Monday, June 1, 2020

DAB Español, Martes 02 de Junio

Día 154, DAB Español, Martes 02 de Junio

2 Samuel 19:11-20:13; Juan 21:1-25; Salmos 120; Proverbios 16:16-17 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))








2 Samuel 19:11-20:13 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

11 Por su parte, el rey David mandó a decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: “Hablen a los ancianos de Judá y díganles: ‘¿Por qué serán ustedes los últimos en hacer volver al rey a su casa, siendo que la palabra de todo Israel ha llegado al rey, a su casa? 12 Ustedes son mis hermanos, hueso mío y carne mía; ¿por qué, pues, serán los últimos en hacer volver al rey?’ 13 Asimismo, dirán a Amasa: ‘¿No eres tú hueso mío y carne mía? Así me haga Dios y aun me añada, si no has de ser jefe del ejército delante de mí, de ahora en adelante, en lugar de Joab’ ”.

14 Así se ganó el corazón de todos los hombres de Judá como el de un solo hombre, y enviaron a decir al rey: “¡Vuelve tú y todos tus servidores!”.
David emprende su regreso a casa

15 Entonces volvió el rey y llegó hasta el Jordán. Y los de Judá habían ido a Gilgal para recibir al rey y hacerlo cruzar el Jordán.

16 También Simei hijo de Gera, de Benjamín, que era de Bajurim, se dio prisa para ir con los hombres de Judá a recibir al rey David. 17 Con él venían mil hombres de Benjamín.

Asimismo vino Siba, criado de la casa de Saúl, y con él sus quince hijos y sus veinte siervos, los cuales se apresuraron a llegar al Jordán delante del rey. 18 Y cruzaron[a] el vado para ayudar a pasar a la familia del rey y para hacer lo que a él le pareciera bien.
David perdona la vida a Simei

Entonces Simei hijo de Gera se postró ante el rey, cuando este iba a cruzar el Jordán, 19 y dijo al rey:

—Que mi señor no me impute iniquidad ni se acuerde del mal que hizo tu siervo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén. Que el rey no lo guarde en su corazón, 20 porque yo, tu siervo, reconozco haber pecado, y he aquí que he venido hoy, el primero de toda la casa de José para descender al encuentro de mi señor el rey.

21 Intervino Abisai, hijo de Sarvia, y dijo:

—Por esto, ¿no ha de morir Simei, ya que maldijo al ungido del SEÑOR?

22 Y David respondió:

—¿Qué hay entre mí y ustedes, hijos de Sarvia, para que hoy me sean adversarios? ¿Habrá de morir hoy alguno en Israel? ¿No sé yo que hoy soy rey sobre Israel?

23 Entonces el rey dijo a Simei:

—No morirás.

Y el rey se lo juró.
David descubre el engaño de Siba

24 También Mefiboset hijo de Saúl descendió al encuentro del rey. No había cuidado sus pies, ni arreglado su bigote ni lavado su ropa desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz. 25 Cuando él vino a Jerusalén al encuentro del rey, este le preguntó:

—Mefiboset, ¿por qué no fuiste conmigo?

26 Él respondió:

—Oh mi señor el rey, mi siervo me engañó. Pues tu siervo había dicho: “Aparéjame[b] el asno; montaré en él e iré con el rey”. Porque tu siervo es lisiado. 27 Él ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey, pero mi señor el rey es como un ángel de Dios. Haz, pues, lo que te parezca bien. 28 Porque toda mi casa paterna no era sino digna de muerte delante de mi señor el rey; sin embargo, tú has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho tengo yo aun de clamar al rey?

29 El rey le dijo:

—¿Por qué hablar más de tus asuntos? Yo he determinado que tú y Siba se repartan las tierras.

30 Y Mefiboset dijo al rey:

—¡Que él las tome todas, porque mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa!
David bendice a Barzilai

31 También Barzilai el galaadita descendió de Rogelim y cruzó el Jordán con el rey, para despedirse de él en el Jordán. 32 Barzilai era muy anciano; tenía ochenta años. Él había sustentado al rey cuando permaneció en Majanaim, porque era un hombre muy rico.

33 El rey dijo a Barzilai:

—Cruza conmigo; yo te sustentaré junto a mí en Jerusalén.

34 Pero Barzilai dijo al rey:

—¿Cuántos años me quedarán de vida, para que yo suba con el rey a Jerusalén? 35 Yo tengo ahora ochenta años; ¿podré distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Podrá saborear tu siervo lo que coma o beba? ¿Podré todavía oír la voz de los hombres y de las mujeres que cantan? ¿Para qué ha de ser tu siervo una carga más para mi señor el rey? 36 ¿Por qué me ha de dar el rey esta recompensa? Tu siervo pasará un poco más allá del Jordán con el rey. 37 Por favor, deja a tu siervo que vuelva y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Pero aquí tienes a tu siervo Quimjam; que pase él con mi señor el rey, y haz por él lo que te parezca bien.

38 Entonces el rey dijo:

—Que pase Quimjam conmigo, y yo haré por él lo que te parezca bien. Todo lo que tú me pidas yo te lo haré.

39 Todo el pueblo cruzó el Jordán, y también cruzó el rey. Luego el rey besó a Barzilai y lo bendijo, y este regresó a su casa. 40 Entonces el rey prosiguió a Gilgal, y Quimjam fue con él.
Judá e Israel disputan por el rey

Todo el pueblo de Judá y la mitad del pueblo de Israel acompañaban al rey. 41 Y he aquí que todos los hombres de Israel vinieron al rey y le preguntaron:

—¿Por qué te raptaron nuestros hermanos, los hombres de Judá, y han hecho cruzar el Jordán al rey y a su familia, y con él a todos los hombres de David?

42 Todos los hombres de Judá respondieron a los hombres de Israel:

—Porque el rey es nuestro pariente cercano. Pero, ¿por qué se enojan ustedes por esto? ¿Acaso hemos comido a costa del rey, o nos ha dado obsequios?

43 Los hombres de Israel respondieron a los de Judá y dijeron:

—Nosotros tenemos en el rey diez partes, y más derecho sobre David que ustedes. ¿Por qué, pues, nos han tenido en poco? ¿Acaso no hablamos nosotros primero de hacer volver a nuestro rey?

Pero las palabras de los hombres de Judá fueron más duras que las palabras de los hombres de Israel.
La sublevación de Seba

20 Ocurrió que se hallaba allí un hombre perverso que se llamaba Seba hijo de Bicri, de Benjamín. Este tocó la corneta y dijo: —¡Nosotros no tenemos parte en David ni heredad en el hijo de Isaí! ¡Cada uno a su morada, oh Israel!

2 Así todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá siguieron fielmente a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén.
David recluye a sus concubinas

3 Cuando David llegó a su palacio en Jerusalén, tomó a las diez mujeres concubinas que había dejado para guardar el palacio, y las recluyó en una casa. Él las sustentó, pero nunca más se unió a ellas, sino que quedaron recluidas, viviendo como viudas hasta el día de su muerte.
Joab asesina a Amasa

4 Después el rey dijo a Amasa:

—Convócame a los hombres de Judá para dentro de tres días, y tú preséntate también aquí.

5 Amasa fue a convocar a Judá, pero se retrasó más del tiempo que le había sido señalado. 6 Entonces dijo David a Abisai:

—Seba hijo de Bicri nos hará ahora más daño que Absalón. Toma tú a los servidores de tu señor y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos pierda de vista.

7 En pos de Abisai[c] salieron los hombres de Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes. Salieron de Jerusalén para perseguir a Seba hijo de Bicri. 8 Y cuando estaban cerca de la gran piedra que está en Gabaón, Amasa vino ante ellos. Joab estaba vestido con su uniforme militar y encima llevaba un cinturón y una espada sujeta en su vaina, la cual se le cayó cuando él avanzó. 9 Joab dijo a Amasa:

—¿Te va bien, hermano mío?

Y tomó con la mano derecha la barba de Amasa para besarlo. 10 Como Amasa no se cuidó de la espada que Joab tenía en la mano, este lo hirió con ella en el vientre y derramó sus entrañas por tierra. Cayó muerto, sin necesidad de un segundo golpe. Después Joab y su hermano Abisai continuaron persiguiendo a Seba hijo de Bicri. 11 Luego uno de los hombres de Joab se puso de pie junto a Amasa, y dijo:

—¡Cualquiera que esté a favor de Joab y a favor de David, que siga a Joab!

12 Mientras tanto, Amasa yacía revolcándose en su sangre en medio del camino, y todo el que pasaba se detenía junto a él al verlo. Y viendo aquel hombre que todo el pueblo se detenía, apartó a Amasa del camino al campo, y echó sobre él una manta. 13 Luego que fue apartado del camino, siguieron adelante todos los hombres tras Joab para perseguir a Seba hijo de Bicri.
Footnotes:

    2 Samuel 19:18 Según vers. antiguas; heb., ella cruzó.
    2 Samuel 19:26 Según vers. antiguas; TM, aparejaré.
    2 Samuel 20:7 Según LXX; heb., él.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

Juan 21 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Jesús aparece a los suyos en Galilea

21 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos en el mar de Tiberias. Se manifestó de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado Dídimo, Natanael que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dijo:

—Voy a pescar.

Le dijeron:

—Vamos nosotros también contigo.

Salieron y entraron en la barca, pero aquella noche no consiguieron nada. 4 Al amanecer, Jesús se presentó en la playa, aunque los discípulos no se daban cuenta de que era Jesús. 5 Entonces Jesús les dijo:

—Hijitos, ¿no tienen nada de comer?

Le contestaron:

—No.

6 Él les dijo:

—Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán.

La echaron, pues, y ya no podían sacarla por la gran cantidad de peces. 7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro:

—¡Es el Señor!

Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó el manto, pues se lo había quitado, y se tiró al mar. 8 Los otros discípulos llegaron con la barca, arrastrando la red con los peces porque no estaban lejos de tierra sino como a cien metros. 9 Cuando bajaron a tierra, vieron brasas puestas con pescado encima, y pan.

10 Jesús les dijo:

—Traigan de los pescados que ahora han pescado.

11 Entonces Simón Pedro subió y sacó a tierra la red llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres de ellos y, aunque eran tantos, la red no se rompió. 12 Jesús les dijo:

—Vengan, coman.

Ninguno de los discípulos osaba preguntarle: “Tú, ¿quién eres?”, pues sabían que era el Señor. 13 Vino, entonces, Jesús y tomó el pan y les dio; y también hizo lo mismo con el pescado. 14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos después de haber resucitado de entre los muertos.
Jesús y Pedro

15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro:

—Simón hijo de Jonás, ¿me amas tú más que estos?

Le dijo:

—Sí, Señor; tú sabes que te amo[a].

Jesús le dijo:

—Apacienta mis corderos.

16 Le volvió a decir por segunda vez:

—Simón hijo de Jonás, ¿me amas?

Le contestó:

—Sí, Señor; tú sabes que te amo[b].

Jesús le dijo:

—Pastorea mis ovejas.

17 Le dijo por tercera vez:

—Simón hijo de Jonás, ¿me amas[c]?

Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: “¿Me amas[d]?”. Y le dijo:

—Señor, tú conoces todas las cosas. Tú sabes que te amo[e].

Jesús le dijo:

—Apacienta mis ovejas. 18 De cierto, de cierto te digo que cuando eras más joven, tú te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y te ceñirá otro y te llevará a donde no quieras.

19 Esto dijo señalando con qué muerte Pedro había de glorificar a Dios. Después de haber dicho esto le dijo:

—Sígueme.
Jesús y el discípulo amado

20 Pedro se dio vuelta y vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba. Fue el mismo que se recostó sobre su pecho en la cena y le dijo: “Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”[f]. 21 Así que, al verlo, Pedro le dijo a Jesús:

—Señor, ¿y qué de este?

22 Jesús le dijo:

—Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué tiene esto que ver contigo? Tú, sígueme.

23 Así que se difundió este dicho entre los hermanos de que aquel discípulo no habría de morir. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si yo quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué tiene que ver eso contigo?”.

24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y las escribió. Y sabemos que su testimonio es verdadero.

25 Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús que, si se escribieran una por una, pienso que no cabrían ni aun en el mundo los libros que se habrían de escribir[g].
Footnotes:

    Juan 21:15 Juan 13:25.
    Juan 21:16 Algunos mss. incluyen Amén.
    Juan 21:17 Cf. Luc. 1:1-4.
    Juan 21:17 Cf. Luc. 3:16.
    Juan 21:17 O sea, lo permitido para caminar en sábado.
    Juan 21:20 Cf. Sal. 41:9.
    Juan 21:25 Cf. Mat. 27:3-10.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Salmos 120 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Protección contra la lengua engañosa

120 Canto de ascenso gradual[a].

Al SEÑOR llamé estando en
mi angustia
y él me respondió.
2
Libra mi alma, oh SEÑOR,
de los labios mentirosos
y de la lengua fraudulenta.
3
¿Qué se te dará, o qué te aprovechará,
oh lengua engañosa?
4
¡Afiladas flechas de guerrero
con brasas de retama!
5
¡Ay de mí, que soy peregrino en Mesec, y habito en las tiendas de Quedar!
6
Mucho tiempo ha habitado sola mi alma con los que aborrecen la paz.
7
Yo soy pacífico; pero cuando hablo ellos me hacen la guerra.
Footnotes:

    Salmos 120:1 ; 122t Cantado en las peregrinaciones hacia el templo en Jerusalén.

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