2 Crónicas 8:11-10:19; Romanos 8:9-23; Salmos 18:16-34; Proverbios 19:26 (Reina-Valera 1960 (RVR1960))
2 Crónicas 8:11-10:19 Reina-Valera
1960 (RVR1960)
11
Y pasó Salomón a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él
había edificado para ella; porque dijo: Mi mujer no morará en la casa de David
rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de Jehová,
son sagradas.
12
Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él
había edificado delante del pórtico,
13
para que ofreciesen cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en
los días de reposo,[a] en las nuevas lunas, y en las fiestas solemnes tres
veces en el año, esto es, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta
de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos.
14
Y constituyó los turnos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo
ordenado por David su padre, y los levitas en sus cargos, para que alabasen y
ministrasen delante de los sacerdotes, cada cosa en su día; asimismo los
porteros por su orden a cada puerta; porque así lo había mandado David, varón
de Dios.
15
Y no se apartaron del mandamiento del rey, en cuanto a los sacerdotes y los
levitas, y los tesoros, y todo negocio;
16
porque toda la obra de Salomón estaba preparada desde el día en que se pusieron
los cimientos de la casa de Jehová hasta que fue terminada, hasta que la casa
de Jehová fue acabada totalmente.
17
Entonces Salomón fue a Ezión-geber y a Elot, a la costa del mar en la tierra de
Edom.
18
Porque Hiram le había enviado naves por mano de sus siervos, y marineros
diestros en el mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y
tomaron de allá cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey
Salomón.
La
reina de Sabá visita a Salomón
(1
R. 10.1-13)
9 Oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón,
vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias
aromáticas, oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con
preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su
corazón tenía.
2
Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas, y nada hubo que Salomón no le
contestase.
3
Y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, y la casa que había
edificado,
4
y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus
criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, y la
escalinata por donde subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada.
5
Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y
de tu sabiduría;
6
pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han
visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había
sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído.
7
Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que están siempre
delante de ti, y oyen tu sabiduría.
8
Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de ti para ponerte sobre su
trono como rey para Jehová tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel para
afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que
hagas juicio y justicia.
9
Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias
aromáticas, y piedras preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las
que dio la reina de Sabá al rey Salomón.
10
También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro
de Ofir, trajeron madera de sándalo, y piedras preciosas.
11
Y de la madera de sándalo el rey hizo gradas en la casa de Jehová y en las
casas reales, y arpas y salterios para los cantores; nunca en la tierra de Judá
se había visto madera semejante.
12
Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y le pidió, más
de lo que ella había traído al rey. Después ella se volvió y se fue a su tierra
con sus siervos.
Riquezas
y fama de Salomón
(1
R. 10.14-29; 2 Cr. 1.14-17)
13
El peso del oro que venía a Salomón cada año, era seiscientos sesenta y seis
talentos de oro,
14
sin lo que traían los mercaderes y negociantes; también todos los reyes de
Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.
15
Hizo también el rey Salomón doscientos paveses de oro batido, cada uno de los
cuales tenía seiscientos siclos de oro labrado;
16
asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos
siclos de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano.
17
Hizo además el rey un gran trono de marfil, y lo cubrió de oro puro.
18
El trono tenía seis gradas, y un estrado de oro fijado al trono, y brazos a uno
y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos.
19
Había también allí doce leones sobre las seis gradas, a uno y otro lado. Jamás
fue hecho trono semejante en reino alguno.
20
Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la casa del
bosque del Líbano, de oro puro. En los días de Salomón la plata no era
apreciada.
21
Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años
solían venir las naves de Tarsis, y traían oro, plata, marfil, monos y pavos
reales.
22
Y excedió el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en
sabiduría.
23
Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oír la
sabiduría que Dios le había dado.
24
Cada uno de éstos traía su presente, alhajas de plata, alhajas de oro,
vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos, todos los años.
25
Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros, y doce
mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en
Jerusalén.
26
Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Eufrates hasta la tierra de los
filisteos, y hasta la frontera de Egipto.
27
Y acumuló el rey plata en Jerusalén como piedras, y cedros como los cabrahigos
de la Sefela en abundancia.
28
Traían también caballos para Salomón, de Egipto y de todos los países.
Muerte
de Salomón
(1
R. 11.41-43)
29
Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no están todos escritos en
los libros del profeta Natán, en la profecía de Ahías silonita, y en la
profecía del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?
30
Reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años.
31
Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David su
padre; y reinó en su lugar Roboam su hijo.
Rebelión
de Israel
(1
R. 12.1-24)
10 Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se
había reunido todo Israel para hacerlo rey.
2
Y cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde había
huido a causa del rey Salomón, volvió de Egipto.
3
Y enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel, y hablaron a
Roboam, diciendo:
4
Tu padre agravó nuestro yugo; ahora alivia algo de la dura servidumbre y del
pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos.
5
Y él les dijo: Volved a mí de aquí a tres días. Y el pueblo se fue.
6
Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante
de Salomón su padre cuando vivía, y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que
responda a este pueblo?
7
Y ellos le contestaron diciendo: Si te condujeres humanamente con este pueblo,
y les agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán siempre.
8
Mas él, dejando el consejo que le dieron los ancianos, tomó consejo con los
jóvenes que se habían criado con él, y que estaban a su servicio.
9
Y les dijo: ¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha
hablado, diciendo: Alivia algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?
10
Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le contestaron: Así dirás al
pueblo que te ha hablado diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú
disminuye nuestra carga. Así les dirás: Mi dedo más pequeño es más grueso que
los lomos de mi padre.
11
Así que, si mi padre os cargó de yugo pesado, yo añadiré a vuestro yugo; mi
padre os castigó con azotes, y yo con escorpiones.
12
Vino, pues, Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día, según el rey
les había mandado diciendo: Volved a mí de aquí a tres días.
13
Y el rey les respondió ásperamente; pues dejó el rey Roboam el consejo de los
ancianos,
14
y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre hizo pesado
vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes,
mas yo con escorpiones.
15
Y no escuchó el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para que Jehová
cumpliera la palabra que había hablado por Ahías silonita a Jeroboam hijo de
Nabat.
16
Y viendo todo Israel que el rey no les había oído, respondió el pueblo al rey,
diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos herencia en el hijo
de Isaí. !!Israel, cada uno a sus tiendas! !!David, mira ahora por tu casa! Así
se fue todo Israel a sus tiendas.
17
Mas reinó Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de
Judá.
18
Envió luego el rey Roboam a Adoram, que tenía cargo de los tributos; pero le
apedrearon los hijos de Israel, y murió. Entonces se apresuró el rey Roboam, y
subiendo en su carro huyó a Jerusalén.
19
Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.
Footnotes:
2 Crónicas 8:13 Aquí equivale a sábado.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Romanos 8:9-23 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
9
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,
no es de él.
10
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del
pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
11
Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros,
el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
12
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a
la carne;
13
porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis
morir las obras de la carne, viviréis.
14
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de
Dios.
15
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba,
Padre!
16
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
17
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si
es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
18
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
19
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los
hijos de Dios.
20
Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por
causa del que la sujetó en esperanza;
21
porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción,
a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
22
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de
parto hasta ahora;
23
y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del
Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la
adopción, la redención de nuestro cuerpo.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 18:16-34 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
16
Envió
desde lo alto; me tomó,
Me
sacó de las muchas aguas.
17
Me
libró de mi poderoso enemigo,
Y
de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18
Me
asaltaron en el día de mi quebranto,
Mas
Jehová fue mi apoyo.
19
Me
sacó a lugar espacioso;
Me
libró, porque se agradó de mí.
20
Jehová
me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme
a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
21
Porque
yo he guardado los caminos de Jehová,
Y
no me aparté impíamente de mi Dios.
22
Pues
todos sus juicios estuvieron delante de mí,
Y
no me he apartado de sus estatutos.
23
Fui
recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
24
Por
lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme
a la limpieza de mis manos delante de su vista.
25
Con
el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y
recto para con el hombre íntegro.
26
Limpio
te mostrarás para con el limpio,
Y
severo serás para con el perverso.
27
Porque
tú salvarás al pueblo afligido,
Y
humillarás los ojos altivos.
28
Tú
encenderás mi lámpara;
Jehová
mi Dios alumbrará mis tinieblas.
29
Contigo
desbarataré ejércitos,
Y
con mi Dios asaltaré muros.
30
En
cuanto a Dios, perfecto es su camino,
Y
acrisolada la palabra de Jehová;
Escudo
es a todos los que en él esperan.
31
Porque
¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y
qué roca hay fuera de nuestro Dios?
32
Dios
es el que me ciñe de poder,
Y
quien hace perfecto mi camino;
33
Quien
hace mis pies como de ciervas,
Y
me hace estar firme sobre mis alturas;
34
Quien
adiestra mis manos para la batalla,
Para
entesar con mis brazos el arco de bronce.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 19:26 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
26
El
que roba a su padre y ahuyenta a su madre,
Es
hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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