1 Crónicas 24:1-26:11; Romanos 4:1-13; Salmos 13; Proverbios 19:15-16 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))
1 Crónicas 24:1-26:11 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
Organización
de los sacerdotes
24
Clanes de los aaronitas. Descendientes de Aarón: Nadab, Abihú, Eleazar e
Itamar. 2 Como Nadab y Abihú murieron antes que su padre y sin descendencia,
Eleazar e Itamar se encargaron del sacerdocio. 3 David, junto con Sadoc,
descendiente de Eleazar, y Ajimélec, descendiente de Itamar, los distribuyó por
turnos para que ejercieran su ministerio. 4 Y resultó que entre los
descendientes de Eleazar había más varones que entre los de Itamar, por lo que
a los descendientes de Eleazar correspondieron dieciséis cabezas de familia y a
los descendientes de Itamar, ocho. 5 El reparto de unos y otros se hizo por
sorteo, ya que tanto entre los descendientes de Eleazar como entre los de
Itamar, había ministros del santuario y ministros de Dios. 6 El secretario
Semaías, levita hijo de Natanael, los inscribió en presencia del rey, de las
autoridades, del sacerdote Sadoc, de Ajimélec, hijo de Abiatar, y de los jefes
de las familias sacerdotales y levíticas. Dos turnos correspondían a la familia
de Eleazar y uno a la de Itamar. 7 El primer turno tocó a Jeorib, el segundo a
Jedaías, 8 el tercero a Jarín, el cuarto a Seorín, 9 el quinto a Malquías, el
sexto a Miyamín, 10 el séptimo a Hacós, el octavo a Abías, 11 el noveno a
Jesúa, el décimo a Secanías, 12 el undécimo a Eliasib, el duodécimo a Jaquín,
13 el décimo tercero a Jupá, el décimo cuarto a Jesebab, 14 el décimo quinto a
Bilgá, el décimo sexto a Imer, 15 el décimo séptimo a Jerib, el décimo octavo a
Hapises, 16 el décimo noveno a Petajías, el vigésimo a Ezequiel, 17 el vigésimo
primero a Jaquín, el vigésimo segundo a Gamul, 18 el vigésimo tercero a Delaías
y el vigésimo cuarto a Maazías.
19
Así quedó su distribución para el servicio del Templo, de acuerdo con las
normas que su padre Aarón les había dado por orden del Señor Dios de Israel.
20
Los restantes levitas se distribuían así: de los descendientes de Amrán,
Subael; de los descendientes de Subael, Jejdías; 21 de los descendientes de
Rejabías el primogénito era Jisías; 22 de los jisaritas, Selomit; de los
descendientes de Solomit, Jájat; 23 de los descendientes de Hebrón, el primero
Jerías, el segundo Amarías, el tercero Jajciel y el cuarto Jecamán. 24 Micá era
descendiente de Uziel; de los descendientes de Micá, Samir; 25 Jisías era
hermano de Micá; de los descendientes de Jisías, Zacarías; 26 Majlí y Musí eran
descendientes de Merarí; descendientes de Jaazías, su hijo; 27 descendientes de
Merarí a través de su hijo Jaazías: Sohán, Zacur e Ibrí; 28 de Mahlí, Eleazar,
que no tuvo descendientes; 29 de los descendientes de Quis, Jerajmeel; 30 los
descendientes de Musí fueron Majlí, Éder y Jerimot.
Estos
eran los levitas por familias paternas. 31 También ellos, como sus parientes
aaronitas, se distribuyeron por sorteo en presencia del rey David, de Sadoc y
Ajimélec, y de los jefes de las familias sacerdotales y levíticas, compartiendo
la misma suerte las familias principales y las más pequeñas.
Organización
de los cantores
25
David y los responsables del culto separaron para el servicio del canto a los
descendientes de Asaf, Hemán y Jedutún para que cantasen como profetas al son
de cítaras, salterios y platillos. He aquí la lista de los hombres adscritos a
este servicio:
2
De la familia de Asaf: Zacur, José, Natanael y Asarelá, hijos de Asaf,
dirigidos por su padre, profeta cantor a las órdenes de David. 3 De la familia
de Jedutún: Guedalías, Serí, Isaías, Simeí, Jasabías y Matatías; los seis
dirigidos por su padre Jedutún, que profetizaba al son de la cítara para dar
gracias y alabar al Señor. 4 De la familia de Hemán, Buquías, Matanías, Uziel,
Sebuel, Jerimot, Jananías, Jananí, Eliatá, Guidaltí, Romanti Ézer, Josbecasá,
Malotí, Hotir y Majaziot; 5 todos ellos eran hijos de Hemán, el vidente del
rey, que le transmitía los oráculos divinos para acrecentar su poder, pues Dios
había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas. 6 Todos ellos, bajo la dirección
de su padre, cantaban en el Templo del Señor con platillos, salterios y cítaras
al servicio del Templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban a las órdenes del
rey. 7 Su número, incluidos sus hermanos instruidos en el canto al Señor, todos
ellos expertos, era de doscientos ochenta y ocho.
8
Repartieron a suertes los turnos de servicio, sin distinguir pequeños y
grandes, maestros y discípulos. 9 El primer turno correspondió a José, de la
familia de Asaf; el segundo a Guedalías, que sumaba doce con hijos y parientes;
10 el tercero a Zacur, 11 el cuarto a Jisrí, 12 el quinto a Natanael, 13 el
sexto a Buquías, 14 el séptimo a Jesarelá, 15 el octavo a Isaías, 16 el noveno
a Matanías, 17 el décimo a Simeí, 18 el undécimo a Azarel, 19 el duodécimo a
Jasabías, 20 el décimo tercero a Subael, 21 el décimo cuarto a Matitías, 22 el
décimo quinto a Jeremot, 23 el décimo sexto a Jananías, 24 el décimo séptimo a
Josbecasá, 25 el décimo octavo a Jananí, 26 el décimo noveno a Malotí, 27 el
vigésimo a Eliatá, 28 el vigésimo primero a Hotir, 29 el vigésimo segundo a
Guidaltí, 30 el vigésimo tercero a Majaziot 31 y el vigésimo cuarto a Romanti
Ézer.
Levitas
porteros
26
Distribución de los porteros coreítas: Por los descendientes de Asaf:
Meselemías, descendiente de Coré. 2 Descendientes de Meselemías: el primogénito
Zacarías, segundo Jediael, tercero Zebadías, cuarto Jatniel, 3 quinto Elán,
sexto Yojanán y séptimo Elioenay. 4 Descendientes de Obededón: el primogénito
Semaías, segundo Jozabat, tercero Joaj, cuarto Sacar, quinto Natanael, 5 sexto
Amiel, séptimo Isacar y octavo Peuletay, pues Dios había bendecido a Obededón.
6 Su hijo Semaías tuvo descendientes que sobresalieron en sus respectivas
familias, pues eran gente valerosa. 7 Descendientes de Semaías: Otní, Rafael,
Obed, Elzabad y sus parientes, gente valerosa, Elihú y Semaquías. 8 Todos estos
eran los descendientes de Obededón y con sus hijos y parientes, valerosos y
competentes en su oficio, sumaban sesenta y dos. 9 Los descendientes y
parientes de Meselemías sumaban dieciocho personas valerosas. 10 Descendientes
de Josá, de la familia de Merarí: primero Simrí, pues, aunque no era el
primogénito, su padre lo puso de jefe; 11 segundo Jilquías, tercero Tebalías, y
cuarto Zacarías. En total, los descendientes y parientes de Josá eran trece.
La
Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La
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Romanos 4:1-13 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
El
ejemplo de Abrahán
4
Veamos el caso de Abrahán, nuestro antepasado. ¿Qué decir de él? 2 Si Abrahán
hubiese obtenido la amistad divina en virtud de sus obras, tendría razón para
sentirse orgulloso. Aunque nunca ante Dios. 3 Pues ¿qué dice la Escritura?
Creyó Abrahán a Dios y esto le valió que Dios le concediera su amistad. 4 Por
otra parte, el salario del que trabaja no es un regalo, sino una deuda. 5 De
modo que quien no pone su confianza en las propias obras, sino que se fía de
Dios, que restablece en su amistad al pecador, efectivamente esa su fe lo
restablece en la amistad divina. 6 Igualmente David llama dichosos a quienes
Dios ha restablecido en su amistad con independencia de las obras:
7
¡Dichosos
aquellos a quienes Dios ha perdonado sus culpas,
y
aquellos cuyos pecados ha sepultado en lo profundo!
8
¡Dichoso
aquel a quien el Señor no le toma en cuenta su pecado!
9
¿A quién se dirige esta felicitación? ¿Solamente a los que están circuncidados
o también a los que no lo están? Hemos dicho que la fe le valió a Abrahán para
que Dios le concediera su amistad. 10 ¿Y cuándo sucedió esto? ¿Antes o después
de haberse circuncidado? Sin duda, sucedió antes. 11 La circuncisión la recibió
más tarde como una señal, como un sello garantizador de que ya se le había
concedido la amistad divina mediante la fe, aun antes de estar circuncidado. De
esta manera, Abrahán se ha convertido en padre de todos los que creen sin estar
circuncidados, por cuanto también a ellos Dios los restablece en su amistad. 12
Y al mismo tiempo se ha convertido en padre para los que, estando
circuncidados, no confían únicamente en la circuncisión, sino que siguen las
huellas de la fe que, antes de circuncidarse, tuvo ya nuestro padre Abrahán.
La
fe y la promesa de la herencia
13
Dios prometió a Abrahán y a sus descendientes que recibirían en herencia el
mundo entero. Y no vinculó tal promesa a ley alguna, sino a la fuerza salvadora
de la fe.
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Salmos 13 La Palabra (Hispanoamérica)
(BLPH)
Salmo
13 (12)
¿Hasta
cuándo me ocultarás tu rostro?
13
Al maestro del coro. De David.
2
¿Hasta
cuándo, Señor? ¿Vas a olvidarme para siempre?
¿Hasta
cuándo me ocultarás tu rostro?
3
¿Hasta
cuándo estaré intranquilo
con
mi corazón apenado día tras día?
¿Hasta
cuándo me vencerá mi enemigo?
4
¡Mira
y respóndeme, Señor, Dios mío!
Ilumina
mis ojos para que no quede sumido en la muerte,
5
para
que no pueda decir mi enemigo: “lo dominé”,
ni
se regocijen mis adversarios si tropiezo.
6
Yo
en tu bondad confío,
mi
corazón se regocija en tu salvación.
Cantaré
al Señor que me ha favorecido.
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Proverbios 19:15-16 La Palabra
(Hispanoamérica) (BLPH)
15
La
pereza hunde en la modorra,
el
indolente pasará hambre.
16
Quien
respeta el precepto respeta su vida,
quien
deshonra su conducta morirá.
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