Jueces 7:1-8:16; Lucas 23:11-43; Salmos 97-98; Proverbios 14:7-8 (Reina-Valera 1960 (RVR1960))
Jueces 7:1-8:16 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Gedeón
derrota a los madianitas
7 Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el
cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente
de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del
collado de More, en el valle.
2
Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo
entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí,
diciendo: Mi mano me ha salvado.
3
Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se
estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de
los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.
4
Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te
los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de
cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá.
5
Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que
lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte;
asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber.
6
Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca,
trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas
para beber las aguas.
7
Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el
agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la
demás gente cada uno a su lugar.
8
Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos
los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y
tenía el campamento de Madián abajo en el valle.
9
Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al
campamento; porque yo lo he entregado en tus manos.
10
Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento,
11
y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al
campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la
gente armada que estaba en el campamento.
12
Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el
valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la
arena que está a la ribera del mar en multitud.
13
Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño,
diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el
campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó,
y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.
14
Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón
hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas
con todo el campamento.
15
Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al
campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento
de Madián en vuestras manos.
16
Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos
trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los
cántaros.
17
Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al
extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo.
18
Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis
entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: !!Por Jehová
y por Gedeón!
19
Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del
campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de
renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que
llevaban en sus manos.
20
Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron
en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y
gritaron: !!Por la espada de Jehová y de Gedeón!
21
Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento;
entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.
22
Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno
contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita,
en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat.
23
Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a
los madianitas.
24
Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo:
Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del
Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron
los vados de Bet-bara y del Jordán.
25
Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en
la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que
siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al
otro lado del Jordán.
Gedeón
captura a los reyes de Madián
8 Pero los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué
es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra
contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente.
2
A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? ¿No es
el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer?
3
Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y
qué he podido yo hacer comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos
contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.
4
Y vino Gedeón al Jordán, y pasó él y los trescientos hombres que traía consigo,
cansados, mas todavía persiguiendo.
5
Y dijo a los de Sucot: Yo os ruego que deis a la gente que me sigue algunos
bocados de pan; porque están cansados, y yo persigo a Zeba y Zalmuna, reyes de
Madián.
6
Y los principales de Sucot respondieron: ¿Están ya Zeba y Zalmuna en tu mano,
para que demos pan a tu ejército?
7
Y Gedeón dijo: Cuando Jehová haya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, yo
trillaré vuestra carne con espinos y abrojos del desierto.
8
De allí subió a Peniel, y les dijo las mismas palabras. Y los de Peniel le
respondieron como habían respondido los de Sucot.
9
Y él habló también a los de Peniel, diciendo: Cuando yo vuelva en paz,
derribaré esta torre.
10
Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército como de quince mil
hombres, todos los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del
oriente; pues habían caído ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
11
Subiendo, pues, Gedeón por el camino de los que habitaban en tiendas al oriente
de Noba y de Jogbeha, atacó el campamento, porque el ejército no estaba en
guardia.
12
Y huyendo Zeba y Zalmuna, él los siguió; y prendió a los dos reyes de Madián,
Zeba y Zalmuna, y llenó de espanto a todo el ejército.
13
Entonces Gedeón hijo de Joás volvió de la batalla antes que el sol subiese,
14
y tomó a un joven de los hombres de Sucot, y le preguntó; y él le dio por
escrito los nombres de los principales y de los ancianos de Sucot, setenta y
siete varones.
15
Y entrando a los hombres de Sucot, dijo: He aquí a Zeba y a Zalmuna, acerca de
los cuales me zaheristeis, diciendo: ¿Están ya en tu mano Zeba y Zalmuna, para
que demos nosotros pan a tus hombres cansados?
16
Y tomó a los ancianos de la ciudad, y espinos y abrojos del desierto, y castigó
con ellos a los de Sucot.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Lucas 23:11-43 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
11
Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de
una ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato.
12
Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban
enemistados entre sí.
Jesús
sentenciado a muerte
(Mt.
27.15-26; Mr. 15.6-15; Jn. 18.38--19.16)
13
Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y
al pueblo,
14
les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo;
pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este
hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis.
15
Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha
hecho este hombre.
16
Le soltaré, pues, después de castigarle.
17
Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.
18
Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: !!Fuera con éste, y suéltanos a
Barrabás!
19
Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un
homicidio.
20
Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús;
21
pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: !!Crucifícale, crucifícale!
22
Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno
de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré.
23
Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces
de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron.
24
Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían;
25
y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y
homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Crucifixión
y muerte de Jesús
(Mt.
27.32-56; Mr. 15.21-41; Jn. 19.17-30)
26
Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le
pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.
27
Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían
lamentación por él.
28
Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por
mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
29
Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los
vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.
30
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados:
Cubridnos.
31
Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
32
Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.
33
Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a
los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
34
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron
entre sí sus vestidos, echando suertes.
35
Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo:
A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
36
Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre,
37
y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
38
Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas:
ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
39
Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú
eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
40
Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando
en la misma condenación?
41
Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron
nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.
42
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el
paraíso.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 97-98 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
El
dominio y el poder de Jehová
97 Jehová reina; regocíjese la tierra,
Alégrense las muchas costas.
2
Nubes
y oscuridad alrededor de él;
Justicia
y juicio son el cimiento de su trono.
3
Fuego
irá delante de él,
Y abrasará
a sus enemigos alrededor.
4
Sus
relámpagos alumbraron el mundo;
La
tierra vio y se estremeció.
5
Los
montes se derritieron como cera delante de Jehová,
Delante
del Señor de toda la tierra.
6
Los
cielos anunciaron su justicia,
Y
todos los pueblos vieron su gloria.
7
Avergüéncense
todos los que sirven a las imágenes de talla,
Los
que se glorían en los ídolos.
Póstrense
a él todos los dioses.
8
Oyó
Sion, y se alegró;
Y
las hijas de Judá,
Oh
Jehová, se gozaron por tus juicios.
9
Porque
tú, Jehová, eres excelso sobre toda la tierra;
Eres
muy exaltado sobre todos los dioses.
10
Los
que amáis a Jehová, aborreced el mal;
El
guarda las almas de sus santos;
De
mano de los impíos los libra.
11
Luz
está sembrada para el justo,
Y
alegría para los rectos de corazón.
12
Alegraos,
justos, en Jehová,
Y
alabad la memoria de su santidad.
Alabanza
por la justicia de Dios
Salmo.
98 Cantad a Jehová cántico nuevo,
Porque ha hecho maravillas;
Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2
Jehová
ha hecho notoria su salvación;
A
vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3
Se
ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel;
Todos
los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
4
Cantad
alegres a Jehová, toda la tierra;
Levantad
la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
5
Cantad
salmos a Jehová con arpa;
Con
arpa y voz de cántico.
6
Aclamad
con trompetas y sonidos de bocina,
Delante
del rey Jehová.
7
Brame
el mar y su plenitud,
El
mundo y los que en él habitan;
8
Los
ríos batan las manos,
Los
montes todos hagan regocijo
9
Delante
de Jehová, porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará
al mundo con justicia,
Y
a los pueblos con rectitud.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 14:7-8 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
7
Vete
de delante del hombre necio,
Porque
en él no hallarás labios de ciencia.
8
La
ciencia del prudente está en entender su camino;
Mas
la indiscreción de los necios es engaño.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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