2 Reyes 23:31-25:30; Hechos 22:17-23:10; Salmos 2; Proverbios 18:13 (Dios Habla Hoy (DHH))
2 Reyes 23:31-25:30 Dios Habla Hoy
(DHH)
Reinado
de Joacaz en Judá
31
Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres
meses. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías, y era de Libná. 32 Pero
sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de sus antepasados.
33 El faraón Necao lo tuvo preso en Riblá, en la región de Hamat, para que no
reinara en Jerusalén, y obligó al país a pagar un tributo de tres mil
trescientos kilos de plata y treinta y tres kilos de oro. 34 Además, el faraón
Necao puso como rey a Eliaquim, hijo de Josías, en lugar de su padre, y le
cambió el nombre y le puso Joaquim, y a Joacaz lo tomó y lo llevó a Egipto,
donde murió.
35
Joaquim entregó a Necao la plata y el oro que este exigía, para lo cual tuvo
que imponer una contribución a la gente del país. Y cada uno pagó en plata y en
oro el impuesto que se le calculó, para entregárselo al faraón Necao.
Reinado
de Joaquim en Judá
36
Joaquim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén
once años. Su madre se llamaba Zebudá, hija de Pedaías, y era de Rumá. 37 Pero
sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de sus antepasados.
24
Durante el reinado de Joaquim, Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió el
país, y Joaquim estuvo sometido a él durante tres años. Luego cambió de parecer
y se rebeló contra él. 2 Pero el Señor mandó contra Joaquim bandas de ladrones
caldeos, sirios, moabitas y amonitas. Las envió contra Judá, para que la
destruyeran, conforme al anuncio que había hecho el Señor por medio de sus
siervos los profetas. 3 Esto ocurrió con Judá porque el Señor así lo dispuso,
para apartarla de su presencia por todos los pecados que Manasés había
cometido, 4 y también por la sangre inocente que había derramado y con la cual
había llenado Jerusalén. Por eso el Señor no quiso perdonar más.
5
El resto de la historia de Joaquim y de todo lo que hizo está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de Judá. 6 Cuando murió, reinó en su lugar
su hijo Joaquín.
7
Desde entonces, el rey de Egipto no salió más de su país, porque el rey de
Babilonia había conquistado todas sus posesiones, desde el arroyo de Egipto
hasta el río Éufrates.
Joaquín
y su corte son desterrados a Babilonia
8
Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres
meses. Su madre se llamaba Nehustá, hija de Elnatán, y era de Jerusalén. 9 Pero
sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de su padre.
10
En aquel tiempo, las tropas de Nabucodonosor, rey de Babilonia, marcharon
contra Jerusalén y la rodearon para atacarla. 11 Durante el ataque a la ciudad,
llegó Nabucodonosor. 12 Entonces Joaquín, rey de Judá, junto con su madre, sus
oficiales, jefes y hombres de confianza, se rindieron al rey de Babilonia,
quien los hizo prisioneros. Esto sucedió en el año ocho del reinado de
Nabucodonosor.
13
Después Nabucodonosor sacó de allí todos los tesoros del templo del Señor y del
palacio real y, tal como el Señor lo había anunciado, rompió todos los objetos
de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo del Señor. 14
Luego se llevó cautivos a todos los habitantes de Jerusalén, a todos los jefes
y los mejores soldados, y a todos los artesanos y herreros, hasta completar
diez mil prisioneros. No quedó nadie en el país, a excepción de la gente más
pobre.
15
Nabucodonosor se llevó también cautivos a Joaquín y a su madre, a sus esposas,
a sus oficiales, y a las personas más importantes del país. Los llevó cautivos
de Jerusalén a Babilonia. 16 El total de prisioneros de renombre que el rey de
Babilonia se llevó, fue de siete mil; y mil el de artesanos y herreros, además
de todos los hombres fuertes y aptos para la guerra. 17 Luego el rey de
Babilonia nombró rey a Matanías, en lugar de su sobrino Joaquín, y le cambió su
nombre y le puso Sedequías.
Reinado
de Sedequías
18
Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en
Jerusalén. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías, y era de Libná. 19
Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de Joaquim. 20
Por eso el Señor se enojó con Jerusalén y con Judá, y los echó de su presencia.
Caída
de Jerusalén
Después
Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 25 1 El día diez del mes décimo
del año noveno del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor marchó con todo
su ejército contra Jerusalén, y la sitió. Acampó frente a ella, y a su
alrededor construyó rampas para atacarla. 2 La ciudad estuvo sitiada hasta el
año once del reinado de Sedequías. 3 El día nueve del mes cuarto de ese año
aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer. 4
Entonces hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y aunque los caldeos
la tenían sitiada, el rey y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la
noche. Salieron por la puerta situada entre las dos murallas, por el camino de
los jardines reales, y tomaron el camino del valle del Jordán. 5 Pero los
soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías, y lo alcanzaron en la llanura
de Jericó. Todo su ejército lo abandonó y se dispersó. 6 Los caldeos capturaron
al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el
territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías, 7 y
en presencia de éste mandó degollar a sus hijos. En cuanto a Sedequías, mandó
que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia.
Destrucción
del templo
8
El día siete del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor,
rey de Babilonia, Nebuzaradán, oficial del rey y comandante de la guardia real,
llegó a Jerusalén 9 e incendió el templo, el palacio real y todas las casas de
la ciudad, especialmente las casas de todos los personajes notables, 10 y el
ejército caldeo que lo acompañaba derribó las murallas que rodeaban Jerusalén.
11 Luego Nebuzaradán llevó desterrados a Babilonia tanto a los que aún quedaban
en la ciudad como a los que se habían puesto del lado del rey de Babilonia, y
al resto de los artesanos. 12 Sólo dejó a algunos de entre la gente más pobre,
para que cultivaran los viñedos y los campos.
13
Los caldeos hicieron pedazos los objetos de bronce que había en el templo: las
columnas, las bases y la enorme pila para el agua, y se llevaron todo el bronce
a Babilonia. 14 También se llevaron los ceniceros, las palas, las
despabiladeras, los cucharones y todos los utensilios de bronce para el culto.
15 Igualmente, el comandante de la guardia se llevó todos los objetos de oro y
plata: los braseros y los tazones. 16 Por lo que se refiere a las dos columnas,
la enorme pila para el agua y las bases que el rey Salomón había mandado hacer
para el templo, su peso no podía calcularse. 17 Cada columna tenía más de ocho
metros de altura, y en su parte superior tenía un capitel de bronce, de más de
dos metros de altura, alrededor del cual había una rejilla toda de bronce,
adornada con granadas. Las dos columnas eran iguales.
Destierro
del pueblo de Judá
18
El comandante de la guardia apresó también a Seraías, sumo sacerdote, a
Sofonías, sacerdote que le seguía en dignidad, y a los tres guardianes del
umbral del templo. 19 De la gente de la ciudad apresó al oficial que mandaba
las tropas, a cinco hombres del servicio personal del rey que se encontraron en
la ciudad, al funcionario militar que reclutaba hombres para el ejército y a
sesenta ciudadanos notables que estaban en la ciudad. 20-21 Nebuzaradán llevó a
todos estos ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de
Hamat. Allí el rey de Babilonia mandó que los mataran.
Así
fue desterrado de su país el pueblo de Judá.
El
grupo restante huye a Egipto
22
Nabucodonosor, rey de Babilonia, nombró gobernador a Guedalías, hijo de Ahicam
y nieto de Safán, para que se hiciera cargo de la gente que él había dejado en
Judá. 23 Y cuando los jefes del ejército de Judá y sus hombres supieron esto,
fueron a Mispá para hablar con Guedalías. Eran Ismael, hijo de Netanías;
Johanán, hijo de Caréah; Seraías, hijo de Tanhúmet, de Netofá; y Jaazanías,
hijo de un hombre de Maacá. Fueron acompañados de sus hombres. 24 Guedalías les
hizo un juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo que no tuvieran miedo de
los oficiales caldeos, que se quedaran a vivir en el país y sirvieran al rey de
Babilonia, y que les iría bien.
25
Pero en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisamá, que era de
la familia real de Judá, llegó acompañado de diez hombres, y entre todos
mataron a Guedalías y a los judíos y caldeos que había con él en Mispá. 26
Entonces toda la gente, por miedo a los caldeos, se levantó y se fue a Egipto,
lo mismo grandes y pequeños que oficiales del ejército.
Joaquín
es libertado y recibe honores en Babilonia
27
El día veintisiete del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey
Joaquín de Judá, comenzó a reinar en Babilonia el rey Evil-merodac, el cual se
mostró bondadoso con Joaquín y lo sacó de la cárcel, 28 lo trató bien y le dio
preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29 De esta
manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el
rey por el resto de su vida. 30 Además, durante toda su vida, Joaquín recibió
una pensión diaria de parte del rey de Babilonia.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
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Hechos 22:17-23:10 Dios Habla Hoy
(DHH)
17
»Cuando regresé a Jerusalén, fui al templo a orar, y tuve una visión. 18 Vi al
Señor, que me dijo: “Date prisa, sal rápidamente de Jerusalén, porque no van a
hacer caso de lo que dices de mí.” 19 Yo le dije: “Señor, ellos saben que yo
iba por todas las sinagogas y llevaba a la cárcel a los que creían en ti, y que
los golpeaba, 20 y que cuando mataron a tu siervo Esteban, que daba testimonio
de ti, yo mismo estaba allí, aprobando que lo mataran, e incluso cuidé la ropa
de quienes lo mataron.” 21 Pero el Señor me dijo: “Ponte en camino, que voy a
enviarte a naciones lejanas.”»
Pablo
en manos del comandante
22
Hasta este punto lo escucharon; pero entonces comenzaron a gritar: «¡Ese hombre
no debe vivir! ¡Bórralo de este mundo!» 23 Y como seguían gritando y sacudiendo
sus ropas y tirando polvo al aire, 24 el comandante ordenó que metieran a Pablo
en el cuartel, y mandó que lo azotaran, para que confesara por qué la gente
gritaba en contra suya. 25 Pero cuando ya lo tenían atado para azotarlo, Pablo
le preguntó al capitán que estaba presente:
—¿Tienen
ustedes autoridad para azotar a un ciudadano romano, y además sin haberlo
juzgado?
26
Al oír esto, el capitán fue y avisó al comandante, diciendo:
—¿Qué
va a hacer usted? Este hombre es ciudadano romano.
27
Entonces el comandante se acercó a Pablo, y le preguntó:
—¿Es
cierto que tú eres ciudadano romano?
Pablo
le contestó:
—Sí.
28
El comandante le dijo:
—A
mí me costó mucho dinero hacerme ciudadano romano.
Y
Pablo respondió:
—Pues
yo lo soy por nacimiento.
29
Con esto, los que iban a azotar a Pablo se apartaron de él; y hasta el mismo
comandante, al darse cuenta de que era ciudadano romano, tuvo miedo por haberlo
encadenado.
Pablo
ante la Junta Suprema de los judíos
30
Al día siguiente, el comandante, queriendo saber con exactitud de qué acusaban
los judíos a Pablo, le quitó las cadenas y mandó reunir a los jefes de los
sacerdotes y a toda la Junta Suprema. Luego sacó a Pablo y lo puso delante de
ellos.
23
Pablo miró a los de la Junta Suprema y les dijo:
—Hermanos,
yo he vivido hasta hoy con la conciencia tranquila delante de Dios.
2
Entonces Ananías, que era sumo sacerdote, mandó a los que estaban cerca de
Pablo que le pegaran en la boca. 3 Pero Pablo le contestó:
—¡Dios
le va a pegar a usted, hipócrita! Si usted está sentado ahí para juzgarme según
la ley, ¿por qué contra la ley manda que me peguen?
4
Los que estaban presentes le dijeron:
—¿Así
insultas al sumo sacerdote de Dios?
5
Pablo dijo:
—Hermanos,
yo no sabía que fuera el sumo sacerdote; pues en la Escritura dice: “No
maldigas al que gobierna a tu pueblo.”
6
Luego, dándose cuenta de que algunos de la Junta eran del partido saduceo y
otros del partido fariseo, dijo Pablo en voz alta:
—Hermanos,
yo soy fariseo, de familia de fariseos; y se me está juzgando porque espero la
resurrección de los muertos.
7
En cuanto Pablo dijo esto, los fariseos y los saduceos comenzaron a discutir
entre sí, y se dividió la reunión. 8 Porque los saduceos dicen que los muertos
no resucitan, y que no hay ángeles ni espíritus; en cambio, los fariseos creen
en todas estas cosas. 9 Todos gritaban; y algunos maestros de la ley, que eran
del partido fariseo, se levantaron y dijeron:
—Este
hombre no ha hecho nada malo; tal vez le ha hablado un espíritu o un ángel.
10
Como el alboroto era cada vez mayor, el comandante tuvo miedo de que hicieran
pedazos a Pablo, por lo cual mandó llamar a unos soldados para sacarlo de allí
y llevarlo otra vez al cuartel.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
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Salmos 2 Dios Habla Hoy (DHH)
Tú
eres mi hijo
2
¿Por qué se alborotan los pueblos paganos?
¿Por
qué hacen planes sin sentido?
2
Los
reyes y gobernantes de la tierra
se
rebelan, y juntos conspiran
contra
el Señor y su rey escogido.
3
Y
gritan:
«¡Vamos
a quitarnos sus cadenas!
¡Vamos
a librarnos de sus ataduras!»
4
El
Señor, el que reina en el cielo,
se
ríe de ellos;
5
luego,
enojado, los asusta;
lleno
de furor les dice:
6
«Ya
he consagrado a mi rey sobre Sión, mi monte santo.»
7
Voy
a anunciar la decisión del Señor:
él
me ha dicho: «Tú eres mi hijo;
yo
te he engendrado hoy.
8
Pídeme
que te dé las naciones como herencia
y
hasta el último rincón del mundo en propiedad,
y
yo te los daré.
9
Con
cetro de hierro destrozarás a los reyes;
¡los
harás pedazos como a ollas de barro!»
10
Reyes
y gobernantes de la tierra, entiendan esto,
¡aprendan
bien esta lección!
11-12
Adoren
al Señor con alegría y reverencia;
inclínense
ante él con temblor,
no
sea que se enoje
y
ustedes mueran en el camino,
pues
su furor se enciende fácilmente.
¡Felices
los que buscan protección en él!
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
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Proverbios 18:13 Dios Habla Hoy (DHH)
13
Es
una necedad y una vergüenza
responder
antes de escuchar.
Dios
Habla Hoy (DHH)
Dios
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