Esdras 1:1-2:70; 1 Corintios 1:18-2:5; Salmos 27:8-14; Proverbios 20:22-23 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))
Esdras 1-2 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
Proclamación
de Ciro
1
En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del
Señor por boca de Jeremías, el Señor movió el espíritu de Ciro, rey de Persia,
y este hizo proclamar por todo su reino y también por escrito: 2 «Así dice
Ciro, rey de Persia: “El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los
reinos de la tierra, y Él me ha designado para que le edifique una casa en
Jerusalén, que está en Judá. 3 El que de entre todos ustedes pertenezca a Su
pueblo, sea su Dios con él. Que suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique
la casa del Señor, Dios de Israel; Él es el Dios que está en Jerusalén. 4 Y a
todo sobreviviente, en cualquier lugar que habite, que los hombres de aquel
lugar lo ayuden con plata y oro, con bienes y ganado, junto con una ofrenda
voluntaria para la casa de Dios que está en Jerusalén”».
5
Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y
los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido
a subir para edificar la casa del Señor que está en Jerusalén. 6 Y todos los
que habitaban alrededor de ellos los ayudaron con objetos de plata, con oro,
con bienes, con ganado y con objetos preciosos, además de todo lo que fue dado
como ofrenda voluntaria.
7
También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del Señor que Nabucodonosor se
había llevado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses. 8 Ciro, rey
de Persia, los hizo sacar por mano del tesorero Mitrídates, que los dio
contados a Sesbasar, príncipe de Judá. 9 Este fue su número: 30 platos de oro,
1,000 platos de plata, 29 cuchillos duplicados; 10 30 tazas de oro; 410 tazas
de plata de otra clase; y 1,000 de varias clases. 11 Todos los objetos de oro y
de plata fueron 5,400. Sesbasar los trajo todos con los desterrados que
subieron de Babilonia a Jerusalén.
Los
que volvieron con Zorobabel
2
Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de los
desterrados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a
Babilonia y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, 2 los
cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo,
Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana.
El
número de hombres del pueblo de Israel: 3 los hijos de Paros, 2,172; 4 los
hijos de Sefatías, 372; 5 los hijos de Ara, 775; 6 los hijos de Pahat Moab, de
los hijos de Jesúa y de Joab, 2,812; 7 los hijos de Elam, 1,254; 8 los hijos de
Zatu, 945; 9 los hijos de Zacai, 760; 10 los hijos de Bani, 642; 11 los hijos
de Bebai, 623; 12 los hijos de Azgad, 1,222; 13 los hijos de Adonicam, 666; 14
los hijos de Bigvai, 2,056; 15 los hijos de Adín, 454; 16 los hijos de Ater, de
Ezequías, 98; 17 los hijos de Bezai, 323; 18 los hijos de Jora, 112; 19 los
hijos de Hasum, 223; 20 los hijos de Gibar, 95; 21 los hombres[a] de Belén,
123; 22 los hombres de Netofa, 56; 23 los hombres de Anatot, 128; 24 los hijos
de Azmavet, 42; 25 los hijos de Quiriat Jearim, Cafira y Beerot, 743; 26 los
hijos de Ramá y Geba, 621; 27 los hombres de Micmas, 122; 28 los hombres de
Betel[b] y Hai, 223; 29 los hijos de Nebo, 52; 30 los hijos de Magbis, 156; 31
los hijos del otro Elam, 1,254; 32 los hijos de Harim, 320; 33 los hijos de
Lod, Hadid y Ono, 725; 34 los hombres de Jericó, 345; 35 los hijos de Senaa,
3,630.
36
Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, 973; 37 los hijos de
Imer, 1,052; 38 los hijos de Pasur, 1,247; 39 los hijos de Harim, 1,017.
40
Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, 74. 41
Los cantores: los hijos de Asaf, 128. 42 Los hijos de los porteros: los hijos
de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos
de Hatita, los hijos de Sobai, en total 139.
43
Los sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de
Tabaot, 44 los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón, 45 los
hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub, 46 los hijos de Hagab,
los hijos de Salmai, los hijos de Hanán, 47 los hijos de Gidel, los hijos de
Gahar, los hijos de Reaía, 48 los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los
hijos de Gazam, 49 los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai,
50 los hijos de Asena, los hijos de Mehunim, los hijos de Nefusim, 51 los hijos
de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur, 52 los hijos de Bazlut, los
hijos de Mehída, los hijos de Harsa, 53 los hijos de Barcos, los hijos de
Sísara, los hijos de Tema, 54 los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa.
55
Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet,
los hijos de Peruda, 56 los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de
Gidel, 57 los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret
Hazebaim, los hijos de Ami. 58 El total de los sirvientes del templo y de los
hijos de los siervos de Salomón, era de 392.
59
Y estos fueron los que subieron de Tel Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Imer,
aunque no pudieron demostrar si sus casas paternas o su descendencia eran de
Israel: 60 los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, 652.
61
De los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los
hijos de Barzilai, que había tomado por mujer a una de las hijas de Barzilai el
galaadita, con cuyo nombre fue llamado. 62 Estos buscaron en su registro de
genealogías, pero no se hallaron, y fueron considerados inmundos y excluidos
del sacerdocio. 63 El gobernador[c] les dijo que no comieran de las cosas
santísimas hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim.
64
Toda la asamblea reunida era de 42,360, 65 sin contar sus siervos y siervas,
que eran 7,337; y tenían 200 cantores y cantoras. 66 Sus caballos eran 736; sus
mulos, 245; 67 sus camellos, 435; sus asnos, 6,720.
68
Cuando algunos de los jefes de casas paternas llegaron a la casa del Señor que
está en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias en la casa de Dios para
reedificarla sobre sus mismos cimientos. 69 Según sus medios dieron al tesoro
para la obra 61,000 dracmas (518.5 kilos) de oro, 5,000 minas (2,850 kilos) de
plata y 100 túnicas sacerdotales.
70
Los sacerdotes y los levitas, algunos del pueblo, los cantores, los porteros y
los sirvientes del templo habitaban en sus ciudades, y el resto de Israel en
sus ciudades.
Footnotes:
Esdras 2:21 Lit. hijos.
Esdras 2:28 I.e. Casa de Dios.
Esdras 2:63 En heb. Tirsata, un título persa.
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1 Corintios 1:18-2:5 Nueva Biblia de
las Américas (NBLA)
Cristo,
poder de Dios
18
Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para
nosotros los salvos es poder de Dios. 19 Porque está escrito:
«Destruiré
la sabiduría de los sabios,
Y
el entendimiento de los inteligentes desecharé».
20
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que sabe discutir
en este siglo[a]? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad?
21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio de
su propia sabiduría, agradó a Dios mediante la necedad de la predicación salvar
a los que creen. 22 Porque en verdad los judíos piden señales[b] y los griegos
buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de
tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles. 24 Sin embargo, para los
llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de
Dios. 25 Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad
de Dios es más fuerte que los hombres.
Cristo,
sabiduría de Dios
26
Pues consideren[c], hermanos, su llamamiento. No hubo muchos sabios conforme a
la carne[d], ni muchos poderosos, ni muchos nobles. 27 Sino que Dios ha
escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo
débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. 28 También Dios ha escogido
lo vil y despreciado del mundo: lo que no es, para anular lo que es, 29 para
que nadie[e] se jacte delante de Dios.
30
Pero por obra Suya[f] están ustedes en Cristo Jesús, el cual se hizo para
nosotros sabiduría de Dios, y justificación, santificación y redención, 31 para
que, tal como está escrito: «El que se gloría, que se gloríe en el Señor».
Predicando
a Cristo crucificado
2
Por eso, cuando fui a ustedes, hermanos, proclamándoles el testimonio[g] de
Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría. 2 Porque nada me
propuse saber entre ustedes excepto a Jesucristo, y Este crucificado. 3 Estuve
entre ustedes con debilidad y con temor y mucho temblor, 4 y mi mensaje[h] y mi
predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración
del Espíritu y de poder, 5 para que la fe de ustedes no descanse[i] en la
sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Footnotes:
1 Corintios 1:20 O mundo.
1 Corintios 1:22 O milagros.
1 Corintios 1:26 Lit. vean.
1 Corintios 1:26 O normas humanas.
1 Corintios 1:29 Lit. ninguna carne.
1 Corintios 1:30 Lit. Mas de Él.
1 Corintios 2:1 Algunos mss. antiguos
dicen: misterio.
1 Corintios 2:4 Lit. mi palabra.
1 Corintios 2:5 Lit. sea.
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Salmos 27:8-14 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
8
Cuando
dijiste: «Busquen Mi rostro», mi corazón te respondió:
«Tu
rostro, Señor, buscaré».
9
No
escondas Tu rostro de mí;
No
rechaces con ira a Tu siervo;
Tú
has sido mi ayuda.
No
me abandones ni me desampares,
Oh
Dios de mi salvación.
10
Porque
aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado,
El
Señor me recogerá.
11
Señor,
enséñame Tu camino,
Y
guíame por senda llana
Por
causa de mis enemigos.
12
No
me entregues a la voluntad de mis adversarios;
Porque
testigos falsos se han levantado contra mí,
Y
los que respiran violencia.
13
Hubiera
yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor
En
la tierra de los vivientes.
14
Espera
al Señor;
Esfuérzate
y aliéntese tu corazón.
Sí,
espera al Señor.
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Proverbios 20:22-23 Nueva Biblia de
las Américas (NBLA)
22
No
digas: «Yo pagaré mal por mal»;
Espera
en el Señor, y Él te salvará.
23
Pesas
desiguales[a] son abominación al Señor,
Y
no está bien usar una balanza falsa[b].
Footnotes:
Proverbios 20:23 Lit. Una piedra y una piedra.
Proverbios 20:23 Lit. de engaño.
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