2 Reyes 8:1-9:15; Hechos 16:16-40; Salmos 143; Proverbios 17:26 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
2 Reyes 8:1-9:15 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
La
sunamita recupera sus bienes
8
Eliseo habló con la mujer a cuyo hijo él le había devuelto la vida, y le dijo:
«Prepárate
a partir con toda tu familia, y ve a vivir donde puedas. El Señor va a hacer
que haya una gran hambruna en el país, la cual durará siete años.»
2
La mujer se dispuso a acatar las instrucciones del varón de Dios, y junto con
su familia se fue al país de los filisteos, y allá vivió siete años. 3 Pasados
los siete años, la mujer volvió de ese país y fue a rogarle al rey que le
restituyera su casa y sus tierras. 4 El rey estaba en ese momento hablando con
Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía:
«Por
favor, háblame de todas las maravillas que ha hecho Eliseo.»
5
Y mientras Guejazí le contaba al rey cómo Eliseo le había devuelto la vida a un
muerto, la madre del hijo resucitado por Eliseo llegó a pedirle al rey la
devolución de su casa y de sus tierras. Guejazí exclamó entonces:
«Su
Majestad, ¡ésta es la mujer, y éste es su hijo, al que Eliseo devolvió la
vida!.»
6
El rey interrogó a la mujer, y ella le contó todo. Entonces el rey llamó a un
oficial y le ordenó:
«Haz
que a esta mujer se le devuelva todo lo que era suyo, y todo lo que sus tierras
produjeron desde que dejó el país hasta ahora.»
Jazael
llega a ser rey de Siria
7
Después de eso, Eliseo se fue a Damasco. El rey Ben Adad de Siria estaba
enfermo, y cuando le avisaron que el varón de Dios estaba allí, 8 el rey le
dijo a Jazael:
«Ve
a recibir al varón de Dios, y llévale un presente. Consulta por medio de él al
Señor, y pregúntale si yo sanaré de esta enfermedad.»
9
Jazael escogió un presente de entre los bienes de Damasco, y junto con cuarenta
camellos cargados, fue al encuentro del varón de Dios. Cuando llegó ante él, le
dijo:
«El
rey Ben Adad de Siria, que es como tu hijo, me ha enviado para que te pregunte
si va a sanar de su enfermedad»
10
Y Eliseo le dijo:
«Ve
y dile que ciertamente sanará. Sin embargo, el Señor me ha revelado que Ben
Adad inevitablemente morirá.»
11
Y el varón de Dios se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se ruborizó.
De pronto, el varón de Dios prorrumpió en llanto, 12 y Jazael le preguntó:
«¿Por
qué llora mi señor?»
El
varón de Dios respondió:
«Lloro
porque sé que harás mucho mal a los israelitas; sé que les prenderás fuego a
sus fortalezas, que a sus jóvenes los matarás a filo de espada, que a sus niños
los estrellarás contra el suelo, y que a sus mujeres embarazadas las abrirás en
canal.»
13
Jazael objetó:
«Pero,
¿quién es tu siervo, si no un perro? ¿Cómo podría hacer algo tan formidable?»
Y
Eliseo respondió:
«El
Señor me ha revelado que tú vas a ser rey de Siria.»
14
Cuando Jazael se fue y volvió con su amo, éste le preguntó:
«¿Qué
te ha dicho Eliseo?»
Y
Jazael respondió:
«Me
dijo que ciertamente sanarás.»
15
Pero al día siguiente Jazael tomó un paño, lo remojó en agua, y se lo puso a
Ben Adad sobre el rostro, y Ben Adad murió. En su lugar, reinó Jazael.
Reinado
de Jorán de Judá
16
En el quinto año de Jorán hijo de Ajab, rey de Israel, y mientras Josafat era
rey de Judá, Jorán hijo de Josafat comenzó a reinar en Judá. 17 Tenía treinta y
dos años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén ocho años. 18 Su
conducta fue la de los reyes de Israel, pues actuó como la familia de Ajab;
hizo lo malo a los ojos del Señor, y una hija de Ajab fue su mujer. 19 Pero por
causa de David, su siervo, el Señor no quiso destruir a Judá, pues le había
prometido a David que siempre mantendría viva su dinastía y la de sus hijos.
20
En los días de Jorán, Edom se rebeló contra el dominio de Judá, y nombró su
propio rey. 21 Entonces Jorán se enfiló hacia Saír con todos sus carros, pero
los de Edom los atacaron y los rodearon. Entonces Jorán y los capitanes de sus
carros se abrieron paso durante la noche, y logró que su ejército escapara a su
campamento. 22 Sin embargo, Edom se liberó del dominio de Judá hasta el día de
hoy, y también Libna se rebeló en el mismo tiempo.
23
Los demás hechos de Jorán, y todas sus obras, se hallan registrados en el libro
de las crónicas de los reyes de Judá. 24 Cuando Jorán se reunió con sus
antepasados, fue sepultado con ellos en la ciudad de David, y en su lugar reinó
Ocozías, su hijo.
Reinado
de Ocozías de Judá
25
Jorán hijo de Ajab tenía doce años de reinar sobre Israel cuando Ocozías hijo
de Jorán comenzó a reinar sobre Judá. 26 Ocozías tenía veintidós años cuando
comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén un año. Su madre se llamaba Atalía, y
era hija del rey Omri de Israel. 27 Como era yerno de la casa de Ajab, siguió
el mal ejemplo de la familia de Ajab, y al igual que la casa de Ajab hizo lo
malo a los ojos del Señor.
28
Ocozías se unió con Jorán hijo de Ajab, y juntos marcharon a Ramot de Galaad
para pelear contra el rey Jazael de Siria, pero los sirios hirieron a Jorán, 29
por lo que el rey Jorán volvió a Jezrel para curarse las heridas que los sirios
le hicieron frente a Ramot, cuando peleó contra el rey Jazael de Siria. Por eso
Ocozías hijo de Jorán, rey de Judá, fue a visitar a Jorán hijo de Ajab en
Jezrel, pues estaba enfermo.
Jehú
es ungido rey de Israel
9
Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los profetas y le dijo:
«Cíñete
la ropa, llévate esta redoma de aceite, y ve a Ramot de Galaad. 2 Al llegar
allá, irás a ver a Jehú, el hijo de Josafat y nieto de Nimsi. Cuando entres a
su casa, haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a otro cuarto. 3
Toma entonces la redoma de aceite y derrámala sobre su cabeza. Y dile: “Así
dijo el Señor: Yo te he ungido para que reines sobre Israel.” Después de esto,
abre la puerta y huye sin detenerte.»
4
El joven profeta se fue entonces a Ramot de Galaad. 5 Al llegar, encontró
reunidos a los principales jefes del ejército, así que dijo:
«Mi
comandante, tengo un mensaje para usted.»
Y
Jehú dijo:
«¿Para
cuál de todos nosotros?»
Y
el profeta dijo:
«Precisamente
para usted, mi comandante.»
6
Jehú se levantó y entró en casa; entonces el profeta derramó el aceite sobre su
cabeza y le dijo:
«Así
ha dicho el Señor, Dios de Israel: “Yo, el Señor, te he ungido para que reines
sobre Israel, mi pueblo. 7 Vas a acabar con la dinastía de tu señor Ajab, para
que yo vengue la sangre de todos mis siervos, incluidos los profetas, que
Jezabel ha asesinado. 8 Toda la dinastía de Ajab será destruida. Acabaré en
Israel con todos los varones de Ajab, lo mismo esclavos que libres. 9 Haré con
la dinastía de Ajab lo mismo que hice con la dinastía de Jeroboán hijo de Nabat
y con la dinastía de Basá hijo de Ajías. 10 A Jezabel se la comerán los perros
en el campo de Jezrel, y no habrá nadie que la sepulte.”»
Dicho
esto, el profeta abrió la puerta y salió huyendo. 11 Y cuando Jehú salió, los oficiales
de su amo le preguntaron:
«¿Todo
está bien? ¿Para qué vino a verte ese loco?»
Y
Jehú les dijo:
«Ustedes
ya saben cómo es esta gente, y las cosas que dicen.»
12
Pero ellos objetaron:
«No
nos mientas. Dinos qué te dijo.»
Entonces
él respondió:
«Me
dijo varias cosas. Entre ellas, me dijo: “Así ha dicho el Señor: Yo te he
ungido para que reines sobre Israel.”»
13
Entonces todos ellos tomaron de prisa su manto, y lo pusieron en un trono alto,
debajo de Jehú; luego tocaron la trompeta y gritaron: «¡Jehú es rey!»
Jehú
mata a Jorán
14
Fue así como Jehú, el hijo de Josafat y nieto de Nimsi, conspiró contra Jorán,
que por causa del rey Jazael de Siria estaba con todos los israelitas
protegiendo la ciudad de Ramot de Galaad, 15 aunque había regresado a Jezrel
para curarse las heridas que los sirios le habían hecho en la batalla contra el
rey Jazael de Siria. Jehú dijo:
«Si
ustedes están de acuerdo, que nadie escape de la ciudad, para que la noticia no
se sepa en Jezrel.»
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
2
Reyes 8:1-9:15 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La
sunamita recupera sus bienes
8
Eliseo habló con la mujer a cuyo hijo él le había devuelto la vida, y le dijo:
«Prepárate
a partir con toda tu familia, y ve a vivir donde puedas. El Señor va a hacer
que haya una gran hambruna en el país, la cual durará siete años.»
2
La mujer se dispuso a acatar las instrucciones del varón de Dios, y junto con
su familia se fue al país de los filisteos, y allá vivió siete años. 3 Pasados
los siete años, la mujer volvió de ese país y fue a rogarle al rey que le
restituyera su casa y sus tierras. 4 El rey estaba en ese momento hablando con
Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía:
«Por
favor, háblame de todas las maravillas que ha hecho Eliseo.»
5
Y mientras Guejazí le contaba al rey cómo Eliseo le había devuelto la vida a un
muerto, la madre del hijo resucitado por Eliseo llegó a pedirle al rey la
devolución de su casa y de sus tierras. Guejazí exclamó entonces:
«Su
Majestad, ¡ésta es la mujer, y éste es su hijo, al que Eliseo devolvió la
vida!.»
6
El rey interrogó a la mujer, y ella le contó todo. Entonces el rey llamó a un
oficial y le ordenó:
«Haz
que a esta mujer se le devuelva todo lo que era suyo, y todo lo que sus tierras
produjeron desde que dejó el país hasta ahora.»
Jazael
llega a ser rey de Siria
7
Después de eso, Eliseo se fue a Damasco. El rey Ben Adad de Siria estaba
enfermo, y cuando le avisaron que el varón de Dios estaba allí, 8 el rey le
dijo a Jazael:
«Ve
a recibir al varón de Dios, y llévale un presente. Consulta por medio de él al
Señor, y pregúntale si yo sanaré de esta enfermedad.»
9
Jazael escogió un presente de entre los bienes de Damasco, y junto con cuarenta
camellos cargados, fue al encuentro del varón de Dios. Cuando llegó ante él, le
dijo:
«El
rey Ben Adad de Siria, que es como tu hijo, me ha enviado para que te pregunte
si va a sanar de su enfermedad»
10
Y Eliseo le dijo:
«Ve
y dile que ciertamente sanará. Sin embargo, el Señor me ha revelado que Ben
Adad inevitablemente morirá.»
11
Y el varón de Dios se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se ruborizó.
De pronto, el varón de Dios prorrumpió en llanto, 12 y Jazael le preguntó:
«¿Por
qué llora mi señor?»
El
varón de Dios respondió:
«Lloro
porque sé que harás mucho mal a los israelitas; sé que les prenderás fuego a
sus fortalezas, que a sus jóvenes los matarás a filo de espada, que a sus niños
los estrellarás contra el suelo, y que a sus mujeres embarazadas las abrirás en
canal.»
13
Jazael objetó:
«Pero,
¿quién es tu siervo, si no un perro? ¿Cómo podría hacer algo tan formidable?»
Y
Eliseo respondió:
«El
Señor me ha revelado que tú vas a ser rey de Siria.»
14
Cuando Jazael se fue y volvió con su amo, éste le preguntó:
«¿Qué
te ha dicho Eliseo?»
Y
Jazael respondió:
«Me
dijo que ciertamente sanarás.»
15
Pero al día siguiente Jazael tomó un paño, lo remojó en agua, y se lo puso a
Ben Adad sobre el rostro, y Ben Adad murió. En su lugar, reinó Jazael.
Reinado
de Jorán de Judá
16
En el quinto año de Jorán hijo de Ajab, rey de Israel, y mientras Josafat era
rey de Judá, Jorán hijo de Josafat comenzó a reinar en Judá. 17 Tenía treinta y
dos años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén ocho años. 18 Su
conducta fue la de los reyes de Israel, pues actuó como la familia de Ajab;
hizo lo malo a los ojos del Señor, y una hija de Ajab fue su mujer. 19 Pero por
causa de David, su siervo, el Señor no quiso destruir a Judá, pues le había
prometido a David que siempre mantendría viva su dinastía y la de sus hijos.
20
En los días de Jorán, Edom se rebeló contra el dominio de Judá, y nombró su
propio rey. 21 Entonces Jorán se enfiló hacia Saír con todos sus carros, pero
los de Edom los atacaron y los rodearon. Entonces Jorán y los capitanes de sus
carros se abrieron paso durante la noche, y logró que su ejército escapara a su
campamento. 22 Sin embargo, Edom se liberó del dominio de Judá hasta el día de
hoy, y también Libna se rebeló en el mismo tiempo.
23
Los demás hechos de Jorán, y todas sus obras, se hallan registrados en el libro
de las crónicas de los reyes de Judá. 24 Cuando Jorán se reunió con sus
antepasados, fue sepultado con ellos en la ciudad de David, y en su lugar reinó
Ocozías, su hijo.
Reinado
de Ocozías de Judá
25
Jorán hijo de Ajab tenía doce años de reinar sobre Israel cuando Ocozías hijo
de Jorán comenzó a reinar sobre Judá. 26 Ocozías tenía veintidós años cuando
comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén un año. Su madre se llamaba Atalía, y
era hija del rey Omri de Israel. 27 Como era yerno de la casa de Ajab, siguió
el mal ejemplo de la familia de Ajab, y al igual que la casa de Ajab hizo lo
malo a los ojos del Señor.
28
Ocozías se unió con Jorán hijo de Ajab, y juntos marcharon a Ramot de Galaad
para pelear contra el rey Jazael de Siria, pero los sirios hirieron a Jorán, 29
por lo que el rey Jorán volvió a Jezrel para curarse las heridas que los sirios
le hicieron frente a Ramot, cuando peleó contra el rey Jazael de Siria. Por eso
Ocozías hijo de Jorán, rey de Judá, fue a visitar a Jorán hijo de Ajab en
Jezrel, pues estaba enfermo.
Jehú
es ungido rey de Israel
9
Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los profetas y le dijo:
«Cíñete
la ropa, llévate esta redoma de aceite, y ve a Ramot de Galaad. 2 Al llegar
allá, irás a ver a Jehú, el hijo de Josafat y nieto de Nimsi. Cuando entres a
su casa, haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a otro cuarto. 3
Toma entonces la redoma de aceite y derrámala sobre su cabeza. Y dile: “Así
dijo el Señor: Yo te he ungido para que reines sobre Israel.” Después de esto,
abre la puerta y huye sin detenerte.»
4
El joven profeta se fue entonces a Ramot de Galaad. 5 Al llegar, encontró
reunidos a los principales jefes del ejército, así que dijo:
«Mi
comandante, tengo un mensaje para usted.»
Y
Jehú dijo:
«¿Para
cuál de todos nosotros?»
Y
el profeta dijo:
«Precisamente
para usted, mi comandante.»
6
Jehú se levantó y entró en casa; entonces el profeta derramó el aceite sobre su
cabeza y le dijo:
«Así
ha dicho el Señor, Dios de Israel: “Yo, el Señor, te he ungido para que reines
sobre Israel, mi pueblo. 7 Vas a acabar con la dinastía de tu señor Ajab, para
que yo vengue la sangre de todos mis siervos, incluidos los profetas, que
Jezabel ha asesinado. 8 Toda la dinastía de Ajab será destruida. Acabaré en
Israel con todos los varones de Ajab, lo mismo esclavos que libres. 9 Haré con
la dinastía de Ajab lo mismo que hice con la dinastía de Jeroboán hijo de Nabat
y con la dinastía de Basá hijo de Ajías. 10 A Jezabel se la comerán los perros
en el campo de Jezrel, y no habrá nadie que la sepulte.”»
Dicho
esto, el profeta abrió la puerta y salió huyendo. 11 Y cuando Jehú salió, los
oficiales de su amo le preguntaron:
«¿Todo
está bien? ¿Para qué vino a verte ese loco?»
Y
Jehú les dijo:
«Ustedes
ya saben cómo es esta gente, y las cosas que dicen.»
12
Pero ellos objetaron:
«No
nos mientas. Dinos qué te dijo.»
Entonces
él respondió:
«Me
dijo varias cosas. Entre ellas, me dijo: “Así ha dicho el Señor: Yo te he
ungido para que reines sobre Israel.”»
13
Entonces todos ellos tomaron de prisa su manto, y lo pusieron en un trono alto,
debajo de Jehú; luego tocaron la trompeta y gritaron: «¡Jehú es rey!»
Jehú
mata a Jorán
14
Fue así como Jehú, el hijo de Josafat y nieto de Nimsi, conspiró contra Jorán,
que por causa del rey Jazael de Siria estaba con todos los israelitas
protegiendo la ciudad de Ramot de Galaad, 15 aunque había regresado a Jezrel
para curarse las heridas que los sirios le habían hecho en la batalla contra el
rey Jazael de Siria. Jehú dijo:
«Si
ustedes están de acuerdo, que nadie escape de la ciudad, para que la noticia no
se sepa en Jezrel.»
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Hechos 16:16-40 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
16
Pero sucedió que, mientras nos dirigíamos al lugar de oración, una joven
adivina salió a nuestro encuentro; por su capacidad de adivinación, ella era
para sus amos una fuente de muchas ganancias. 17 La joven venía tras nosotros,
y a voz en cuello gritaba: «Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les
anuncian el camino de salvación.» 18 Esto lo repitió durante muchos días; pero
Pablo se molestó mucho y, finalmente, se dio vuelta y le dijo a ese espíritu:
«¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella!» Y al instante el
espíritu la abandonó.
19
Pero al ver sus amos que iban a perder sus ganancias, aprehendieron a Pablo y a
Silas, y los presentaron ante las autoridades, en la plaza pública. 20 Allí,
ante los magistrados, dijeron: «Estos judíos andan alborotando a nuestra
ciudad, 21 y enseñan costumbres que nosotros, como romanos, no podemos aceptar
ni practicar.» 22 La gente se agolpó contra ellos; los magistrados les rasgaron
las ropas, y ordenaron que se les azotara con varas. 23 Después de darles
muchos azotes, los arrojaron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los
mantuviera constantemente vigilados. 24 Al recibir esta orden, el carcelero los
metió hasta el último calabozo, y les sujetó los pies en el cepo.
25
A la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, mientras los
presos los escuchaban. 26 De pronto hubo un terremoto, tan violento que los
cimientos de la cárcel se estremecieron. Al instante se abrieron todas las
puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 El carcelero despertó, y cuando
vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y quiso matarse, pues
pensaba que los presos habían huido. 28 Pero con fuerte voz Pablo le dijo: «¡No
te hagas ningún daño, que todos estamos aquí!» 29 Entonces el carcelero pidió
una luz y, temblando de miedo, corrió hacia dentro y se echó a los pies de
Pablo y de Silas; 30 luego los sacó y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer
para salvarme?» 31 Ellos le dijeron: «Cree en el Señor Jesucristo, y se
salvarán tú y tu familia.» 32 Y les hablaron de la palabra del Señor a él y a
toda su familia. 33 A esas horas de la noche el carcelero los tomó y les lavó
las heridas, y luego él y toda su familia fueron bautizados; 34 después los
llevó a su casa y les sirvió de comer, y él y toda su casa se alegraron mucho
de haber creído en Dios.
35
Al día siguiente, los magistrados enviaron unos alguaciles a decirle: «Suelta a
esos hombres.» 36 El carcelero le dijo a Pablo: «Los magistrados mandan a decir
que los deje libres; así que salgan y váyanse tranquilos.» 37 Pero Pablo dijo:
«Después de que nos azotaron públicamente, nos echaron en la cárcel sin una
sentencia judicial, ¿ahora nos van a liberar en secreto? ¡De ninguna manera!
Nosotros somos ciudadanos romanos. ¡Que vengan ellos mismos a sacarnos!» 38 Los
alguaciles fueron a decir a los magistrados lo que Pablo había dicho; y éstos
se asustaron al enterarse de que eran ciudadanos romanos. 39 Entonces fueron a
la cárcel, y con ruegos les pidieron que salieran y se fueran de la ciudad. 40
Al salir de la cárcel, se dirigieron a la casa de Lidia y, luego de ver a los
hermanos, los consolaron y se fueron.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Salmos 143 Reina Valera Contemporánea
(RVC)
Súplica
en medio de la angustia
Salmo
de David.
143
Señor, escucha mi oración
atiende
a mi súplica.
Tú
eres justo y fiel; ¡respóndeme!
2
Pero
no me juzgues con dureza,
pues
ante ti nadie puede justificarse.
3
Mi
enemigo me ha perseguido con saña;
ha
puesto mi vida por los suelos.
Me
hace vivir en tinieblas, como los muertos.
4
Mi
espíritu está totalmente deprimido;
tengo
el corazón totalmente deshecho.
5
Cuando
evoco los días de antaño,
y
me acuerdo de tus grandes proezas
y
pienso en todo lo que has hecho,
6
elevo
mis manos hacia ti,
pues
tengo sed de ti. ¡Soy como tierra seca!
7
Señor,
¡respóndeme, que mi espíritu se apaga!
¡No
te escondas de mí,
o
seré contado entre los muertos!
8
Muéstrame
tu misericordia por la mañana,
porque
en ti he puesto mi confianza.
Muéstrame
el camino que debo seguir,
porque
en tus manos he puesto mi vida.
9
Señor,
líbrame de mis enemigos,
pues
tú eres mi refugio.
10
Tú
eres mi Dios; enséñame a hacer tu voluntad,
y
que tu buen espíritu me guíe por caminos rectos.
11
Señor,
por tu nombre, vivifícame;
por
tu justicia, líbrame de la angustia;
12
por
tu misericordia, acaba con mis enemigos;
¡destruye
a los que atentan contra mi vida,
porque
yo soy tu siervo!
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Proverbios 17:26 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
26
No
se debe condenar al que es inocente,
ni
castigar a quien es honorable y honrado.
Reina
Valera Contemporánea (RVC)
Copyright
© 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
No comments:
Post a Comment