Josué 16:1-18:28; Lucas 19:1-27; Salmos 87; Proverbios 13:11 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Josué 16-18 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
La
tierra entregada a la tribu de Efraín y a la tribu occidental de Manasés
16
La porción de tierra asignada a los descendientes de José se extendía desde el
río Jordán, cerca de Jericó, en el oriente de los manantiales de Jericó,
atravesaba el desierto y seguía por la zona montañosa de Betel. 2 De Betel
(también llamada Luz),[a] iba hacia Atarot, en el territorio de los arquitas. 3
Descendía hacia el occidente, al territorio de los jafletitas, hasta Bet-horón
de abajo, luego a Gezer y llegaba al mar Mediterráneo.[b]
4
Esa fue la tierra asignada a las familias de Manasés y de Efraín, los hijos de
José, para que fuera su hogar.
La
tierra entregada a la tribu de Efraín
5
El siguiente territorio se le entregó a los clanes de la tribu de Efraín para
que fuera su hogar:
El
límite comenzaba en Atarot-adar, al oriente. De allí, iba a Bet-horón de arriba
6 y seguía hacia el mar Mediterráneo. Desde Micmetat, en el norte, el límite
formaba una curva hacia el oriente y pasaba Taanat-silo, al oriente de Janoa. 7
De Janoa, giraba hacia el sur hasta Atarot y Naarat, tocaba Jericó y terminaba
en el río Jordán. 8 Desde Tapúa, el límite se extendía hacia el occidente a lo
largo del barranco de Caná y luego al mar Mediterráneo. Esa es la tierra
asignada a los clanes de la tribu de Efraín para que fuera su hogar.
9
Además, algunas ciudades con sus aldeas vecinas en el territorio asignado a la
media tribu de Manasés fueron separadas para la tribu de Efraín. 10 Los de
Efraín, sin embargo, no expulsaron a los cananeos de la ciudad de Gezer, así
que sus habitantes viven como esclavos entre el pueblo de Efraín hasta el día
de hoy.
La
tierra entregada a la tribu occidental de Manasés
17
La siguiente porción de tierra se le entregó a la media tribu de Manasés, los
descendientes del hijo mayor de José. Maquir, el hijo mayor de Manasés, fue el
padre de Galaad. Dado que sus descendientes eran soldados con experiencia, ya
se les había asignado la región de Galaad y la región de Basán, al oriente del
Jordán. 2 Así que la porción de tierra al occidente del Jordán quedó asignada a
las familias restantes dentro de los clanes de la tribu de Manasés: Abiezer,
Helec, Asriel, Siquem, Hefer y Semida. Estos clanes representan a los
descendientes varones de Manasés, hijo de José.
3
Sin embargo, Zelofehad, un descendiente de Hefer, hijo de Galaad, hijo de
Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos varones. Solo tuvo hijas, las cuales se
llamaban Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. 4 Ellas se presentaron ante el
sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los líderes israelitas y les
dijeron: «El Señor le ordenó a Moisés que nos diera una porción de tierra al
igual que a los hombres de nuestra tribu».
Así
que Josué les dio una porción de tierra junto con la de sus tíos, como el Señor
había ordenado. 5 Por lo tanto, todo el territorio asignado a la tribu de
Manasés llegó a ser de diez porciones de tierra, además de la tierra de Galaad
y de Basán, que estaba al otro lado del río Jordán, 6 porque las descendientes
de Manasés también recibieron una porción de tierra al igual que los
descendientes varones. (La tierra de Galaad se les entregó a los otros
descendientes varones de Manasés).
7
El límite de la tribu de Manasés se extendía desde la frontera con Aser hasta
Micmetat, cerca de Siquem. Luego se dirigía al sur, desde Micmetat hasta el
asentamiento que está cerca del manantial de Tapúa. 8 Los alrededores de la
tierra de Tapúa pertenecían a Manasés, pero la ciudad de Tapúa en sí, situada
en la frontera de Manasés, era de la tribu de Efraín. 9 Desde el manantial de
Tapúa, la frontera de Manasés seguía por el barranco de Caná hasta el mar
Mediterráneo.[c] Varias ciudades al sur del barranco estaban dentro del
territorio de Manasés, pero en realidad pertenecían a la tribu de Efraín. 10 En
términos generales, la tierra situada al sur del barranco pertenecía a Efraín y
la tierra al norte del barranco era de Manasés. El límite de Manasés se
extendía por el norte del barranco y terminaba en el mar Mediterráneo. Al norte
de Manasés, se encontraba el territorio de Aser, y hacia el oriente, estaba el
territorio de Isacar.
11
Sin embargo, las siguientes ciudades dentro del territorio de Isacar y del de
Aser se le entregaron a Manasés: Bet-sán,[d] Ibleam, Dor (también llamada
Nafot-dor),[e] Endor, Taanac y Meguido, cada una con sus asentamientos vecinos.
12
Pero los descendientes de Manasés no pudieron conquistar esas ciudades porque
los cananeos estaban decididos a quedarse en esa región. 13 Sin embargo, tiempo
después, cuando los israelitas se hicieron más poderosos, forzaron a los
cananeos a que trabajaran como esclavos; pero no los expulsaron de la tierra.
14
Los descendientes de José se presentaron ante Josué y le preguntaron:
—¿Por
qué nos diste solamente una porción de tierra para habitar si el Señor nos
bendijo con tanta gente?
15
Josué contestó:
—Si
ustedes son tantos y la zona montañosa de Efraín no les alcanza, despejen
sectores de tierra en el bosque, donde viven los ferezeos y los refaítas.
16
Los descendientes de José respondieron:
—Es
cierto que la zona montañosa no es lo suficientemente grande para nosotros.
Pero todos los cananeos de las tierras bajas tienen carros de guerra hechos de
hierro, tanto los que viven en Bet-sán y en sus asentamientos vecinos como los
que habitan el valle de Jezreel. Son demasiado poderosos para nosotros.
17
Entonces Josué dijo a la tribu de Efraín y a la de Manasés, los descendientes
de José:
—Ya
que ustedes son tan fuertes y numerosos, se les dará más de una porción de
tierra. 18 Los bosques de la zona montañosa también serán suyos. Despejen toda
la tierra que quieran de allí y tomen posesión de sus extremos más lejanos. Y
también expulsarán a los cananeos de los valles, aunque ellos sean fuertes y
tengan carros de guerra hechos de hierro.
Distribución
de la tierra restante
18
Ahora que la tierra estaba bajo el control de los israelitas, toda la comunidad
de Israel se reunió en Silo y levantó el tabernáculo.[f] 2 Sin embargo, aún
había siete tribus a las que no se les había asignado sus porciones de tierra.
3
Entonces Josué les preguntó: «¿Cuánto tiempo más van a esperar para tomar posesión
del resto de la tierra que el Señor, Dios de sus antepasados, les ha dado? 4
Elijan a tres hombres de cada tribu, y yo los enviaré a que exploren la tierra
y tracen un mapa de ella. Cuando regresen, me traerán un informe escrito con la
división que proponen para repartir la nueva tierra que será su hogar. 5 Que
dividan la tierra en siete partes sin incluir el territorio de Judá, en el sur,
ni el de José, en el norte. 6 Y cuando tengan por escrito las siete divisiones
de la tierra y me las traigan, haré un sorteo sagrado en presencia del Señor
nuestro Dios para asignarle tierra a cada tribu.
7
»Sin embargo, los levitas no recibirán ninguna porción de tierra. Su porción
consiste en ser sacerdotes del Señor. Y la tribu de Gad, la tribu de Rubén y la
media tribu de Manasés no recibirán más tierra, porque ya recibieron sus
respectivas porciones, las cuales Moisés, siervo del Señor, les dio al oriente
del río Jordán».
8
Al comenzar los hombres su recorrido para trazar el mapa de la tierra, Josué
les ordenó: «Vayan y exploren la tierra y hagan una descripción de ella por
escrito. Después, vuelvan a verme, y yo repartiré la tierra entre las tribus
por medio de un sorteo sagrado en presencia del Señor aquí, en Silo». 9 Así que
los hombres hicieron lo que se les ordenó y trazaron un mapa de todo el
territorio dividido en siete partes, con una lista de las ciudades que había en
cada una de las partes. Pusieron todo por escrito y luego regresaron a ver a
Josué, al campamento de Silo. 10 Y allí, en Silo, Josué hizo un sorteo sagrado
en presencia del Señor para determinar a qué tribu le correspondía cada parte.
La
tierra entregada a la tribu de Benjamín
11
La primera porción de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Benjamín.
Se encontraba entre el territorio asignado a la tribu de Judá y el territorio
de José.
12
El límite norte de la tierra de Benjamín comenzaba en el río Jordán, pasaba por
el norte de la ladera de Jericó y, hacia el occidente, atravesaba la zona
montañosa y el desierto de Bet-avén. 13 De allí, el límite iba al sur, hasta la
ciudad de Luz (también llamada Betel), y descendía a Atarot-adar, en la colina
que está al sur de Bet-horón de abajo.
14
Luego el límite daba un giro hacia el sur por la cima occidental de la colina
que está frente a Bet-horón y terminaba en la aldea de Quiriat-baal (también
llamada Quiriat-jearim), la cual pertenecía a la tribu de Judá. Ese era el
límite occidental.
15
El límite sur comenzaba en las afueras de Quiriat-jearim. Desde ese punto
occidental, se dirigía[g] al manantial de las aguas de Neftoa[h] 16 y bajaba al
pie de la montaña que está junto al valle de Ben-hinom, en el extremo norte del
valle de Refaim. De allí, descendía por el valle de Hinom, cruzaba por el sur
de la ladera donde vivían los jebuseos y continuaba en descenso hasta En-rogel.
17 De En-rogel, el límite seguía en dirección norte, llegaba a En-semes y
continuaba hacia Gelilot (que está al otro lado de las laderas de Adumín).
Después bajaba a la peña de Bohán. (Bohán fue hijo de Rubén). 18 De allí,
pasaba por el norte de la ladera que mira al valle del Jordán.[i] El límite
luego descendía al valle, 19 recorría y pasaba la ladera norte de Bet-hogla y
terminaba en la bahía norte del mar Muerto,[j] que corresponde al extremo sur
del río Jordán. Ese era el límite sur.
20
El límite oriental era el río Jordán.
Esa
fue la frontera de la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para
que fuera su hogar.
Las
ciudades entregadas a la tribu de Benjamín
21
Las siguientes son las ciudades que se le entregaron a los clanes de la tribu
de Benjamín:
Jericó,
Bet-hogla, Emec-casis, 22 Bet-arabá, Zemaraim, Betel, 23 Avim, Pará, Ofra, 24
Quefar-haamoni, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas vecinas. 25 También:
Gabaón, Ramá, Beerot, 26 Mizpa, Cafira, Mozah, 27 Requem, Irpeel, Tarala, 28
Zela, Elef, la ciudad jebusea (es decir, Jerusalén), Guibeá y
Quiriat-jearim;[k] catorce ciudades con sus aldeas vecinas.
Esa
fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Benjamín para que fuera su
hogar.
Footnotes:
16:2 Así aparece en la versión griega (ver
también 18:13); en hebreo dice De Betel a Luz.
16:3 En hebreo al mar; también en 16:6, 8.
17:9 En hebreo el mar; también en 17:10.
17:11a En hebreo Bet-seán, una variante de
Bet-sán; también en 17:16.
17:11b El significado del hebreo es
incierto.
18:1 En hebreo la carpa de reunión.
18:15a O Desde allí, iba a Mozah. El
significado del hebreo es incierto.
18:15b O al manantial de Me-neftoa.
18:18 En hebreo que mira al Arabá, o que
mira a Bet-arabá.
18:19 En hebreo mar Salado.
18:28 Así aparece en la versión griega; en
hebreo dice Quiriat.
Nueva
Traducción Viviente (NTV)
La
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Lucas 19:1-27 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
Jesús
y Zaqueo
19
Jesús entró en Jericó y comenzó a pasar por la ciudad. 2 Había allí un hombre
llamado Zaqueo. Era jefe de los cobradores de impuestos de la región y se había
hecho muy rico. 3 Zaqueo trató de mirar a Jesús pero era de poca estatura y no
podía ver por encima de la multitud. 4 Así que se adelantó corriendo y se subió
a una higuera sicómoro que estaba junto al camino, porque Jesús iba a pasar por
allí.
5
Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo! —le dijo—.
¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa».
6
Zaqueo bajó rápidamente y, lleno de entusiasmo y alegría, llevó a Jesús a su
casa; 7 pero la gente estaba disgustada, y murmuraba: «Fue a hospedarse en la
casa de un pecador de mala fama».
8
Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo:
—Señor,
daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus
impuestos, le devolveré cuatro veces más.
9
Jesús respondió:
—La
salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un
verdadero hijo de Abraham. 10 Pues el Hijo del Hombre[a] vino a buscar y a
salvar a los que están perdidos.
Parábola
de los diez siervos
11
La multitud escuchaba todo lo que Jesús decía, y como ya se acercaba a
Jerusalén, les contó una historia para corregir la idea de que el reino de Dios
comenzaría de inmediato. 12 Les dijo: «Un hombre de la nobleza fue llamado a un
país lejano para ser coronado rey y luego regresar. 13 Antes de partir, reunió
a diez de sus siervos y dividió entre ellos cinco kilos de plata,[b]
diciéndoles: “Inviertan esto por mí mientras estoy de viaje”; 14 pero sus
súbditos lo odiaban y enviaron una delegación tras él a decir: “No queremos que
él sea nuestro rey”.
15
»Después de que lo coronaran rey, volvió y llamó a los siervos a quienes les
había dado el dinero. Quería saber qué ganancias habían tenido. 16 El primer
siervo informó: “Amo, invertí su dinero, ¡y multipliqué diez veces el monto
inicial!”.
17
»“¡Bien hecho! —exclamó el rey—. Eres un buen siervo. Has sido fiel con lo poco
que te confié, así que como recompensa serás gobernador de diez ciudades”.
18
»El siguiente siervo informó: “Amo, invertí su dinero y multipliqué cinco veces
el monto original”.
19
»“¡Bien hecho! —exclamó el rey—. Serás gobernador de cinco ciudades”.
20
»Pero el tercer siervo trajo solo la suma original y dijo: “Amo, escondí su
dinero para protegerlo. 21 Tenía miedo, porque usted es un hombre muy difícil
de tratar, que toma lo que no es suyo y cosecha lo que no sembró”.
22
»“¡Siervo perverso! —dijo el rey a gritos—. Tus propias palabras te condenan.
Si sabías que era un hombre duro que tomo lo que no es mío y cosecho lo que no
sembré, 23 ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera
podido obtener algún interés de él”.
24
»Luego, dirigiéndose a los otros que estaban cerca, el rey ordenó: “Quiten el
dinero de este siervo y dénselo al que tiene cinco kilos”.
25
»“Pero amo —le dijeron—, él ya tiene cinco kilos”.
26
»“Sí —respondió el rey—, y a los que usan bien lo que se les da, se les dará
aún más; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen. 27
En cuanto a esos enemigos míos que no querían que yo fuera su rey, tráiganlos y
ejecútenlos aquí mismo en mi presencia”».
Footnotes:
19:10 «Hijo del Hombre» es un título que
Jesús empleaba para referirse a sí mismo.
19:13 En griego diez minas; una mina
equivalía aproximadamente a tres meses de salario.
Nueva
Traducción Viviente (NTV)
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Salmos 87 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
Salmo
87
Cántico.
Salmo de los descendientes de Coré.
1
En
el monte santo
está la ciudad fundada por el Señor.
2
Él
ama a la ciudad de Jerusalén
más que a cualquier otra de Israel.[a]
3
Oh
ciudad de Dios,
¡qué cosas gloriosas se dicen de ti!
Interludio
4
Incluiré
a Egipto[b] y a Babilonia entre los que me conocen,
también a Filistea y a Tiro, e incluso a la
distante Etiopía.[c]
¡Ahora todas son ciudadanas de Jerusalén!
5
Con
respecto a Jerusalén[d] se dirá:
«Allí todos disfrutan de los derechos de
ciudadanía».
Y el Altísimo en persona bendecirá a esa
ciudad.
6
Cuando
el Señor escriba en el registro a las naciones, dirá:
«Ahora todas son ciudadanas de Jerusalén».
Interludio
7
La
gente tocará flautas[e] y cantará:
«¡La fuente de mi vida brota de
Jerusalén!».
Footnotes:
87:2 En hebreo Él ama las puertas de Sión
más que a todas las moradas de Jacob. Ver nota en 44:4.
87:4a En hebreo Rahab, nombre de un mítico
monstruo marino que en la literatura antigua representa el caos. Aquí se
utiliza como un nombre poético para Egipto.
87:4b En hebreo Cus.
87:5 En hebreo Sión.
87:7 O gente bailará.
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Proverbios 13:11 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
11
La
riqueza lograda de la noche a la mañana pronto desaparece;
pero la que es fruto del arduo trabajo
aumenta con el tiempo.
Nueva
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