Día 236
Job 12:1-15:35; 1 Corintios 15:29-58; Salmos 39:1-13; Proverbios 21:30-31 (Nueva Versión Internacional)
Job 12-15 Nueva Versión Internacional (NVI)
Cuarto discurso de
Job
12 A esto respondió
Job:
2 «¡No hay duda de
que ustedes son el pueblo!
¡Muertos ustedes, morirá la sabiduría!
3 Pero yo tengo tanto
cerebro como ustedes;
en nada siento que me aventajen.
¿Quién no sabe todas esas cosas?
4 »Yo, que llamaba a
Dios y él me respondía,
me he vuelto el hazmerreír de mis amigos;
¡soy un hazmerreír, recto e intachable!
5 Dice la gente que
vive tranquila:
“¡Al daño se añade la injuria!”,
“¡Al que está por caer, hay que empujarlo!”
6 Los salteadores
viven tranquilos en sus carpas;
confiados viven esos que irritan a Dios
y piensan que pueden controlarlo.
7 »Pero interroga a
los animales,
y ellos te darán una lección;
pregunta a las aves
del cielo,
y ellas te lo contarán;
8 habla con la
tierra, y ella te enseñará;
con los peces del mar, y te lo harán saber.
9 ¿Quién de todos
ellos no sabe
que la mano del Señor ha hecho todo esto?
10 En sus manos está
la vida de todo ser vivo,
y el hálito que anima a todo ser humano.
11 ¿Acaso no
comprueba el oído las palabras
como la lengua prueba la comida?
12 Entre los ancianos
se halla la sabiduría;
en los muchos años, el entendimiento.
13 »Con Dios están la
sabiduría y el poder;
suyos son el consejo y el entendimiento.
14 Lo que él derriba,
nadie lo levanta;
a quien él apresa, nadie puede liberarlo.
15 Si él retiene las
lluvias, hay sequía;
si las deja caer, se inunda la tierra.
16 Suyos son el poder
y el buen juicio;
suyos son los engañados y los que engañan.
17 Él pone en
ridículo a los consejeros
y hace que los jueces pierdan la cabeza.
18 Despoja de su
autoridad a los reyes,
y les ata a la cintura un simple
taparrabo.[a]
19 Él pone en
ridículo a los sacerdotes,
y derroca a los que detentan el poder.
20 Acalla los labios
de los consejeros
y deja sin discernimiento a los ancianos.
21 Derrama ignominia
sobre los nobles
y deja en vergüenza a[b] los poderosos.
22 Pone al
descubierto los más oscuros abismos
y saca a la luz las sombras más profundas.
23 Engrandece o
destruye a las naciones;
las hace prosperar o las dispersa.
24 Priva de sensatez
a los poderosos,
y los hace vagar por desiertos sin
senderos.
25 Andan a tientas en
medio de la oscuridad,
y se tambalean como borrachos.
13 »Todo esto lo han
visto mis ojos;
lo han captado y entendido mis oídos.
2 Yo tengo tanto
conocimiento como ustedes;
en nada siento que me aventajen.
3 Más bien quisiera
hablar con el Todopoderoso;
me gustaría discutir mi caso con Dios.
4 Porque ustedes son
unos incriminadores;[c]
¡como médicos no valen nada!
5 ¡Si tan solo se
callaran la boca!
Eso, en ustedes, ¡ya sería sabiduría!
6 Ahora les toca
escuchar mi defensa;
presten atención a mi alegato.
7 ¿Se atreverán a
mentir en nombre de Dios?
¿Argumentarán en su favor con engaños?
8 ¿Le harán el favor
de defenderlo?
¿Van a resultar sus abogados defensores?
9 ¿Qué pasaría si él
los examinara?
¿Podrían engañarlo como se engaña a la
gente?
10 Lo más seguro es
que él los reprendería
si en secreto se mostraran parciales.
11 ¿Acaso no les
infundiría miedo su esplendor?
¿Y no caería sobre ustedes su terror?
12 ¡Han memorizado
proverbios sin sentido!
¡Se defienden con apologías endebles!
13 »¡Cállense la boca
y déjenme hablar,
y que venga lo que venga!
14 ¿Por qué me pongo
en peligro
y me juego el pellejo?
15 ¡Que me mate! ¡Ya
no tengo esperanza![d]
Pero en su propia cara defenderé mi
conducta.
16 En esto radica mi
liberación:
en que ningún impío comparecería ante él.
17 »Presten atención
a mis palabras;
presten oído a lo que digo:
18 Vean que ya he
preparado mi caso,
y sé muy bien que seré declarado inocente.
19 ¿Hay quien pueda
presentar cargos contra mí?
Si lo hay, me quedaré callado hasta morir.
20 »Concédeme, oh
Dios, solo dos cosas,
y no tendré que esconderme de ti:
21 Quítame la mano de
encima
y deja de infundirme temor.
22 Llámame a
comparecer y te responderé;
o déjame hablar y contéstame.
23 Enumera mis
iniquidades y pecados;
hazme ver mis transgresiones y ofensas.
24 ¿Por qué no me das
la cara?
¿Por qué me tienes por enemigo?
25 ¿Acosarás a una
hoja arrebatada por el viento?
¿Perseguirás a la paja seca?
26 Has dictado contra
mí penas amargas;
me estás cobrando[e] los pecados de mi
juventud.
27 Me has puesto
cadenas en los pies;
vigilas todos mis pasos;
¡examinas las huellas que dejo al caminar!
28 »El hombre es como
un odre[f] desgastado;
como ropa carcomida por la polilla.
14 »Pocos son los
días, y muchos los problemas,
que vive el hombre nacido de mujer.
2 Es como las flores,
que brotan y se marchitan;
es como efímera sombra que se esfuma.
3 ¿Y en alguien así
has puesto los ojos?
¿Con alguien como yo entrarás en juicio?
4 ¿Quién de la
inmundicia puede sacar pureza?
¡No hay nadie que pueda hacerlo!
5 Los días del hombre
ya están determinados;
tú has decretado los meses de su vida;
le has puesto límites que no puede rebasar.
6 Aparta de él la
mirada; déjalo en paz,
hasta que haya gozado de su día de
asalariado.
7 »Si se derriba un
árbol,
queda al menos la esperanza de que retoñe
y de que no se marchiten sus renuevos.
8 Tal vez sus raíces
envejezcan en la tierra
y su tronco muera en su terreno,
9 pero, al sentir el
agua, florecerá;
echará ramas como árbol recién plantado.
10 El hombre, en
cambio, muere y pierde su fuerza;
exhala el último suspiro, y deja de
existir.
11 Y así como del mar
desaparece el agua,
y los ríos se agotan y se secan,
12 así los mortales,
cuando se acuestan,
no se vuelven a levantar.
Mientras exista el
cielo,
no se levantarán los mortales
ni se despertarán de su sueño.
13 »¡Si al menos me
ocultaras en el sepulcro
y me escondieras hasta que pase tu enojo!
¡Si al menos me
pusieras un plazo,
y luego me recordaras!
14 Si el hombre
muere, ya no vuelve a la vida.
Cada día de mi servicio obligatorio
esperaré que llegue mi relevo.
15 Tú me llamarás, y
yo te responderé;
desearás ver la obra de tus manos.
16 Desearás también
contar mis pasos,
pero no tomarás en cuenta mi pecado.
17 En saco sellado
guardarás mis transgresiones,
y perdonarás del todo mi pecado.
18 »Pero, así como un
monte se erosiona y se derrumba,
y las piedras cambian de lugar;
19 así como las aguas
desgastan las rocas
y los torrentes erosionan el suelo,
así tú pones fin a la esperanza del hombre.
20 Lo apabullas del
todo, y él desaparece;
lo desfiguras, y entonces lo despides.
21 Si sus hijos
reciben honores, él no lo sabe;
si se les humilla, él no se da cuenta.
22 Solo siente el
dolor de su propio cuerpo,
y solo de sí mismo se conduele».
Segundo discurso de
Elifaz
15 Replicó entonces
Elifaz de Temán:
2 «El sabio no
responde con vana sabiduría
ni explota en violenta verborrea.[g]
3 Tampoco discute con
argumentos vanos
ni con palabras huecas.
4 Tú, en cambio,
restas valor al temor a Dios
y tomas a la ligera la devoción que él
merece.
5 Tu maldad pone en
acción tu boca;
hablas igual que los pícaros.
6 Tu propia boca te
condena, no la mía;
tus propios labios atestiguan contra ti.
7 »¿Eres acaso el
primer hombre que ha nacido?
¿Naciste acaso antes que los montes?
8 ¿Tienes parte en el
consejo de Dios?
¿Acaso eres tú el único sabio?
9 ¿Qué sabes tú que
nosotros no sepamos?
¿Qué has percibido que nosotros ignoremos?
10 Las canas y la
edad están de nuestra parte,
tenemos más experiencia que tu padre.
11 ¿No te basta que
Dios mismo te consuele
y que se te hable con cariño?
12 ¿Por qué te dejas
llevar por el enojo?
¿Por qué te relampaguean los ojos?
13 ¿Por qué desatas
tu enojo contra Dios
y das rienda suelta a tu lengua?
14 »¿Qué es el hombre
para creerse puro,
y el nacido de mujer para alegar inocencia?
15 Si Dios no confía
ni en sus santos siervos,
y ni siquiera considera puros a los cielos,
16 ¡cuánto menos
confiará en el hombre,
que es vil y corrupto y tiene sed del
mal![h]
17 »Escúchame, y te
lo explicaré;
déjame decirte lo que he visto.
18 Es lo que han
declarado los sabios,
sin ocultar nada de lo aprendido de sus
padres.
19 Solo a ellos se
les dio la tierra,
y ningún extraño pasó entre ellos.
20 El impío se ve
atormentado toda la vida,
el desalmado tiene sus años contados.
21 Sus oídos perciben
sonidos espantosos;
cuando está en paz, los salteadores lo
atacan.
22 No espera escapar
de las tinieblas;
condenado está a morir a filo de espada.
23 Vaga sin rumbo; es
comida de los buitres;[i]
sabe que el día de las tinieblas le ha
llegado.
24 La desgracia y la
angustia lo llenan de terror;
lo abruman como si un rey fuera a atacarlo,
25 y todo por
levantar el puño contra Dios
y atreverse a desafiar al Todopoderoso.
26 Contra Dios se
lanzó desafiante,
blandiendo grueso y resistente escudo.
27 »Aunque su rostro
esté hinchado de grasa,
y le sobre carne en la cintura,
28 habitará en
lugares desolados,
en casas deshabitadas,
en casas a punto de derrumbarse.
29 Dejará de ser
rico; no durarán sus riquezas
ni se extenderán sus posesiones en la
tierra.
30 No podrá escapar
de las tinieblas;
una llama de fuego marchitará sus renuevos,
y el aliento de Dios lo arrebatará.
31 Que no se engañe
ni confíe en cosas vanas,
porque nada obtendrá a cambio de ellas.
32 Antes de su
término recibirá su merecido,
y sus ramas no reverdecerán.
33 Quedará como vid
que pierde sus uvas verdes,
como olivo que no llega a florecer.
34 La compañía de los
impíos no es de provecho;
¡las moradas de los que aman el soborno
serán consumidas por el fuego!
35 Conciben
iniquidad, y dan a luz maldad;
en su vientre se genera el engaño».
Footnotes:
12:18 un simple
taparrabo. Alt. un cinturón.
12:21 deja en
vergüenza a. Lit. afloja el cinturón de.
13:4 incriminadores.
Lit. untadores de mentira.
13:15 ¡Que me mate …
esperanza! Alt. Aunque él me mate, seguiré esperando en él.
13:26 cobrando. Lit.
heredando.
13:28 como un odre.
Alt. como algo podrido.
15:2 explota en
violenta verborrea. Lit. llena su vientre con el viento del este.
15:16 tiene sed del
mal. Lit. que bebe como agua el mal.
15:23 rumbo …
buitres. Alt. rumbo, en busca de alimento.
Nueva Versión
Internacional (NVI)
La Santa Biblia,
Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica,
Inc.® Used by permission. All
rights reserved worldwide.
1 Corintios 15:29-58 Nueva Versión Internacional (NVI)
29 Si no hay
resurrección, ¿qué sacan los que se bautizan por los muertos? Si en definitiva
los muertos no resucitan, ¿por qué se bautizan por ellos? 30 Y nosotros, ¿por
qué nos exponemos al peligro a todas horas? 31 Que cada día muero, hermanos, es
tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro
Señor. 32 ¿Qué he ganado si, solo por motivos humanos, en Éfeso luché contra
las fieras? Si los muertos no resucitan,
«comamos y bebamos,
que mañana moriremos».[a]
33 No se dejen
engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». 34 Vuelvan a su
sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes
que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de ustedes lo digo.
El cuerpo resucitado
35 Tal vez alguien
pregunte: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vendrán?» 36
¡Qué tontería! Lo que tú siembras no cobra vida a menos que muera. 37 No
plantas el cuerpo que luego ha de nacer, sino que siembras una simple semilla
de trigo o de otro grano. 38 Pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a
cada clase de semilla le da un cuerpo propio. 39 No todos los cuerpos son
iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y
de peces. 40 Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el
esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es
otro. 41 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las
estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
42 Así sucederá
también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción
resucita en incorrupción; 43 lo que se siembra en oprobio resucita en gloria;
lo que se siembra en debilidad resucita en poder; 44 se siembra un cuerpo
natural,[b] resucita un cuerpo espiritual.
Si hay un cuerpo
natural, también hay un cuerpo espiritual. 45 Así está escrito: «El primer
hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»;[c] el último Adán, en el
Espíritu que da vida. 46 No vino primero lo espiritual, sino lo natural, y
después lo espiritual. 47 El primer hombre era del polvo de la tierra; el
segundo hombre, del cielo. 48 Como es aquel hombre terrenal, así son también
los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. 49 Y,
así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos[d]
también la imagen del celestial.
50 Les declaro,
hermanos, que el cuerpo mortal[e] no puede heredar el reino de Dios, ni lo
corruptible puede heredar lo incorruptible. 51 Fíjense bien en el misterio que
les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, 52 en
un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues
sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y
nosotros seremos transformados. 53 Porque lo corruptible tiene que revestirse
de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. 54 Cuando lo corruptible se
revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá
lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la victoria».[f]
55 «¿Dónde está, oh
muerte, tu victoria?
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?»[g]
56 El aguijón de la
muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. 57 ¡Pero gracias a Dios,
que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
58 Por lo tanto, mis
queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en
la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.
Footnotes:
15:32 Is 22:13
15:44 natural. Lit.
síquico; también en v. 46.
15:45 Gn 2:7
15:49 llevaremos.
Var. llevemos.
15:50 el cuerpo
mortal. Lit. carne y sangre.
15:54 Is 25:8
15:55 Os 13:14
Nueva Versión
Internacional (NVI)
La Santa Biblia,
Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica,
Inc.® Used by permission. All
rights reserved worldwide.
Salmos 39 Nueva Versión Internacional (NVI)
Al director musical.
Para Jedutún. Salmo de David.
39 Me dije a mí
mismo:
«Mientras esté ante
gente malvada
vigilaré mi conducta,
me abstendré de pecar con la lengua,
me pondré una mordaza en la boca».
2 Así que guardé
silencio, me mantuve callado.
¡Ni aun lo bueno salía de mi boca!
Pero mi angustia iba
en aumento;
3 ¡el corazón me ardía en el pecho!
Al meditar en esto,
el fuego se inflamó
y tuve que decir:
4 «Hazme saber,
Señor, el límite de mis días,
y el tiempo que me queda por vivir;
hazme saber lo efímero que soy.
5 Muy breve es la
vida que me has dado;
ante ti, mis años no son nada.
¡Un soplo nada más es
el mortal!
Selah
6 Es un suspiro que se pierde entre las
sombras.
Ilusorias son las
riquezas que amontona,[a]
pues no sabe quién se quedará con ellas.
7 »Y ahora, Señor,
¿qué esperanza me queda?
¡Mi esperanza he puesto en ti!
8 Líbrame de todas
mis transgresiones.
Que los necios no se burlen de mí.
9 »He guardado
silencio; no he abierto la boca,
pues tú eres quien actúa.
10 Ya no me
castigues,
que los golpes de tu mano me aniquilan.
11 Tú reprendes a los
mortales,
los castigas por su iniquidad;
como polilla, acabas
con sus placeres.
¡Un soplo nada más es el mortal! Selah
12 »Señor, escucha mi
oración,
atiende a mi clamor;
no cierres tus oídos a mi llanto.
Ante ti soy un
extraño,
un peregrino, como todos mis antepasados.
13 No me mires con
enojo, y volveré a alegrarme
antes que me muera y deje de existir».
Footnotes:
39:6 Ilusorias … que
amontona (lectura probable); En vano hace ruido y amontona (TM).
Nueva Versión
Internacional (NVI)
La Santa Biblia,
Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica,
Inc.® Used by permission. All
rights reserved worldwide.
Proverbios 21:30-31 Nueva Versión Internacional (NVI)
30 De nada sirven
ante el Señor
la sabiduría, la inteligencia y el consejo.
31 Se alista al
caballo para el día de la batalla,
pero la victoria depende del Señor.
Nueva Versión
Internacional (NVI)
La Santa Biblia,
Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 by Biblica,
Inc.® Used by permission. All
rights reserved worldwide.
No comments:
Post a Comment