedazos con sus hachas y martillos!
7
¡Le
han prendido fuego a tu santuario!
¡Han
profanado y derribado el tabernáculo a tu nombre!
8
Se
dijeron: «¡Destruyamos todo de una vez!»,
y
quemaron todas las sinagogas de Dios en la tierra.
9
¡Ya
no vemos nuestras banderas!
¡Ya
no hay profetas entre nosotros,
ni
nadie que nos diga cuánto más tenemos que aguantar!
10
Dios
nuestro, ¿hasta cuándo nos afrentará el enemigo?
¿Hasta
cuándo el enemigo ofenderá tu nombre?
11
¿Por
qué te quedas cruzado de brazos?
¿Por
qué escondes en el pecho tu diestra?
12
Dios
mío, tú eres mi rey desde tiempos antiguos;
tú
eres quien salva en medio de la tierra.
13
Con
tu poder; partiste el mar en dos
y
en las aguas rompiste las cabezas de los monstruos.
14
Aplastaste
las cabezas del leviatán,
y
lo diste por comida a los habitantes del desierto.
15
Abriste
los manantiales y los ríos,
y
dejaste secos torrentes impetuosos.
16
Tuyo
es el día, tuya es también la noche,
pues
tú estableciste el sol y la luna.
17
Tú
estableciste todos los límites de la tierra,
y
formaste el verano y el invierno.
18
Acuérdate,
Señor, que el enemigo te ha ofendido,
y
que un pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
19
¡No
entregues a las fieras la vida de tus tórtolas!
¡No
olvides para siempre a tu pueblo afligido!
20
Acuérdate
del pacto que hiciste con nosotros,
pues
la tierra está llena de oscuridad y violencia.
21
No
permitas que los afligidos sean avergonzados;
así
alabarán tu nombre los afligidos y los menesterosos.
22
Dios
mío, ¡levántate y defiende tu causa!
Acuérdate
que los necios te ofenden cada día.
23
No
te olvides de los gritos de tus enemigos,
cuyo
alboroto a todas horas va en aumento.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Proverbios 12:11 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
11
El
que labra su tierra se sacia de pan,
pero
el amigo de vagos no tiene cordura.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
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© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
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