Día 214
2 Crónicas 32:1-33:13; Romanos 15:23-16:7; Salmos 25:16-22; Proverbios 20:16-18 (Reina-Valera 1960)
2 Crónicas 32:1-33:13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Senaquerib invade a
Judá
(2 R. 18.13-37; Is.
36.1-22)
32 Después de estas cosas y de esta fidelidad,
vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las
ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas.
2 Viendo, pues,
Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén,
3 tuvo consejo con
sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que
estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.
4 Entonces se reunió
mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del
territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas
cuando vengan?
5 Después con ánimo
resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y
otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, y también
hizo muchas espadas y escudos.
6 Y puso capitanes de
guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la
ciudad, y habló al corazón de ellos, diciendo:
7 Esforzaos y
animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud
que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.
8 Con él está el
brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y
pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de
Ezequías rey de Judá.
9 Después de esto,
Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas,
envió sus siervos a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los
de Judá que estaban en Jerusalén:
10 Así ha dicho
Senaquerib rey de los asirios: ¿En quién confiáis vosotros, al resistir el
sitio en Jerusalén?
11 ¿No os engaña
Ezequías para entregaros a muerte, a hambre y a sed, al decir: Jehová nuestro
Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?
12 ¿No es Ezequías el
mismo que ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a
Jerusalén: Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso?
13 ¿No habéis sabido
lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron
los dioses de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano?
14 ¿Qué dios hubo de
entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que
pudiese salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro Dios libraros de
mi mano?
15 Ahora, pues, no os
engañe Ezequías, ni os persuada de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios
de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, y de
las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?
16 Y otras cosas más
hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías.
17 Además de esto
escribió cartas en que blasfemaba contra Jehová el Dios de Israel, y hablaba
contra él, diciendo: Como los dioses de las naciones de los países no pudieron
librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de
mis manos.
18 Y clamaron a gran
voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba sobre los muros, para
espantarles y atemorizarles, a fin de poder tomar la ciudad.
19 Y hablaron contra
el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, que
son obra de manos de hombres.
Jehová libra a
Ezequías
(2 R. 19.1-37; Is.
37.1-38)
20 Mas el rey
Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron por esto, y clamaron al cielo.
21 Y Jehová envió un
ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes
en el campamento del rey de Asiria. Este se volvió, por tanto, avergonzado a su
tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios
hijos.
22 Así salvó Jehová a
Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de
Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados.
23 Y muchos trajeron
a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos presentes a Ezequías rey de Judá; y fue
muy engrandecido delante de todas las naciones después de esto.
Enfermedad de
Ezequías
(2 R. 20.1-11; Is.
38.1-22)
24 En aquel tiempo
Ezequías enfermó de muerte; y oró a Jehová, quien le respondió, y le dio una
señal.
25 Mas Ezequías no
correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón,
y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.
26 Pero Ezequías,
después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de
Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.
Ezequías recibe a los
enviados de Babilonia
(2 R. 20.12-19; Is.
39.1-8)
27 Y tuvo Ezequías
riquezas y gloria, muchas en gran manera; y adquirió tesoros de plata y oro,
piedras preciosas, perfumes, escudos, y toda clase de joyas deseables.
28 Asimismo hizo
depósitos para las rentas del grano, del vino y del aceite, establos para toda
clase de bestias, y apriscos para los ganados.
29 Adquirió también
ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque Dios le había
dado muchas riquezas.
30 Este Ezequías
cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el
occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.
31 Mas en lo
referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él
para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para
probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.
Muerte de Ezequías
(2 R. 20.20-21)
32 Los demás hechos
de Ezequías, y sus misericordias, he aquí todos están escritos en la profecía
del profeta Isaías hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
33 Y durmió Ezequías
con sus padres, y lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de
los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda Jerusalén; y reinó
en su lugar Manasés su hijo.
Reinado de Manasés
(2 R. 21.1-18)
33 De doce años era Manasés cuando comenzó a
reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.
2 Pero hizo lo malo
ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que
Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.
3 Porque él reedificó
los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a
los baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos,
y les rindió culto.
4 Edificó también
altares en la casa de Jehová, de la cual había dicho Jehová: En Jerusalén
estará mi nombre perpetuamente.
5 Edificó asimismo altares
a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.
6 Y pasó sus hijos
por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en
ag:ueros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió
en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira.
7 Además de esto puso
una imagen fundida que hizo, en la casa de Dios, de la cual había dicho Dios a
David y a Salomón su hijo: En esta casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre
todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre;
8 y nunca más quitaré
el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición de
que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, los
estatutos y los preceptos, por medio de Moisés.
9 Manasés, pues, hizo
extraviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las
naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel.
10 Y habló Jehová a
Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon;
11 por lo cual Jehová
trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los
cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a
Babilonia.
12 Mas luego que fue
puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la
presencia del Dios de sus padres.
13 Y habiendo orado a
él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su
reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Romanos 15:23-16:7 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
23 Pero ahora, no
teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a
vosotros,
24 cuando vaya a
España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por
vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.
25 Mas ahora voy a
Jerusalén para ministrar a los santos.
26 Porque Macedonia y
Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los
santos que están en Jerusalén.
27 Pues les pareció
bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos
participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de
los materiales.
28 Así que, cuando
haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros
rumbo a España.
29 Y sé que cuando
vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de
Cristo.
30 Pero os ruego,
hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me
ayudéis orando por mí a Dios,
31 para que sea
librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a
los santos en Jerusalén sea acepta;
32 para que con gozo
llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con
vosotros.
33 Y el Dios de paz
sea con todos vosotros. Amén.
Saludos personales
16 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la
cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea;
2 que la recibáis en
el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en
que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.
3 Saludad a Priscila
y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús,
4 que expusieron su
vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las
iglesias de los gentiles.
5 Saludad también a
la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de
Acaya para Cristo.
6 Saludad a María, la
cual ha trabajado mucho entre vosotros.
7 Saludad a Andrónico
y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy
estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 25:16-22 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Mírame, y ten misericordia
de mí,
Porque estoy solo y
afligido.
17 Las angustias de
mi corazón se han aumentado;
Sácame de mis
congojas.
18 Mira mi aflicción
y mi trabajo,
Y perdona todos mis
pecados.
19 Mira mis enemigos,
cómo se han multiplicado,
Y con odio violento
me aborrecen.
20 Guarda mi alma, y
líbrame;
No sea yo
avergonzado, porque en ti confié.
21 Integridad y
rectitud me guarden,
Porque en ti he
esperado.
22 Redime, oh Dios, a
Israel
De todas sus
angustias.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 20:16-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Quítale su ropa al
que salió por fiador del extraño,
Y toma prenda del que
sale fiador por los extraños.
17 Sabroso es al
hombre el pan de mentira;
Pero después su boca
será llena de cascajo.
18 Los pensamientos
con el consejo se ordenan;
Y con dirección sabia
se hace la guerra.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera
1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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