Día 217
Esdras 1:1-2:70; 1 Corintios 1:18-2:5; Salmos 27:7-14; Proverbios 20:22-23 (Reina-Valera 1960)
Esdras 1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
El decreto de Ciro
(2 Cr. 36.22-23)
1 En el primer año de Ciro rey de Persia, para
que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el
espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por
escrito por todo su reino, diciendo:
2 Así ha dicho Ciro
rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la
tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.
3 Quien haya entre
vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y
edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en
Jerusalén.
4 Y a todo el que
haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar
con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa
de Dios, la cual está en Jerusalén.
El regreso a
Jerusalén
5 Entonces se
levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los
sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a
edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.
6 Y todos los que
estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y
con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.
7 Y el rey Ciro sacó
los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén,
y los había puesto en la casa de sus dioses.
8 Los sacó, pues,
Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta
a Sesbasar príncipe de Judá.
9 Y esta es la cuenta
de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,
10 treinta tazas de
oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.
11 Todos los
utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo
llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.
Los que volvieron con
Zorobabel
(Neh. 7.5-73)
2 Estos son los hijos de la provincia que
subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había
llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a
su ciudad;
2 los cuales vinieron
con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar,
Bigvai, Rehum y Baana.
El número de los
varones del pueblo de Israel:
3 Los hijos de Paros,
dos mil ciento setenta y dos.
4 Los hijos de
Sefatías, trescientos setenta y dos.
5 Los hijos de Ara,
setecientos setenta y cinco.
6 Los hijos de
Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos doce.
7 Los hijos de Elam,
mil doscientos cincuenta y cuatro.
8 Los hijos de Zatu,
novecientos cuarenta y cinco.
9 Los hijos de Zacai,
setecientos sesenta.
10 Los hijos de Bani,
seiscientos cuarenta y dos.
11 Los hijos de
Bebai, seiscientos veintitrés.
12 Los hijos de
Azgad, mil doscientos veintidós.
13 Los hijos de
Adonicam, seiscientos sesenta y seis.
14 Los hijos de
Bigvai, dos mil cincuenta y seis.
15 Los hijos de Adín,
cuatrocientos cincuenta y cuatro.
16 Los hijos de Ater,
de Ezequías, noventa y ocho.
17 Los hijos de
Bezai, trescientos veintitrés.
18 Los hijos de Jora,
ciento doce.
19 Los hijos de
Hasum, doscientos veintitrés.
20 Los hijos de
Gibar, noventa y cinco.
21 Los hijos de
Belén, ciento veintitrés.
22 Los varones de
Netofa, cincuenta y seis.
23 Los varones de
Anatot, ciento veintiocho.
24 Los hijos de
Azmavet, cuarenta y dos.
25 Los hijos de
Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.
26 Los hijos de Ramá
y Geba, seiscientos veintiuno.
27 Los varones de
Micmas, ciento veintidós.
28 Los varones de
Bet-el y Hai, doscientos veintitrés.
29 Los hijos de Nebo,
cincuenta y dos.
30 Los hijos de
Magbis, ciento cincuenta y seis.
31 Los hijos del otro
Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
32 Los hijos de
Harim, trescientos veinte.
33 Los hijos de Lod,
Hadid y Ono, setecientos veinticinco.
34 Los hijos de
Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
35 Los hijos de
Senaa, tres mil seiscientos treinta.
36 Los sacerdotes:
los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.
37 Los hijos de Imer,
mil cincuenta y dos.
38 Los hijos de
Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.
39 Los hijos de
Harim, mil diecisiete.
40 Los levitas: los
hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.
41 Los cantores: los hijos
de Asaf, ciento veintiocho.
42 Los hijos de los
porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos
de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento treinta y
nueve.
43 Los sirvientes del
templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,
44 los hijos de
Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,
45 los hijos de
Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub,
46 los hijos de
Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán,
47 los hijos de
Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía,
48 los hijos de
Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam,
49 los hijos de Uza,
los hijos de Paseah, los hijos de Besai,
50 los hijos de
Asena, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim,
51 los hijos de
Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,
52 los hijos de
Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa,
53 los hijos de
Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,
54 los hijos de
Nezía, los hijos de Hatifa.
55 Los hijos de los
siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de
Peruda,
56 los hijos de
Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel,
57 los hijos de
Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami.
58 Todos los
sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y
dos.
59 Estos fueron los
que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que no pudieron
demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel:
60 los hijos de
Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
61 Y de los hijos de
los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai,
el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y fue llamado por el
nombre de ellas.
62 Estos buscaron su
registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio,
63 y el gobernador
les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote
para consultar con Urim y Tumim.
64 Toda la
congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos
sesenta,
65 sin contar sus
siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete; y
tenían doscientos cantores y cantoras.
66 Sus caballos eran
setecientos treinta y seis; sus mulas, doscientas cuarenta y cinco;
67 sus camellos,
cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
68 Y algunos de los
jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en
Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para
reedificarla en su sitio.
69 Según sus fuerzas
dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras
de plata, y cien túnicas sacerdotales.
70 Y habitaron los
sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los
sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
1 Corintios 1:18-2:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Cristo, poder y
sabiduría de Dios
18 Porque la palabra
de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a
nosotros, es poder de Dios.
19 Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los
entendidos.
20 ¿Dónde está el
sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha
enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
21 Pues ya que en la
sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a
Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
22 Porque los judíos
piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
23 pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y
para los gentiles locura;
24 mas para los
llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
25 Porque lo
insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más
fuerte que los hombres.
26 Pues mirad,
hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos
poderosos, ni muchos nobles;
27 sino que lo necio
del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28 y lo vil del mundo
y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29 a fin de que nadie
se jacte en su presencia.
30 Mas por él estáis
vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría,
justificación, santificación y redención;
31 para que, como
está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Proclamando a Cristo
crucificado
2 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para
anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de
sabiduría.
2 Pues me propuse no
saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
3 Y estuve entre
vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;
4 y ni mi palabra ni
mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con
demostración del Espíritu y de poder,
5 para que vuestra fe
no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 27:7-14 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
7 Oye, oh Jehová, mi
voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de
mí, y respóndeme.
8 Mi corazón ha dicho
de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh
Jehová;
9 No escondas tu
rostro de mí.
No apartes con ira a
tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me
desampares, Dios de mi salvación.
10 Aunque mi padre y
mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me
recogerá.
11 Enséñame, oh
Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de
rectitud
A causa de mis
enemigos.
12 No me entregues a
la voluntad de mis enemigos;
Porque se han
levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
13 Hubiera yo desmayado,
si no creyese que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los
vivientes.
14 Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y
aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 20:22-23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
22 No digas: Yo me
vengaré;
Espera a Jehová, y él
te salvará.
23 Abominación son a
Jehová las pesas falsas,
Y la balanza falsa no
es buena.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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