Sunday, April 19, 2020

DAB Español, Lunes 20 de Abril

Día 111, DAB Español, Lunes 20 de Abril

Josué 21:1-22:20; Lucas 20:1-26; Salmos 89:1-13; Proverbios 13:15-16 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))






Josué 21:1-22:20 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Ciudades levíticas

21 Los cabezas de familia de los levitas se presentaron al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia de las tribus de Israel, 2 en Siló, en el país de Canaán, y les dijeron:

— El Señor ordenó, por medio de Moisés, que se nos proporcionaran ciudades donde residir, con lugares de pasto para nuestro ganado.

3 Los israelitas, atendiendo el mandato del Señor, proporcionaron a los levitas, de su propia heredad, las siguientes ciudades con sus correspondientes lugares de pasto.

4 Hecho el sorteo para los clanes de Queat, correspondieron a una parte de estos levitas, descendientes del sacerdote Aarón, trece ciudades de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. 5 A los restantes hijos de Queat, por clanes, les correspondieron diez ciudades de las tribus de Efraín, de Dan y de media tribu de Manasés. 6 A los hijos de Guersón, por clanes, les correspondieron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y de la otra media tribu de Manasés, en Basán. 7 A los hijos de Merarí, por clanes, les correspondieron doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

8 Y estas fueron las ciudades que, con sus correspondientes lugares de pasto, los israelitas asignaron a los levitas por sorteo, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés:

9 De la tribu de Judá y de la tribu de Simeón les asignaron las ciudades que se nombran a continuación. 10 A los descendientes de Aarón pertenecientes al clan de Queat, hijo de Leví, les correspondió la primera suerte, 11 a saber: Quiriat Arbá (ciudad del padre de Anac), o sea Hebrón, en la montaña de Judá, con los correspondientes lugares de pasto, 12 si bien la campiña de esta ciudad con sus aldeas se la habían dado en propiedad a Caleb, hijo de Jefuné. 13 Además de Hebrón (que era ciudad de asilo para los homicidas) con sus correspondientes lugares de pasto, se asignaron a los descendientes de Aarón: Libná, 14 Jatir, Estemoa, 15 Jolón, Debir, 16 Asán, Jutá y Bet Semes, todas ellas con sus correspondientes lugares de pasto: un total de nueve ciudades pertenecientes a esas dos tribus. 17 De la tribu de Benjamín les asignaron las ciudades de Gabaón, Gueba, 18 Anatot y Almón, todas ellas con sus correspondientes lugares de pasto: un total de cuatro ciudades. 19 El total de ciudades asignadas a los sacerdotes descendientes de Aarón fue de trece con sus correspondientes lugares de pasto.

20 A los otros clanes queatitas (los restantes levitas descendientes de Queat), les correspondieron en suerte ciudades de la tribu de Efraín. 21 Como ciudad de asilo para los homicidas, se les asignó Siquén, en la montaña de Efraín, con sus correspondientes lugares de pasto. Además, les correspondieron: Guécer, 22 Quibsáin y Bet Jorón con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 23 De la tribu de Dan les correspondieron: Eltequé, Guibetón, 24 Ayalón y Gat Rimón con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 25 De media tribu de Manasés les correspondieron: Tanac y Jibleán con sus correspondientes lugares de pasto; un total de dos ciudades. 26 El total de ciudades para los restantes clanes de los descendientes de Queat fue de diez con sus correspondientes lugares de pasto. 27 A los clanes levíticos de los descendientes de Guersón, les asignaron, dentro del territorio de la otra media tribu de Manasés en la región de Basán, las ciudades de Golán (esta como ciudad de asilo para los homicidas) y de Astarot, ambas con sus correspondientes lugares de pasto; un total de dos ciudades. 28 De la tribu de Isacar, les asignaron Quisyón, Daberat, 29 Jarmut y En Ganín con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 30 De la tribu de Aser, les asignaron Misal, Abdón, 31 Jelcat y Rejob, todas ellas con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 32 De la tribu de Neftalí, les asignaron Cadés de Galilea, como ciudad de asilo para los homicidas, y además Jamot Dor y Racat con sus correspondientes lugares de pasto; un total de tres ciudades. 33 El total de ciudades asignadas a los guersonitas, por clanes, fue de trece, con sus correspondientes lugares de pasto.

34 A los clanes de los descendientes de Merarí, es decir, al resto de los levitas, les asignaron: en el territorio de la tribu de Zabulón, las ciudades de Joqneán, Cartá, 35 Rimón y Nahalal, todas ellas con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 36 En el territorio de la tribu de Rubén, al otro lado del Jordán, les asignaron como ciudad de asilo para los homicidas, Béser con sus correspondientes lugares de pasto, situada en la meseta desértica. Y además Jasá, 37 Quedemot y Mefat con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 38 En el territorio de la tribu de Gad, les asignaron Ramot de Galaad como ciudad de asilo para los homicidas; y además Majanáin, 39 Jesbón y Jacer, todas ellas con sus correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 40 El total de ciudades asignadas por suerte a los clanes de los descendientes de Merarí, es decir, al resto de los clanes levíticos, fue de doce ciudades.

41 Así pues, las ciudades asignadas a los levitas en medio de la propiedad de los israelitas, fueron en total cuarenta y ocho con sus correspondientes lugares de pasto. 42 Cada una de las ciudades comprendía la ciudad y los pastos circundantes. Así ocurría en todas las ciudades mencionadas.
Conclusión del reparto

43 El Señor dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus antepasados. Los israelitas la ocuparon y se establecieron en ella. 44 El Señor les concedió paz en todo su territorio, tal como había jurado a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, pues el Señor puso a todos ellos en manos de Israel. 45 Ninguna de las magníficas promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel falló. Todas se cumplieron.
III.— EPÍLOGOS (22,1—24,28)
Las tribus de Transjordania regresan a su territorio

22 Josué convocó a las tribus de Rubén y de Gad y a la media tribu de Manasés, 2 y les dijo:

— Han cumplido todo lo que les mandó Moisés, siervo del Señor, y me han obedecido en todo lo que les he mandado. 3 No han abandonado a sus hermanos en ningún momento durante todo este largo tiempo; han cumplido así lo que el Señor, su Dios, les mandó. 4 Ahora que el Señor su Dios ha dado a sus hermanos el descanso que les había prometido, pueden regresar a sus tiendas, a la tierra que Moisés, siervo del Señor, les dio en propiedad al otro lado del Jordán. 5 Únicamente pongan cuidado en cumplir los mandamientos y la ley que les dio Moisés, siervo del Señor, amando al Señor, su Dios, siguiendo todos sus caminos, guardando sus mandamientos, permaneciendo unidos a él y sirviéndole con todo su corazón y con toda su alma.

6 Josué los bendijo y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas. 7 Moisés había dado a media tribu de Manasés la parte de heredad que le correspondía en la región de Basán; a la otra media se la dio Josué entre sus hermanos, en la Cisjordania. Al mandarlos a sus tiendas, Josué les dio la bendición 8 y les dijo:

— Regresan a sus tiendas con grandes riquezas, con rebaños numerosos, con plata, oro, bronce, hierro y muchos vestidos; deben, pues, repartir con sus hermanos el botín arrebatado a sus enemigos.

9 Los rubenitas y los gaditas, con la media tribu de Manasés, regresaron a su territorio, dejando a sus hermanos israelitas en Siló, en el país de Canaán; regresaron al país de Galaad, tierra de su propiedad, en la que se habían establecido siguiendo el mandato del Señor dado por medio de Moisés.
Levantan un altar junto al Jordán

10 Cuando llegaron al círculo de piedras que está junto al Jordán, todavía en el país de Canaán, los rubenitas y los gaditas y la media tribu de Manasés levantaron un altar a orillas del Jordán, un altar monumental. 11 Al enterarse los israelitas de que los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés habían erigido un altar frente al país de Canaán y junto al círculo de piedras que está a orillas del Jordán, en territorio israelita, 12 toda la comunidad se reunió en Siló para hacerles la guerra. 13 Al efecto, los israelitas enviaron al país de Galaad, donde estaban los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al sacerdote Finés, hijo de Eleazar, 14 y con él enviaron a diez notables, uno por cada tribu israelita, todos ellos cabezas de familia en los clanes de Israel. 15 Cuando se presentaron ante los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, en el país de Galaad, les hablaron así:

16 — Esto dice toda la comunidad del Señor: “¿Qué prevaricación es esa que han cometido hoy contra el Dios de Israel, apartándose del Señor y rebelándose contra él al construirse un altar? 17 ¿No nos bastaba con el crimen de Peor del que aún estamos sin purificarnos del todo, a pesar de la plaga que sobrevino a la comunidad del Señor? 18 Si ustedes se apartan hoy del Señor y se rebelan contra él, mañana se encenderá su ira contra toda la comunidad de Israel. 19 Si les parece impura su heredad, vengan al territorio que constituye sin lugar a dudas la heredad del Señor, donde él ha establecido su morada, y adquieran una heredad en medio de nosotros. Pero no se rebelen contra el Señor, ni nos hagan cómplices de su rebeldía al construirse un altar distinto del altar del Señor nuestro Dios. 20 ¿No violó Acán, hijo de Zéraj, la ley de lo consagrado al exterminio y la cólera divina se desató contra toda la comunidad de Israel, a pesar de que sólo él había pecado? ¿Y no murió él también por su crimen?”.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Lucas 20:1-26 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La autoridad de Jesús (Mt 21,23-27; Mc 11,27-31)

20 Un día en que estaba Jesús enseñando al pueblo en el Templo y les anunciaba la buena noticia, se presentaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos, 2 y le preguntaron:

— Dinos, ¿con qué derecho haces tú todo eso? ¿Quién te ha autorizado para ello?

3 Jesús les contestó:

— Yo también voy a preguntarles una cosa. Díganme, 4 ¿de quién recibió Juan el encargo de bautizar: de Dios o de los hombres?

5 Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si contestamos que lo recibió de Dios, él dirá: ¿Por qué, pues, no le creyeron? 6 Y si decimos que lo recibió de los hombres, el pueblo en masa nos apedreará, porque todos están convencidos de que Juan era un profeta”. 7 Así que respondieron:

— No sabemos de dónde.

8 Entonces Jesús les replicó:

— Pues tampoco yo les diré con qué derecho hago todo esto.
Parábola de los labradores criminales (Mt 21,33-46; Mc 12,1-12)

9 Jesús se dirigió luego a la gente del pueblo y les contó esta parábola:

— Una vez, un hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y emprendió un largo viaje. 10 En el tiempo oportuno envió un criado a los labradores para que le entregaran la parte correspondiente del fruto de la viña. Pero los labradores lo golpearon y lo mandaron de vuelta con las manos vacías. 11 Volvió a enviarles otro criado, y ellos, después de golpearlo y llenarlo de injurias, lo despidieron también sin nada. 12 Todavía les envió un tercer criado, y también a este lo maltrataron y lo echaron de allí. 13 Entonces el amo de la viña se dijo: “¿Qué más puedo hacer? Les enviaré a mi hijo, a mi hijo querido. Seguramente a él lo respetarán”. 14 Pero cuando los labradores lo vieron llegar, se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo para que sea nuestra la herencia”. 15 Y, arrojándolo fuera de la viña, lo asesinaron. ¿Qué hará, pues, con ellos el amo de la viña? 16 Llegará, hará perecer a esos labradores y dará la viña a otros.

Los que escuchaban a Jesús dijeron:

— ¡Quiera Dios que eso no suceda!

17 Pero Jesús, mirándolos fijamente, dijo:

— ¿Pues qué significa esto que dice la Escritura:

La piedra que desecharon los constructores

se ha convertido en la piedra principal?

18 Todo el que caiga sobre esa piedra, se estrellará, y a quien la piedra le caiga encima, lo aplastará.

19 Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataron de echarle mano en aquel mismo momento; pero tenían miedo del pueblo.
La cuestión del tributo al emperador (Mt 22,15-22; Mc 12,13-17)

20 Así que, siempre al acecho, enviaron unos espías que, bajo la apariencia de gente de bien, pillaran a Jesús en alguna palabra inconveniente que les diera la ocasión de entregarlo al poder y a la autoridad del gobernador romano. 21 Le preguntaron, pues:

— Maestro, sabemos que todo lo que dices y enseñas es correcto y que no juzgas a nadie por las apariencias, sino que enseñas con toda verdad a vivir como Dios quiere. 22 Así pues, ¿estamos o no estamos nosotros, los judíos, obligados a pagar tributo al emperador romano?

23 Jesús, dándose cuenta de la mala intención que había en ellos, les contestó:

24 — Muéstrenme un denario. ¿De quién es esta efigie y esta inscripción?

25 Le contestaron:

— Del emperador.

Entonces Jesús dijo:

— Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.

26 Y no consiguieron pillar a Jesús en palabra alguna inconveniente delante del pueblo. Al contrario, estupefactos ante la respuesta de Jesús, tuvieron que callarse.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición,
Sociedad Bíblica de España

Salmos 89:1-13 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Salmo 89 (88)
Con mi elegido he sellado un pacto

89 Poema de Etán el ezraíta.
2
El amor del Señor cantaré eternamente,
proclamaré tu fidelidad por generaciones.
3
Así dije: “Para siempre se alza el amor,
en el mismo cielo tu fidelidad sustentas”.
4
Con mi elegido he sellado un pacto,
esto he jurado a mi siervo David:
5
“Afianzaré tu linaje eternamente,
mantendré tu trono por generaciones”. [ Pausa]
6
Señor, alaba el cielo tus maravillas,
la asamblea de los santos tu fidelidad.
7
¿Quién en el cielo al Señor se asemeja?
¿Quién de los dioses iguala al Señor?
8
Dios es venerado en la asamblea de los santos,
él infunde respeto a cuantos le rodean.
9
Señor, Dios del universo, ¿quién como tú?
Poderoso eres tú, la fidelidad te envuelve.
10
Tú dominas las mareas del mar,
tú calmas sus olas cuando se encrespan.
11
Tú aplastaste a Rahab como a un cadáver,
disipaste a tus rivales con tu brazo poderoso.
12
Tuyo es el cielo, tuya es la tierra,
tú fijaste el orbe y cuanto lo llena.
13
Tú has creado el norte y el sur,
el Tabor y el Hermón aclaman tu nombre.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 13:15-16 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

15
El buen juicio se granjea estima,
el camino del traidor es su ruina.
16
El prudente obra con conocimiento,
el estúpido esparce necedad.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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