Job 34:1-36:33; 2 Corintios 4:1-12; Salmos 44:1-8; Proverbios 22:10-12 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Job 34-36 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Segundo
discurso de Eliú
34
También dijo Eliú:
2
«Ustedes
los sabios, escuchen mis palabras;
ustedes los instruidos, préstenme atención.
3
El
oído saborea las palabras,
como saborea el paladar la comida.
4
Examinemos
juntos este caso;
decidamos entre nosotros lo mejor.
5
»Job
alega: “Soy inocente,
pero Dios se niega a hacerme justicia.
6
Tengo
que resultar un mentiroso,
a pesar de que soy justo;
sus
flechas me hieren de muerte,
a pesar de que no he pecado”.
7
¿Dónde
hay alguien como Job,
que tiene el sarcasmo a flor de labios?[a]
8
Le
encanta hacer amistad con los malhechores
y andar en compañía de los malvados.
9
¡Y
nos alega que ningún provecho saca el hombre
tratando de agradar a Dios!
10
»Escúchenme,
hombres entendidos:
¡Es inconcebible que Dios haga lo malo,
que el Todopoderoso cometa injusticias!
11
Dios
paga al hombre según sus obras;
lo trata como se merece.
12
¡Ni
pensar que Dios cometa injusticias!
¡El Todopoderoso no pervierte el derecho!
13
¿Quién
le dio poder sobre la tierra?
¿Quién lo puso a cargo de todo el mundo?
14
Si
pensara en retirarnos su espíritu,[b]
en quitarnos su hálito de vida,
15
todo
el género humano perecería,
¡la humanidad entera volvería a ser polvo!
16
»Escucha
esto, si eres entendido;
presta atención a lo que digo.
17
¿Puede
acaso gobernar quien detesta la justicia?
¿Condenarás entonces al Dios justo y
poderoso,
18
al
que niega el valor de los reyes
y denuncia la maldad de los nobles?
19
Dios
no se muestra parcial con los príncipes
ni favorece a los ricos más que a los
pobres.
¡Unos y otros son obra de sus manos!
20
Mueren
de pronto, en medio de la noche;
la gente se estremece y muere;
los
poderosos son derrocados
sin intervención humana.
21
»Los
ojos de Dios ven los caminos del hombre;
él vigila cada uno de sus pasos.
22
No
hay lugares oscuros ni sombras profundas
que puedan esconder a los malhechores.
23
Dios
no tiene que examinarlos
para someterlos a juicio.
24
No
tiene que indagar para derrocar a los poderosos
y sustituirlos por otros.
25
Dios
toma nota de todo lo que hacen;
por la noche los derroca, y quedan
aplastados;
26
los
castiga por su maldad
para escarmiento de todos,[c]
27
pues
dejaron de seguirlo
y no tomaron en cuenta sus caminos.
28
Hicieron
llegar a su presencia
el clamor de los pobres y necesitados,
y Dios lo escuchó.
29
¿Pero
quién puede condenarlo
si él decide guardar silencio?
¿Quién
puede verlo si oculta su rostro?
Él está por encima de pueblos y personas,
30
para
que no reinen los malvados
ni le tiendan trampas a su pueblo.
31
»Supongamos
que le dijeras:
“Soy culpable; no volveré a ofenderte.
32
Enséñame
lo que no alcanzo a percibir;
si he cometido algo malo, no volveré a
hacerlo”.
33
¿Tendría
Dios que recompensarte
como tú quieres que lo haga,
aunque lo hayas rechazado?
No
seré yo quien lo decida, sino tú,
así que expresa lo que piensas.
34
»Que
me digan los sabios
y ustedes los entendidos que me escuchan:
35
“Job
no sabe lo que dice;
en sus palabras no hay inteligencia”.
36
¡Que
sea Job examinado,
pues como un malvado ha respondido!
37
A
su pecado ha añadido rebeldía;
en nuestra propia cara se ha burlado de
nosotros,
y se ha excedido en sus palabras contra
Dios».
Tercer
discurso de Eliú
35
Además, Eliú dijo:
2
«¿Crees
tener la razón, Job, cuando afirmas:
“Mi justicia es mayor que la de Dios”?,[d]
3
y
cuando te atreves a preguntarle:
“¿En qué te beneficias si no peco?”
4
Pues
bien, voy a responderles
a ti y a tus amigos.
5
Mira
hacia el cielo, y fíjate bien;
contempla las nubes en lo alto.
6
Si
pecas, ¿en qué afectas a Dios?
Si multiplicas tus faltas, ¿en qué lo dañas?
7
Si
actúas con justicia, ¿qué puedes darle?
¿Qué puede recibir de parte tuya?
8
Hagas
el mal o hagas el bien,
los únicos afectados serán tus semejantes.
9
»Todo
el mundo clama bajo el peso de la opresión,
y pide ser librado del brazo del poderoso.
10
Pero
nadie dice: “¿Dónde está Dios, mi Hacedor,
que renueva mis fuerzas[e] por las noches,
11
que
nos enseña más que a las bestias del campo,
que nos hace más sabios que las aves del
cielo?”
12
Si
Dios no responde al clamor de la gente,
es por la arrogancia de los malvados.
13
Dios
no escucha sus vanas peticiones;
el Todopoderoso no les presta atención.
14
Aun
cuando digas que no puedes verlo,
tu caso está delante de él, y debes
aguardarlo.
15
Tú
dices que Dios no se enoja ni castiga,
y que no se da cuenta de tanta maldad;[f]
16
pero
tú, Job, abres la boca y dices tonterías;
hablas mucho y no sabes lo que dices».
Cuarto
discurso de Eliú
36
Eliú continuó diciendo:
2
«Ten
paciencia conmigo y te mostraré
que aún quiero decir más en favor de Dios.
3
Mi
conocimiento proviene de muy lejos;
voy a demostrar que mi Hacedor está en lo
justo.
4
Te
aseguro que no hay falsedad en mis palabras;
¡tienes ante ti a la sabiduría en persona!
5
»Dios
es poderoso, pero no rechaza al inocente;[g]
Dios es poderoso, y todo lo entiende.[h]
6
Al
malvado no lo mantiene con vida;
al afligido le hace valer sus derechos.
7
Cuida
siempre de los justos;
los hace reinar en compañía de reyes
y los exalta para siempre.
8
Pero,
si son encadenados,
si la aflicción los domina,
9
Dios
denuncia sus acciones
y la arrogancia de su pecado.
10
Les
hace prestar oído a la corrección
y les pide apartarse del mal.
11
Si
ellos le obedecen y le sirven,
pasan el resto de su vida en prosperidad,
pasan felices los años que les quedan.
12
Pero,
si no le hacen caso,
sin darse cuenta cruzarán el umbral de la
muerte.[i]
13
»Los
de corazón impío abrigan resentimiento;
no piden ayuda aun cuando Dios los
castigue.[j]
14
Mueren
en la flor de la vida,
entre los que se prostituyen en los
santuarios.
15
A
los que sufren, Dios los libra mediante el sufrimiento;
en su aflicción, los consuela.[k]
16
»Dios
te libra de las fauces de la angustia,
te lleva a un lugar amplio y espacioso,
y llena tu mesa con la mejor comida.
17
Pero
tú te has ganado el juicio que merecen los impíos;[l]
el juicio y la justicia te tienen atrapado.
18
Cuídate
de no dejarte seducir por las riquezas;
no te dejes desviar por el soborno.
19
Tus
grandes riquezas no podrán sostenerte,
ni tampoco todos tus esfuerzos.
20
No
ansíes que caiga la noche,
cuando la gente es arrancada de su
sitio.[m]
21
Cuídate
de no inclinarte a la maldad,
que por eso fuiste apartado de la
aflicción.
22
»Dios
es exaltado por su poder.
¿Qué maestro hay que se le compare?
23
¿Quién
puede pedirle cuentas de sus actos?
¿Quién puede decirle que se ha equivocado?
24
No
te olvides de exaltar sus obras,
que con cánticos han sido alabadas.
25
Todo
el género humano puede contemplarlas,
aunque solo desde lejos.
26
¡Tan
grande es Dios que no lo conocemos!
¡Incontable es el número de sus años!
27
ȃl
derrama las gotas de agua
que
fluyen como lluvia hacia los ríos;[n]
28
las
nubes derraman su lluvia,
que cae a raudales sobre el género humano.
29
¿Quién
entiende la extensión de las nubes
y el estruendo que sale de su pabellón?
30
Vean
a Dios esparcir su luz en torno suyo,
y bañar con ella las profundidades del
océano.
31
Dios
gobierna a las naciones
y les da comida en abundancia.
32
Toma
entre sus manos el relámpago,
y le ordena dar en el blanco.
33
Su
trueno anuncia la inminente tormenta,
y
hasta el ganado presagia su llegada.
Footnotes:
34:7 tiene … labios. Lit. bebe sarcasmo
como agua.
34:14 espíritu. Alt. Espíritu.
34:26 para escarmiento de todos. Lit. en un
lugar visible.
35:2 Mi justicia … Dios. Alt. Dios habrá de
justificarme.
35:10 que renueva mis fuerzas. Alt. que me
inspira cánticos.
35:15 maldad. Palabra de difícil
traducción.
36:5 no rechaza al inocente (LXX); no
rechaza (TM).
36:5 todo lo entiende. Lit. es fuerte de
corazón.
36:12 el umbral de la muerte. Lit. el
canal.
36:13 los castigue (lectura probable); los
aprisione (TM).
36:15 los consuela. Alt. los hace entender.
Lit. abre sus oídos.
36:17 te has … impíos. Texto de difícil
traducción.
36:20 Los vv. 18-20 son de difícil traducción.
36:27 que fluyen … los ríos. Alt. que
destila del rocío en forma de lluvia.
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Versión Internacional (NVI)
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2 Corintios 4:1-12 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Tesoros
en vasijas de barro
4
Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos.
2 Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no
actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la
clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la
presencia de Dios. 3 Pero, si nuestro evangelio está encubierto, lo está para
los que se pierden. 4 El dios de este mundo ha cegado la mente de estos
incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual
es la imagen de Dios. 5 No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo
como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús.
6 Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas,[a] hizo
brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que
resplandece en el rostro de Cristo.
7
Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime
poder viene de Dios y no de nosotros. 8 Nos vemos atribulados en todo, pero no
abatidos; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados;
derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en
nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en
nuestro cuerpo. 11 Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a
la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro
cuerpo[b] mortal. 12 Así que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida.
Footnotes:
4:6 Gn 1:3
4:11 nuestro cuerpo. Lit. nuestra carne.
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Salmos 44:1-8 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Al
director musical. Masquil de los hijos de Coré.
44
Oh Dios, nuestros oídos han oído
y nuestros padres nos han contado
las
proezas que realizaste en sus días,
en aquellos tiempos pasados:
2
Con
tu mano echaste fuera a las naciones
y en su lugar estableciste a nuestros
padres;
aplastaste
a aquellos pueblos,
y a nuestros padres los hiciste
prosperar.[a]
3
Porque
no fue su espada la que conquistó la tierra,
ni fue su brazo el que les dio la victoria:
fue
tu brazo, tu mano derecha;
fue la luz de tu rostro, porque tú los
amabas.
4
Solo
tú eres mi rey y mi Dios.
¡Decreta las victorias de Jacob!
5
Por
ti derrotamos a nuestros enemigos;
en tu nombre aplastamos a nuestros
agresores.
6
Yo
no confío en mi arco,
ni puede mi espada darme la victoria;
7
tú
nos das la victoria sobre nuestros enemigos,
y dejas en vergüenza a nuestros
adversarios.
8
¡Por
siempre nos gloriaremos en Dios!
¡Por siempre alabaremos tu nombre! Selah
Footnotes:
44:2 los hiciste prosperar. Lit. los
arrojaste.
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Proverbios 22:10-12 Nueva Versión
Internacional (NVI)
10
Despide
al insolente, y se irá la discordia
y cesarán los pleitos y los insultos.
11
El
que ama la pureza de corazón y tiene gracia al hablar
tendrá por amigo al rey.
12
Los
ojos del Señor protegen el saber,
pero desbaratan las palabras del traidor.
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