1 Reyes 12:20-13:34; Hechos 9:26-43; Salmos 132; Proverbios 17:6 (Palabra de Dios para Todos (PDT))
1 Reyes 12:20-13:34 Palabra de Dios
para Todos (PDT)
20
Cuando todos los israelitas oyeron que Jeroboán había vuelto, lo llamaron a una
reunión y lo proclamaron rey sobre todo Israel. La tribu de Judá fue la única
que siguió fiel a la familia de David.
21
Al volver, Roboán juntó un ejército de todas las familias de Judá y de la tribu
de Benjamín, ciento ochenta mil hombres, para luchar contra los israelitas y
recuperar su reino. 22 Pero Dios le habló así a un hombre de Dios [a] llamado
Semaías: 23 «Dile a Roboán hijo de Salomón, rey de Judá, y también a toda la
gente de Judá y Benjamín y al resto del pueblo: 24 El SEÑOR les dice: “No vayan
a la guerra en contra de los israelitas, sus hermanos. Vuélvase cada uno a su
casa. ¡Yo soy la causa de todo esto!”» Así que los hombres del ejército de
Roboán obedecieron el mandato del SEÑOR. Tal como el SEÑOR lo mandó, se fueron
a casa.
25
Siquén era una ciudad de la región montañosa de Efraín. Jeroboán la fortificó y
vivió ahí, luego se mudó a la ciudad de Peniel y la convirtió en un fuerte.
26
Jeroboán pensó: «La dinastía de David recuperará el reino 27 si la gente sigue
yendo a ofrecer sacrificios al templo del SEÑOR en Jerusalén porque el corazón
de este pueblo se volverá a su señor, o sea a Roboán, rey de Judá, me matarán y
de nuevo lo seguirán». 28 Así que el rey le pidió consejo a sus sabios en
cuanto a lo que debía hacer. Le dieron su opinión y Jeroboán hizo dos becerros
de oro. El rey Jeroboán dijo al pueblo: «No deben ir más a Jerusalén para
adorar. Israel, estos son los dioses que los sacaron de Egipto». [b] 29 El rey
Jeroboán colocó un becerro en Betel y otro en la ciudad de Dan. 30 Los
israelitas viajaban a las ciudades de Betel [c] y Dan para adorar los becerros.
Esto fue un pecado muy grave.
31
También Jeroboán construyó templos en santuarios sobre las colinas. Eligió
sacerdotes de las diferentes tribus de Israel. No eligió sacerdotes que eran
solamente de la tribu de Leví. 32 El rey Jeroboán también inauguró una nueva
fiesta [d] como la que se celebraba en Judá. Pero esta fiesta se celebraba el
día quince del octavo mes, y el rey ofreció sacrificios en el altar de la
ciudad de Betel y también eligió sacerdotes en Betel para que prestaran
servicio en los santuarios que hizo. 33 El rey Jeroboán decidió el tiempo que
él quiso para la fiesta de los israelitas: el día quince del octavo mes. En esa
fecha ofrecía sacrificios y quemaba incienso en el altar que construyó en
Betel.
Dios
habla contra Betel
13
El SEÑOR le dijo a un hombre de Dios de Judá que fuera a la ciudad de Betel.
Cuando llegó el hombre de Dios, el rey Jeroboán estaba parado junto al altar
ofreciendo incienso. 2 El SEÑOR le había dicho al hombre de Dios que hablara en
contra del altar. Él dijo:
«¡Altar,
altar! El SEÑOR te dice: “La familia de David tendrá un hijo llamado Josías.
Aunque hay sacerdotes que ahora ofician en los santuarios sobre las colinas y
ofrecen sacrificios encima de ti, Josías los sacrificará a ellos sobre ti y se
quemarán huesos humanos sobre ti, altar”».
3
Ese día el hombre de Dios demostró a la gente que eso iba a suceder en
realidad. Dijo: «Esta es la señal de que el SEÑOR ha hablado. Él dijo: “Este
altar será roto en pedazos, y las cenizas que están en él se caerán al suelo”».
4
Cuando el rey Jeroboán escuchó el mensaje del hombre de Dios acerca del altar
que está en Betel, quitó su mano del altar y apuntó hacia el hombre de Dios.
Dijo: «¡Arresten a ese hombre!» Pero al decir esto, su brazo quedó paralizado,
y no lo pudo mover. 5 El altar se rompió en pedazos y las cenizas se
desparramaron. Esta fue la prueba que el SEÑOR había prometido. 6 Entonces el
rey Jeroboán dijo al hombre de Dios:
—Por
favor, ora por mí al SEÑOR tu Dios para que me sane el brazo.
Así
que el hombre de Dios oró al SEÑOR, y se sanó el brazo del rey, volviendo a ser
como era antes. 7 Y el rey le dijo al hombre de Dios:
—Ven
conmigo a casa, visítame un rato y te daré un regalo.
8
Pero el hombre de Dios le respondió al rey:
—No
iría contigo, ni comería contigo ni bebería siquiera un vaso de agua en este
lugar, aunque me dieras hasta la mitad de tus posesiones. 9 El SEÑOR me dijo
que no bebiera nada aquí y que no volviera por el mismo camino por donde vine.
10
Así que el hombre de Dios viajó de regreso por otro camino diferente del que
usó para llegar a Betel.
11
Había un profeta viejo que vivía en la ciudad de Betel. Sus hijos le contaron
lo que había sucedido con el altar de Betel y lo que el hombre de Dios le había
dicho al rey Jeroboán. 12 El profeta viejo dijo: «¿Por cuál camino salió?» Y le
mostraron cuál era el camino que el profeta de Judá había tomado. 13 El profeta
viejo pidió que ensillaran su burro. Así lo hicieron y se fue.
14
El profeta viejo estaba buscando al hombre de Dios y lo encontró sentado debajo
de un roble. Le preguntó:
—¿Eres
tú el hombre de Dios que vino de Judá?
El
hombre de Dios contestó:
—Sí,
soy yo.
15
Entonces el profeta viejo le dijo:
—Por
favor, ven a casa y come conmigo.
16
Pero el hombre de Dios contestó:
—No
puedo ir a casa contigo, no puedo comer ni beber en este lugar. 17 El SEÑOR me
dijo: “No comas ni bebas nada en ese lugar. Y no vuelvas por el mismo camino
que viniste”.
18
Entonces el profeta anciano dijo:
—Pero
yo también soy un profeta como tú.
Le
mintió diciendo:
—Un
ángel del SEÑOR vino y me dijo que te llevara a mi casa y te diera algo de
comer y de beber.
19
Así que el hombre de Dios fue con el viejo profeta y comió y bebió con él. 20
Mientras todavía estaban en la mesa, el SEÑOR le habló al viejo profeta. 21 En
voz alta le dijo al hombre de Dios:
—El
SEÑOR dice que tú no lo obedeciste. No hiciste lo que el SEÑOR te mandó. 22 Te
mandó que no comieras ni bebieras nada en este lugar, pero tú volviste, comiste
y bebiste. Por eso no te sepultarán donde se sepulta a tu familia.
23
El hombre de Dios terminó de comer y beber. Entonces el viejo profeta le
ensilló un asno y el hombre de Dios se fue. 24 Mientras iba de regreso, un león
lo atacó y lo mató. El cuerpo del profeta quedó ahí, y el asno y el león se
quedaron parados junto al cadáver. 25 Otros viajeros pasaron por ahí y vieron
el cuerpo y el león parado al lado. Así que los hombres fueron a donde vivía el
viejo profeta y le contaron lo que habían visto en el camino.
26
Cuando el viejo profeta escuchó esto, dijo: «Ese es el hombre de Dios que no
obedeció el mandato del SEÑOR. Así que el SEÑOR mandó un león para matarlo, tal
como el SEÑOR le había dicho». 27 Entonces el profeta les dijo a sus hijos:
«Ensillen el asno». Y ellos lo ensillaron. 28 Cuando el viejo profeta encontró
el cadáver, el asno y el león estaban todavía parados cerca del cuerpo. El león
no se lo había comido ni había herido al asno.
29
El profeta puso el cadáver arriba del asno y lo regresó a la ciudad para
lamentar su muerte y sepultarlo. 30 Sepultó al hombre en el sepulcro de su
propia familia y lo lamentó diciendo: «¡Ay, mi hermano, siento lástima por ti!»
31 Así el profeta viejo sepultó el cadáver y les dijo a sus hijos: «Cuando me
muera, pónganme en el mismo sepulcro y coloquen mis huesos en el mismo lugar
junto a los de este hombre. 32 Con certeza se cumplirá lo que el SEÑOR habló
por medio de él contra el altar que está en Betel y contra los otros santuarios
que están en las ciudades de Samaria».
33
Después de esto, Jeroboán no cambió su conducta y siguió su mal camino como si
nada. Continuó eligiendo a gente de cualquier tribu para que fueran sacerdotes
[e] de los santuarios sobre l as colinas. Le daba autoridad de ser sacerdote de
los santuarios sobre las colinas a cualquiera que quisiera serlo. 34 Fue este
asunto lo que ocasionó que la dinastía de Jeroboán pecara y lo que finalmente
la llevó a ser destruida y a que desapareciera de la faz de la tierra.
Footnotes:
1 Reyes 12:22 hombre de Dios Otra forma de
referirse a un profeta. Esta expresión aparece repetidamente en este libro.
1 Reyes 12:28 estos […] de Egipto Eso es lo
que dijo Aarón cuando hizo el becerro de oro en el desierto. Ver Éx 32:4.
1 Reyes 12:30 a las ciudades de Betel Según
LXX. TM no tiene estas palabras.
1 Reyes 12:32 nueva fiesta Se refiere
probablemente a la fiesta de las Enramadas, que se celebraba el día quince del
séptimo mes, la cual duraba siete días. Ver Lv 23:39–43.
1 Reyes 13:33 gente […] fueran sacerdotes
La ley enseñaba que solamente los de la tribu de Leví podían ser sacerdotes.
Palabra
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Hechos 9:26-43 Palabra de Dios para
Todos (PDT)
Saulo
en Jerusalén
26
Saulo se fue a Jerusalén y trató de reunirse con los seguidores, pero todos le
tenían miedo y no creían que fuera un seguidor. 27 Pero Bernabé apoyó a Saulo y
lo trajo a los apóstoles. Les explicó que Saulo había visto al Señor en el
camino y que el Señor le había hablado. También les contó que en Damasco, Saulo
había hablado valientemente en el nombre de Jesús. 28 Entonces Saulo se quedó
en Jerusalén con los seguidores. Estando ahí, hablaba abiertamente en el nombre
del Señor. 29 Conversaba y discutía con los judíos que hablaban griego, pero
ellos intentaban acabar con él. 30 Cuando los hermanos se enteraron de esto, lo
llevaron a la ciudad de Cesarea y de ahí lo mandaron a Tarso.
31
Así que la iglesia disfrutó de paz por toda Judea, Galilea y Samaria. Se
fortalecía y progresaba, viviendo de una manera que mostraba mucho respeto por
el Señor. La iglesia crecía animada por el Espíritu Santo.
Milagros
de Pedro en Lida y Jope
32
Pedro recorría toda la región y fue a ver a los santos [a] que vivían en Lida.
33 Allí conoció a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.
34 Pedro le dijo:
—Eneas,
Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama.
Inmediatamente
Eneas se levantó. 35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron y
decidieron seguir al Señor.
36
En la ciudad de Jope había una seguidora llamada Tabita, que en griego es
Dorcas. Ella siempre hacía buenas obras y daba dinero a los necesitados. 37
Mientras Pedro estaba en Lida, ella se enfermó y murió. Lavaron su cuerpo y la
llevaron a una habitación de arriba. 38 Los seguidores que vivían en Jope
escucharon que Pedro estaba en Lida, cerca de Jope. Entonces mandaron dos hombres
para que hablaran con Pedro. Le rogaron: «¡Venga usted con nosotros, rápido!»
39
Pedro se fue con ellos y al llegar lo llevaron arriba a la habitación. Todas
las viudas rodearon a Pedro llorando y le mostraron las túnicas que Dorcas
había hecho cuando estaba con vida. 40 Pedro sacó de la habitación a todos, se
arrodilló y oró. Luego, volviéndose hacia el cuerpo de ella, le dijo:
—Tabita,
¡levántate!
Ella
abrió los ojos y cuando vio a Pedro, se sentó. 41 Pedro extendió la mano y la
levantó. Entonces llamó a los santos y a las viudas para que vinieran a la
habitación, y presentó viva a Tabita. 42 Esto se supo en toda la ciudad de Jope
y mucha gente creyó en el Señor. 43 Pedro se quedó en Jope muchos días en casa
de un curtidor llamado Simón.
Footnotes:
Hechos 9:32 santos Una manera de referirse a los que creen en Jesús. Ver
vocabulario.
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Salmos 132 Palabra de Dios para Todos
(PDT)
La
ciudad y su templo
Canto
para los peregrinos.
132
SEÑOR, acuérdate de David
y de todo lo que sufrió;
2
acuérdate
de la promesa que él hizo al SEÑOR;
al poderoso Dios de Jacob:
3
«No
entraré a mi casa,
ni me acostaré en mi cama;
4
no
me voy a dar descanso;
no voy a pegar los ojos ni un momento,
5
hasta
que no encuentre un lugar para el SEÑOR,
para el templo del poderoso Dios de Jacob».
6
Nosotros
escuchamos eso en el templo santo de Efrata [a];
encontramos el Cofre Sagrado en Quiriat
Yearín [b].
7
Vamos
a la Carpa Sagrada;
postrémonos a sus pies. [c]
8
SEÑOR
levántate, ven al lugar donde descansarás tú
y el cofre que muestra tu poder;
9
que
tus sacerdotes se revistan de victoria
y tus seguidores los sigan cantando de
alegría.
10
Por
amor a David, tu siervo,
no rechaces a tu rey elegido.
11
El
SEÑOR le hizo una promesa firme a David,
de la cual no va a retractarse:
«Pondré
en tu trono
a uno de tus descendientes.
12
Si
tus hijos mantienen mi pacto
y las leyes que les enseñaré,
también
los descendientes de ellos
ocuparán tu trono para siempre».
13
El
SEÑOR eligió a Sion como el lugar para su templo;
quería que allí estuviera su hogar.
14
«Este
será mi lugar para siempre;
he decidido poner mi trono en este sitio.
15
Bendeciré
a esta ciudad con abundancia de alimentos;
hasta los pobres tendrán alimento
suficiente.
16
A
los sacerdotes los vestiré de victoria
y los que te son fieles gritarán de
alegría.
17
En
este lugar renacerá el poder de David;
mantendré viva la llama de mi rey elegido.
18
Llenaré
de vergüenza a sus enemigos,
pero él llevará su corona resplandeciente».
Footnotes:
Salmos 132:6 Efrata Se refiere a Belén, el
pueblo donde nació David.
Salmos 132:6 Quiriat Yearín Textualmente
campos del bosque. La palabra hebrea que significa bosque es como el nombre de
esta ciudad.
Salmos 132:7 a sus pies Esto puede
significar el Cofre Sagrado, la Carpa Sagrada, o el templo. Es como si Dios
fuera un rey sentado en su trono y con los pies en el lugar a donde la gente va
a adorarlo.
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Proverbios 17:6 Palabra de Dios para
Todos (PDT)
6
Los
nietos hacen felices a los abuelos,
y los niños se sienten orgullosos de sus
padres.
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