2 Reyes 17:1-18:12; Hechos 20:1-38; Salmos 148; Proverbios 18:6-7 (Dios Habla Hoy (DHH))
2 Reyes 17:1-18:12 Dios Habla Hoy
(DHH)
Caída
de Samaria y destierro de Israel
17
En el año doce del reinado de Ahaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Elá, comenzó a
reinar sobre Israel, y reinó nueve años en Samaria. 2 Pero sus hechos fueron
malos a los ojos del Señor, aunque no tanto como los de los reyes que hubo
antes de él en Israel.
3
Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, y éste fue hecho su siervo y
tributario. 4 Pero descubrió Salmanasar que Oseas estaba conspirando contra él,
y que había enviado unos agentes a So, rey de Egipto, además de que ya no le
pagaba el tributo anual. Ordenó entonces Salmanasar que arrestaran a Oseas y lo
pusieran en prisión; 5 luego invadió el país entero y atacó a Samaria,
manteniendo el ataque durante tres años. 6 Finalmente, en el año nueve del
reinado de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y a los israelitas los llevó
cautivos a Asiria y los estableció en Halah, en la región del Habor, río de
Gozán, y en las ciudades de los medos.
7
Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que
los hizo salir de Egipto y los libró del dominio del faraón, rey de Egipto, pues
adoraron a otros dioses 8 y siguieron las prácticas de las naciones que el
Señor había arrojado de la presencia de ellos, así como las establecidas por
los reyes de Israel.
9
Además, los israelitas pronunciaron palabras impropias contra el Señor su Dios,
y construyeron santuarios paganos en todas sus ciudades, lo mismo en las torres
de vigilancia que en las ciudades fortificadas. 10 También levantaron piedras
sagradas y representaciones de Aserá en cada colina y bajo todo árbol frondoso,
11 y conforme a las prácticas de las naciones que el Señor había desterrado de
la presencia de ellos, quemaron incienso y cometieron acciones malvadas,
provocando así la ira del Señor. 12 Adoraron ídolos, cosa que el Señor les
había prohibido expresamente.
13
Ya por medio de todos los profetas y videntes, el Señor había advertido a los
israelitas que se convirtieran de sus malos caminos y cumplieran los
mandamientos y leyes de toda la enseñanza que él había dado a sus antepasados
por medio de sus siervos los profetas. 14 Pero ellos no hicieron caso, sino que
fueron tan tercos como sus antepasados, los cuales no confiaron en el Señor su
Dios; 15 despreciaron sus leyes, y la alianza que había hecho con sus
antepasados, y los mandatos que les había dado. Además siguieron a dioses sin
ningún valor, con lo que también ellos perdieron su valor, e imitaron a las
naciones que había a su alrededor, cosa que les había prohibido el Señor. 16
Dejaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron dos becerros de
bronce fundido y una representación de Aserá, y además adoraron a todos los
astros del cielo y a Baal. 17 También hicieron quemar a sus hijos e hijas,
practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo a
los ojos del Señor, provocando así su ira.
18
Por lo tanto, el Señor se enfureció contra Israel y lo arrojó de su presencia,
y no dejó más que a la tribu de Judá. 19 Pero tampoco Judá cumplió los
mandamientos del Señor su Dios, sino que siguió las prácticas que los de Israel
habían establecido. 20 Entonces el Señor rechazó a todos los descendientes de
los israelitas y los humilló, entregándolos en manos de salteadores hasta
arrojarlos de su presencia. 21 Separó de la dinastía de David a Israel, y los
de Israel hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat, quien hizo que los israelitas
se apartaran del Señor y pecaran gravemente. 22 Así los de Israel cometieron
los mismos pecados que había cometido Jeroboam, y no los abandonaron. 23
Finalmente el Señor apartó de su presencia a Israel, como lo había anunciado
por medio de todos los profetas, sus siervos, y así los de Israel fueron
llevados cautivos a Asiria, donde están hasta el día de hoy.
Repoblación
de Samaria
24
El rey de Asiria llevó gente de Babilonia, Cuta, Avá, Hamat y Sefarvaim, y la
estableció en las ciudades de Samaria, en lugar de los israelitas. Así tomaron
posesión de Samaria y vivieron en sus ciudades. 25 Pero como esta gente no
rendía culto al Señor, cuando comenzaron a establecerse el Señor les mandó
leones, los cuales mataron a algunos de ellos. 26 Fueron entonces a decirle al
rey de Asiria: «La gente que has llevado a las ciudades de Samaria para que se
establezca allí, no conoce la religión del dios de ese país y, por no
conocerla, él les ha mandado leones, que los están matando.»
27
Así pues, el rey de Asiria ordenó: «Envíen alguno de los sacerdotes que
trajeron cautivos, para que vaya a vivir allí y les enseñe la religión del dios
del país.»
28
Entonces uno de los sacerdotes que ellos habían desterrado de Samaria fue y se
estableció en Betel, y les enseñó a rendir culto al Señor. 29 Pero cada nación
se hizo su propio dios en la ciudad donde habitaba, y lo puso en los santuarios
de los lugares altos que habían construido los samaritanos. 30 Los de Babilonia
hicieron una representación de Sucot-benot; los de Cuta, una de Nergal, y los
de Hamat, una de Asimá. 31 Los de Avá hicieron un Nibhaz y un Tartac, y los de
Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como sacrificio a Adramélec y a
Anamélec, sus dioses. 32 Además rendían culto al Señor, pero nombraron
sacerdotes de entre ellos mismos para que prestaran servicio en los santuarios
paganos. 33 Así que, aunque rendían culto al Señor, seguían adorando a sus
propios dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido
desterrados.
34
Todavía hoy hacen lo mismo que antes hacían, pues no rinden culto al Señor ni
actúan de acuerdo con sus leyes y decretos, ni según la enseñanza y los
mandamientos que el Señor ordenó cumplir a los descendientes de Jacob, a quien
dio el nombre de Israel. 35 Cuando el Señor hizo una alianza con ellos, les
ordenó: «No rindan culto a otros dioses, ni los adoren ni les sirvan
ofreciéndoles sacrificios. 36 Ríndanme culto a mí, el Señor su Dios, que los
sacó de Egipto con gran despliegue de poder. Sólo a mí deben rendirme culto, y
adorarme y ofrecerme sacrificios. 37 Además cumplan fielmente las leyes y
decretos, y la enseñanza y mandamientos que les he dado por escrito, y no
rindan culto a otros dioses. 38 No olviden la alianza que he hecho con ustedes,
ni rindan culto a otros dioses, 39 sino sólo a mí, el Señor su Dios, y yo los
libraré del dominio de sus enemigos.»
40-41
Sin embargo, esas naciones no hicieron caso, sino que siguieron con sus
prácticas anteriores; y, a la vez que rendían culto al Señor, también seguían
adorando a sus ídolos. Y sus descendientes hicieron lo mismo que sus
antepasados, y hasta el día de hoy lo hacen así.
Reinado
de Ezequías en Judá
18
En el tercer año del reinado de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, Ezequías,
hijo de Ahaz, rey de Judá, comenzó a reinar. 2 Tenía entonces veinticinco años
de edad, y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Abí, y era
hija de Zacarías. 3 Los hechos de Ezequías fueron rectos a los ojos del Señor,
como todos los de su antepasado David. 4 Él fue quien quitó los santuarios
paganos, hizo pedazos las piedras sagradas, rompió las representaciones de
Aserá y destrozó la serpiente de bronce que Moisés había hecho y a la que hasta
entonces los israelitas quemaban incienso y llamaban Nehustán.
5
Ezequías puso su confianza en el Señor, el Dios de Israel. Entre todos los
reyes de Judá que hubo antes o después de él, no hubo ninguno como él. 6
Permaneció fiel al Señor y nunca se apartó de él, sino que cumplió los
mandamientos que el Señor había ordenado a Moisés. 7 Por eso el Señor le
favorecía y le hacía tener éxito en todo lo que emprendía.
Ezequías
se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a someterse a él. 8 Además derrotó
a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de vigilancia
hasta las ciudades fortificadas.
Caída
de Samaria
9
En el cuarto año del reinado de Ezequías, que era el séptimo del reinado de
Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, rodeó la ciudad
de Samaria y la atacó, 10 y al cabo de tres años la tomó. Era el año seis del
reinado de Ezequías y el nueve del reinado de Oseas en Israel, cuando Samaria
fue tomada. 11 El rey de Asiria desterró a los israelitas a Asiria y los
estableció en Halah, en la región del Habor, río de Gozán, y en las ciudades de
los medos. 12 Esto sucedió porque no obedecieron al Señor su Dios, sino que
violaron su alianza y no hicieron caso de todo lo que Moisés, siervo del Señor,
les había mandado, ni lo pusieron en práctica.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Hechos 20 Dios Habla Hoy (DHH)
Viaje
de Pablo a Macedonia y Grecia
20
Una vez terminado el alboroto, Pablo llamó a los creyentes para darles algunos
consejos. Luego se despidió de ellos y se fue a Macedonia. 2 Visitó todos
aquellos lugares animando mucho con sus palabras a los hermanos; y después
llegó a Grecia, 3 donde se quedó tres meses. Estaba ya a punto de tomar el
barco para ir a Siria, cuando supo que los judíos habían hecho planes contra él.
Así que decidió regresar por tierra, pasando otra vez por Macedonia. 4 Lo
acompañaron Sópatro de Berea, hijo de Pirro; y Aristarco y Segundo de
Tesalónica, Gayo de Derbe, Timoteo, y también Tíquico y Trófimo, que eran de la
provincia de Asia. 5 Estos hermanos se adelantaron y nos esperaron en Tróade. 6
Nosotros, pasados los días en que se come el pan sin levadura, salimos de
Filipos en barco, y a los cinco días los alcanzamos en Tróade, donde nos
quedamos siete días.
Visita
de Pablo a Tróade
7
El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan, y Pablo estuvo
hablando a los creyentes. Como tenía que salir al día siguiente, prolongó su
discurso hasta la medianoche. 8 Nos hallábamos reunidos en un cuarto del piso
alto, donde había muchas lámparas encendidas; 9 y un joven que se llamaba
Eutico estaba sentado en la ventana. Como Pablo habló por largo tiempo, le
entró sueño al muchacho, que al fin, profundamente dormido, cayó desde el
tercer piso; y lo levantaron muerto. 10 Entonces Pablo bajó, se tendió sobre el
muchacho y lo abrazó. Y dijo a los hermanos:
—No
se asusten; está vivo.
11
Luego Pablo volvió a subir, partió el pan, comió y siguió hablando hasta el
amanecer. Entonces se fue. 12 En cuanto al muchacho, se lo llevaron vivo, y eso
los animó mucho.
Viaje
desde Tróade a Mileto
13
Nosotros nos adelantamos y fuimos en barco hasta Aso para recoger a Pablo,
según se había convenido, porque él quiso ir por tierra. 14 Cuando nos
encontramos con él en Aso, se embarcó con nosotros y fuimos a Mitilene. 15 Salimos
de allí, y al día siguiente pasamos frente a Quío, llegando un día después al
puerto de Samos. Al cabo de otro día de viaje, llegamos a Mileto. 16 Se hizo
así porque Pablo, para no retrasarse mucho en Asia, no quiso ir a Éfeso; pues
quería llegar pronto a Jerusalén y, de ser posible, estar allí para el día de
Pentecostés.
Discurso
de Pablo a los ancianos de Éfeso
17
Estando en Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso. 18
Cuando llegaron les dijo: «Ustedes saben cómo me he portado desde el primer día
que vine a la provincia de Asia. 19 Todo el tiempo he estado entre ustedes
sirviendo al Señor con toda humildad, con muchas lágrimas y en medio de muchas
pruebas que me vinieron por lo que me querían hacer los judíos. 20 Pero no dejé
de anunciarles a ustedes nada de lo que era para su bien, enseñándoles
públicamente y en sus casas. 21 A judíos y a no judíos les he dicho que se
vuelvan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús. 22 Y ahora voy a Jerusalén,
obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera. 23 Lo único que sé
es que, en todas las ciudades a donde voy, el Espíritu Santo me dice que me
esperan la cárcel y muchos sufrimientos. 24 Para mí, sin embargo, mi propia
vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de la
carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena
noticia del amor de Dios.
25
»Y ahora estoy seguro de que ninguno de ustedes, entre quienes he anunciado el
reino de Dios, me volverá a ver. 26 Por esto quiero decirles hoy que no me
siento culpable respecto de ninguno, 27 porque les he anunciado todo el plan de
Dios, sin ocultarles nada. 28 Por lo tanto, estén atentos y cuiden de toda la
congregación, en la cual el Espíritu Santo los ha puesto como pastores para que
cuiden de la iglesia de Dios, que él compró con su propia sangre. 29 Sé que
cuando yo me vaya vendrán otros que, como lobos feroces, querrán acabar con la
iglesia. 30 Aun entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán
mentiras para que los creyentes los sigan. 31 Estén alerta; acuérdense de que
durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada
uno de ustedes.
32
»Ahora, hermanos, los encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder
para hacerlos crecer espiritualmente y darles todo lo que ha prometido a su
pueblo santo. 33 No he querido para mí mismo ni el dinero ni la ropa de nadie;
34 al contrario, bien saben ustedes que trabajé con mis propias manos para
conseguir lo necesario para mí y para los que estaban conmigo. 35 Siempre les
he enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad,
recordando aquellas palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en
recibir.”»
36
Después de decir esto, Pablo se puso de rodillas y oró con todos ellos. 37
Todos lloraron, y abrazaron y besaron a Pablo. 38 Y estaban muy tristes, porque
les había dicho que no volverían a verlo. Luego lo acompañaron hasta el barco.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Salmos 148 Dios Habla Hoy (DHH)
La
creación alaba al Señor
148
¡Aleluya!
¡Alaben
al Señor desde el cielo!
¡Alaben
al Señor desde lo alto!
2
¡Alábenlo
ustedes, todos sus ángeles!
¡Alábenlo
ustedes, ejércitos del cielo!
3
¡Alábenlo,
sol y luna!
¡Alábenlo
ustedes, brillantes luceros!
4
¡Alábalo
tú, altísimo cielo,
y
tú, agua que estás encima del cielo!
5
Alaben
el nombre del Señor,
pues
él dio una orden y todo fue creado;
6
él
lo estableció todo para siempre,
y
dictó una ley que no puede ser violada.
7
¡Alaben
al Señor desde la tierra,
monstruos
del mar, y mar profundo!
8
¡El
rayo y el granizo, la nieve y la neblina!
¡El
viento tempestuoso que cumple sus mandatos!
9
¡Los
montes y las colinas!
¡Todos
los cedros y los árboles frutales!
10
¡Los
animales domésticos y los salvajes!
¡Las
aves y los reptiles!
11
¡Los
reyes del mundo y todos los pueblos!
¡Todos
los jefes y gobernantes del mundo!
12
¡Hombres
y mujeres, jóvenes y viejos!
13
¡Alaben
todos el nombre del Señor,
pues
sólo su nombre es altísimo!
¡Su
honor está por encima del cielo y de la tierra!
14
¡Él
ha dado poder a su pueblo!
¡Alabanza
de todos sus fieles,
de
los israelitas, su pueblo cercano!
¡Aleluya!
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Habla Hoy (DHH)
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Proverbios 18:6-7 Dios Habla Hoy (DHH)
6
Con
sus labios, el necio se mete en líos;
con
sus palabras se busca buenos azotes.
7
Las
palabras del necio son su propia ruina;
con
sus labios se echa la soga al cuello.
Dios
Habla Hoy (DHH)
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