Josué 21:1-22:20; Lucas 20:1-26; Salmos 89:1-13; Proverbios 13:15-16 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))
Josué 21:1-22:20 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
Ciudades
levíticas
21
Los cabezas de familia de los levitas se presentaron al sacerdote Eleazar, a
Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia de las tribus de Israel, 2 en
Siló, en el país de Canaán, y les dijeron:
—
El Señor ordenó, por medio de Moisés, que se nos proporcionaran ciudades donde
residir, con lugares de pasto para nuestro ganado.
3
Los israelitas, atendiendo el mandato del Señor, proporcionaron a los levitas,
de su propia heredad, las siguientes ciudades con sus correspondientes lugares
de pasto.
4
Hecho el sorteo para los clanes de Queat, correspondieron a una parte de estos
levitas, descendientes del sacerdote Aarón, trece ciudades de las tribus de
Judá, Simeón y Benjamín. 5 A los restantes hijos de Queat, por clanes, les
correspondieron diez ciudades de las tribus de Efraín, de Dan y de media tribu
de Manasés. 6 A los hijos de Guersón, por clanes, les correspondieron trece
ciudades de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y de la otra media tribu de
Manasés, en Basán. 7 A los hijos de Merarí, por clanes, les correspondieron
doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.
8
Y estas fueron las ciudades que, con sus correspondientes lugares de pasto, los
israelitas asignaron a los levitas por sorteo, tal como el Señor había ordenado
por medio de Moisés:
9
De la tribu de Judá y de la tribu de Simeón les asignaron las ciudades que se
nombran a continuación. 10 A los descendientes de Aarón pertenecientes al clan
de Queat, hijo de Leví, les correspondió la primera suerte, 11 a saber: Quiriat
Arbá (ciudad del padre de Anac), o sea Hebrón, en la montaña de Judá, con los
correspondientes lugares de pasto, 12 si bien la campiña de esta ciudad con sus
aldeas se la habían dado en propiedad a Caleb, hijo de Jefuné. 13 Además de
Hebrón (que era ciudad de asilo para los homicidas) con sus correspondientes
lugares de pasto, se asignaron a los descendientes de Aarón: Libná, 14 Jatir,
Estemoa, 15 Jolón, Debir, 16 Asán, Jutá y Bet Semes, todas ellas con sus
correspondientes lugares de pasto: un total de nueve ciudades pertenecientes a
esas dos tribus. 17 De la tribu de Benjamín les asignaron las ciudades de
Gabaón, Gueba, 18 Anatot y Almón, todas ellas con sus correspondientes lugares
de pasto: un total de cuatro ciudades. 19 El total de ciudades asignadas a los
sacerdotes descendientes de Aarón fue de trece con sus correspondientes lugares
de pasto.
20
A los otros clanes queatitas (los restantes levitas descendientes de Queat),
les correspondieron en suerte ciudades de la tribu de Efraín. 21 Como ciudad de
asilo para los homicidas, se les asignó Siquén, en la montaña de Efraín, con
sus correspondientes lugares de pasto. Además, les correspondieron: Guécer, 22
Quibsáin y Bet Jorón con sus correspondientes lugares de pasto; un total de
cuatro ciudades. 23 De la tribu de Dan les correspondieron: Eltequé, Guibetón,
24 Ayalón y Gat Rimón con sus correspondientes lugares de pasto; un total de
cuatro ciudades. 25 De media tribu de Manasés les correspondieron: Tanac y
Jibleán con sus correspondientes lugares de pasto; un total de dos ciudades. 26
El total de ciudades para los restantes clanes de los descendientes de Queat
fue de diez con sus correspondientes lugares de pasto. 27 A los clanes
levíticos de los descendientes de Guersón, les asignaron, dentro del territorio
de la otra media tribu de Manasés en la región de Basán, las ciudades de Golán
(esta como ciudad de asilo para los homicidas) y de Astarot, ambas con sus
correspondientes lugares de pasto; un total de dos ciudades. 28 De la tribu de
Isacar, les asignaron Quisyón, Daberat, 29 Jarmut y En Ganín con sus
correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 30 De la tribu
de Aser, les asignaron Misal, Abdón, 31 Jelcat y Rejob, todas ellas con sus
correspondientes lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 32 De la tribu
de Neftalí, les asignaron Cadés de Galilea, como ciudad de asilo para los
homicidas, y además Jamot Dor y Racat con sus correspondientes lugares de
pasto; un total de tres ciudades. 33 El total de ciudades asignadas a los
guersonitas, por clanes, fue de trece, con sus correspondientes lugares de
pasto.
34
A los clanes de los descendientes de Merarí, es decir, al resto de los levitas,
les asignaron: en el territorio de la tribu de Zabulón, las ciudades de
Joqneán, Cartá, 35 Rimón y Nahalal, todas ellas con sus correspondientes lugares
de pasto; un total de cuatro ciudades. 36 En el territorio de la tribu de
Rubén, al otro lado del Jordán, les asignaron como ciudad de asilo para los
homicidas, Béser con sus correspondientes lugares de pasto, situada en la
meseta desértica. Y además Jasá, 37 Quedemot y Mefat con sus correspondientes
lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 38 En el territorio de la tribu
de Gad, les asignaron Ramot de Galaad como ciudad de asilo para los homicidas;
y además Majanáin, 39 Jesbón y Jacer, todas ellas con sus correspondientes
lugares de pasto; un total de cuatro ciudades. 40 El total de ciudades
asignadas por suerte a los clanes de los descendientes de Merarí, es decir, al
resto de los clanes levíticos, fue de doce ciudades.
41
Así pues, las ciudades asignadas a los levitas en medio de la propiedad de los
israelitas, fueron en total cuarenta y ocho con sus correspondientes lugares de
pasto. 42 Cada una de las ciudades comprendía la ciudad y los pastos
circundantes. Así ocurría en todas las ciudades mencionadas.
Conclusión
del reparto
43
El Señor dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus antepasados.
Los israelitas la ocuparon y se establecieron en ella. 44 El Señor les concedió
paz en todo su territorio, tal como había jurado a sus antepasados. Ninguno de
sus enemigos pudo hacerles frente, pues el Señor puso a todos ellos en manos de
Israel. 45 Ninguna de las magníficas promesas que el Señor había hecho a la
casa de Israel falló. Todas se cumplieron.
III.—
EPÍLOGOS (22,1—24,28)
Las
tribus de Transjordania regresan a su territorio
22
Josué convocó a las tribus de Rubén y de Gad y a la media tribu de Manasés, 2 y
les dijo:
—
Han cumplido todo lo que les mandó Moisés, siervo del Señor, y me han obedecido
en todo lo que les he mandado. 3 No han abandonado a sus hermanos en ningún
momento durante todo este largo tiempo; han cumplido así lo que el Señor, su
Dios, les mandó. 4 Ahora que el Señor su Dios ha dado a sus hermanos el
descanso que les había prometido, pueden regresar a sus tiendas, a la tierra
que Moisés, siervo del Señor, les dio en propiedad al otro lado del Jordán. 5
Únicamente pongan cuidado en cumplir los mandamientos y la ley que les dio
Moisés, siervo del Señor, amando al Señor, su Dios, siguiendo todos sus
caminos, guardando sus mandamientos, permaneciendo unidos a él y sirviéndole
con todo su corazón y con toda su alma.
6
Josué los bendijo y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas. 7 Moisés
había dado a media tribu de Manasés la parte de heredad que le correspondía en
la región de Basán; a la otra media se la dio Josué entre sus hermanos, en la
Cisjordania. Al mandarlos a sus tiendas, Josué les dio la bendición 8 y les
dijo:
—
Regresan a sus tiendas con grandes riquezas, con rebaños numerosos, con plata,
oro, bronce, hierro y muchos vestidos; deben, pues, repartir con sus hermanos
el botín arrebatado a sus enemigos.
9
Los rubenitas y los gaditas, con la media tribu de Manasés, regresaron a su
territorio, dejando a sus hermanos israelitas en Siló, en el país de Canaán;
regresaron al país de Galaad, tierra de su propiedad, en la que se habían
establecido siguiendo el mandato del Señor dado por medio de Moisés.
Levantan
un altar junto al Jordán
10
Cuando llegaron al círculo de piedras que está junto al Jordán, todavía en el
país de Canaán, los rubenitas y los gaditas y la media tribu de Manasés
levantaron un altar a orillas del Jordán, un altar monumental. 11 Al enterarse
los israelitas de que los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés
habían erigido un altar frente al país de Canaán y junto al círculo de piedras
que está a orillas del Jordán, en territorio israelita, 12 toda la comunidad se
reunió en Siló para hacerles la guerra. 13 Al efecto, los israelitas enviaron
al país de Galaad, donde estaban los rubenitas, los gaditas y la media tribu de
Manasés, al sacerdote Finés, hijo de Eleazar, 14 y con él enviaron a diez
notables, uno por cada tribu israelita, todos ellos cabezas de familia en los
clanes de Israel. 15 Cuando se presentaron ante los rubenitas, los gaditas y la
media tribu de Manasés, en el país de Galaad, les hablaron así:
16
— Esto dice toda la comunidad del Señor: “¿Qué prevaricación es esa que han
cometido hoy contra el Dios de Israel, apartándose del Señor y rebelándose
contra él al construirse un altar? 17 ¿No nos bastaba con el crimen de Peor del
que aún estamos sin purificarnos del todo, a pesar de la plaga que sobrevino a
la comunidad del Señor? 18 Si ustedes se apartan hoy del Señor y se rebelan
contra él, mañana se encenderá su ira contra toda la comunidad de Israel. 19 Si
les parece impura su heredad, vengan al territorio que constituye sin lugar a
dudas la heredad del Señor, donde él ha establecido su morada, y adquieran una
heredad en medio de nosotros. Pero no se rebelen contra el Señor, ni nos hagan
cómplices de su rebeldía al construirse un altar distinto del altar del Señor
nuestro Dios. 20 ¿No violó Acán, hijo de Zéraj, la ley de lo consagrado al
exterminio y la cólera divina se desató contra toda la comunidad de Israel, a
pesar de que sólo él había pecado? ¿Y no murió él también por su crimen?”.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Lucas 20:1-26 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
La
autoridad de Jesús (Mt 21,23-27; Mc 11,27-31)
20
Un día en que estaba Jesús enseñando al pueblo en el Templo y les anunciaba la
buena noticia, se presentaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la
ley, junto con los ancianos, 2 y le preguntaron:
—
Dinos, ¿con qué derecho haces tú todo eso? ¿Quién te ha autorizado para ello?
3
Jesús les contestó:
—
Yo también voy a preguntarles una cosa. Díganme, 4 ¿de quién recibió Juan el
encargo de bautizar: de Dios o de los hombres?
5
Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si contestamos que lo recibió de Dios,
él dirá: ¿Por qué, pues, no le creyeron? 6 Y si decimos que lo recibió de los
hombres, el pueblo en masa nos apedreará, porque todos están convencidos de que
Juan era un profeta”. 7 Así que respondieron:
—
No sabemos de dónde.
8
Entonces Jesús les replicó:
—
Pues tampoco yo les diré con qué derecho hago todo esto.
Parábola
de los labradores criminales (Mt 21,33-46; Mc 12,1-12)
9
Jesús se dirigió luego a la gente del pueblo y les contó esta parábola:
—
Una vez, un hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y emprendió un
largo viaje. 10 En el tiempo oportuno envió un criado a los labradores para que
le entregaran la parte correspondiente del fruto de la viña. Pero los
labradores lo golpearon y lo mandaron de vuelta con las manos vacías. 11 Volvió
a enviarles otro criado, y ellos, después de golpearlo y llenarlo de injurias,
lo despidieron también sin nada. 12 Todavía les envió un tercer criado, y
también a este lo maltrataron y lo echaron de allí. 13 Entonces el amo de la
viña se dijo: “¿Qué más puedo hacer? Les enviaré a mi hijo, a mi hijo querido.
Seguramente a él lo respetarán”. 14 Pero cuando los labradores lo vieron
llegar, se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo para que sea nuestra
la herencia”. 15 Y, arrojándolo fuera de la viña, lo asesinaron. ¿Qué hará,
pues, con ellos el amo de la viña? 16 Llegará, hará perecer a esos labradores y
dará la viña a otros.
Los
que escuchaban a Jesús dijeron:
—
¡Quiera Dios que eso no suceda!
17
Pero Jesús, mirándolos fijamente, dijo:
—
¿Pues qué significa esto que dice la Escritura:
La
piedra que desecharon los constructores
se
ha convertido en la piedra principal?
18
Todo el que caiga sobre esa piedra, se estrellará, y a quien la piedra le caiga
encima, lo aplastará.
19
Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que Jesús se
había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataron de echarle mano en
aquel mismo momento; pero tenían miedo del pueblo.
La
cuestión del tributo al emperador (Mt 22,15-22; Mc 12,13-17)
20
Así que, siempre al acecho, enviaron unos espías que, bajo la apariencia de
gente de bien, pillaran a Jesús en alguna palabra inconveniente que les diera
la ocasión de entregarlo al poder y a la autoridad del gobernador romano. 21 Le
preguntaron, pues:
—
Maestro, sabemos que todo lo que dices y enseñas es correcto y que no juzgas a
nadie por las apariencias, sino que enseñas con toda verdad a vivir como Dios
quiere. 22 Así pues, ¿estamos o no estamos nosotros, los judíos, obligados a
pagar tributo al emperador romano?
23
Jesús, dándose cuenta de la mala intención que había en ellos, les contestó:
24
— Muéstrenme un denario. ¿De quién es esta efigie y esta inscripción?
25
Le contestaron:
—
Del emperador.
Entonces
Jesús dijo:
—
Pues den al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.
26
Y no consiguieron pillar a Jesús en palabra alguna inconveniente delante del
pueblo. Al contrario, estupefactos ante la respuesta de Jesús, tuvieron que
callarse.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición,
Sociedad
Bíblica de España
Salmos 89:1-13 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo
89 (88)
Con
mi elegido he sellado un pacto
89
Poema de Etán el ezraíta.
2
El
amor del Señor cantaré eternamente,
proclamaré
tu fidelidad por generaciones.
3
Así
dije: “Para siempre se alza el amor,
en
el mismo cielo tu fidelidad sustentas”.
4
Con
mi elegido he sellado un pacto,
esto
he jurado a mi siervo David:
5
“Afianzaré
tu linaje eternamente,
mantendré
tu trono por generaciones”. [ Pausa]
6
Señor,
alaba el cielo tus maravillas,
la
asamblea de los santos tu fidelidad.
7
¿Quién
en el cielo al Señor se asemeja?
¿Quién
de los dioses iguala al Señor?
8
Dios
es venerado en la asamblea de los santos,
él
infunde respeto a cuantos le rodean.
9
Señor,
Dios del universo, ¿quién como tú?
Poderoso
eres tú, la fidelidad te envuelve.
10
Tú
dominas las mareas del mar,
tú
calmas sus olas cuando se encrespan.
11
Tú
aplastaste a Rahab como a un cadáver,
disipaste
a tus rivales con tu brazo poderoso.
12
Tuyo
es el cielo, tuya es la tierra,
tú
fijaste el orbe y cuanto lo llena.
13
Tú
has creado el norte y el sur,
el
Tabor y el Hermón aclaman tu nombre.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
Proverbios 13:15-16 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
15
El
buen juicio se granjea estima,
el
camino del traidor es su ruina.
16
El
prudente obra con conocimiento,
el
estúpido esparce necedad.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de
España
No comments:
Post a Comment