Esdras 5:1-6:22; 1 Corintios 3:5-23; Salmos 29; Proverbios 20:26-27 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))
Esdras 5-6 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
La
construcción se reanuda
5
Cuando los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Iddo, profetizaron a los judíos
que estaban en Judá y en Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel que estaba
sobre ellos, 2 Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se
levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y
los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos. 3 En aquel tiempo Tatnai,
gobernador de la provincia al otro lado del Río[a], y Setar Boznai y sus
compañeros vinieron a ellos y les hablaron así: «¿Quién les dio orden de reedificar
este templo[b] y de terminar este edificio?». 4 También les dijeron así:
«¿Cuáles son los nombres de los hombres que están reedificando este edificio?».
5 Pero el ojo de su Dios velaba sobre los ancianos de los judíos, y no les
detuvieron la obra hasta que un informe llegara a Darío, y volviera una
respuesta escrita tocante al asunto.
6
Esta es la copia de la carta que Tatnai, gobernador de la provincia al otro
lado del río, y Setar Boznai y sus compañeros los oficiales que estaban al otro
lado del río, enviaron al rey Darío. 7 Le enviaron un informe que estaba
escrito así: «Al rey Darío, toda paz. 8 Sepa el rey que hemos ido a la
provincia de Judá, a la casa del gran Dios, que está siendo edificada con
piedras enormes y vigas empotradas en las paredes; y esta obra se adelanta con
gran esmero y prospera en sus manos.
9
»Entonces preguntamos a aquellos ancianos, y les dijimos así: “¿Quién les dio
orden de reedificar este templo y de terminar este edificio?”. 10 También les
preguntamos sus nombres para informarle, y para dar por escrito los nombres de
los hombres que eran sus jefes. 11 Y así nos respondieron: “Somos los siervos
del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reedificando el templo que fue
construido hace muchos años, el cual un gran rey de Israel edificó y terminó.
12 Pero como nuestros padres provocaron a ira al Dios del cielo, Él los entregó
en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el caldeo, quien destruyó este
templo, y llevó cautivo al pueblo a Babilonia.
13
”Sin embargo, en el año primero de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro proclamó
un decreto de que se reedificara esta casa de Dios. 14 También los utensilios
de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo
que estaba en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro
del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto
por gobernador. 15 Y le dijo: ‘Toma estos utensilios, ve y colócalos en el
templo que está en Jerusalén, y sea la casa de Dios reedificada en su lugar’.
16 Entonces aquel Sesbasar vino y puso los cimientos de la casa de Dios que
está en Jerusalén; y desde entonces hasta ahora se sigue construyendo, pero aún
no está terminada”. 17 Ahora, si al rey le parece bien, que se busque en la
casa del tesoro del rey que está allí en Babilonia, a ver si es que fue
proclamado un decreto de parte del rey Ciro para reedificar esta casa de Dios
en Jerusalén; y que se nos envíe la decisión del rey en cuanto a este asunto».
Decreto
de Darío
6
Entonces el rey Darío proclamó un decreto, y buscaron en los archivos donde se
guardaban los tesoros allí en Babilonia. 2 Y en Acmeta, en la fortaleza que
está en la provincia de Media, hallaron un rollo en el que estaba escrito lo
siguiente: Memorándum: 3 «En el año primero del rey Ciro, el rey Ciro proclamó
un decreto: “En cuanto a la casa de Dios en Jerusalén, que sea reedificado el
templo[c], el lugar donde se ofrecen los sacrificios, y que se conserven sus
cimientos, con su altura de 60 codos (27 metros) y su anchura de 60 codos; 4
con tres hileras de piedras enormes y una hilera de madera; y que los gastos se
paguen del tesoro real. 5 Y que también se devuelvan los utensilios de oro y de
plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo en Jerusalén
y trajo a Babilonia, y que se lleven a sus lugares en el templo en Jerusalén y
sean colocados en la casa de Dios”.
6
»Ahora pues, Tatnai, gobernador de la provincia al otro lado del Río[d], Setar
Boznai, y sus compañeros, los oficiales del otro lado del río, aléjense de
allí. 7 No impidan esta obra de la casa de Dios, y que el gobernador de los
judíos y los ancianos de los judíos reedifiquen esta casa de Dios en su lugar.
8 Además, este es mi decreto en cuanto a lo que han de hacer por estos ancianos
de Judá en la reedificación de esta casa de Dios: del tesoro real de los
tributos del otro lado del río se han de pagar todos los gastos a este pueblo,
y esto sin demora. 9 Y todo lo que se necesite: novillos, carneros y corderos
para holocausto al Dios del cielo, y trigo, sal, vino y aceite de unción, según
lo pidan los sacerdotes que están en Jerusalén, se les dará día por día sin
falta, 10 para que puedan ofrecer sacrificios agradables al Dios del cielo y
orar por la vida del rey y de sus hijos.
11
»He proclamado un decreto de que cualquiera que quebrante este edicto, se
arranque un madero de su casa, y levantándolo, sea colgado[e] en él, y que su
casa sea reducida a escombros a causa de esto. 12 Y que el Dios que ha hecho
morar allí Su nombre derribe a todo rey o pueblo que trate de cambiarlo para
destruir esta casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, he proclamado este decreto;
que sea ejecutado con toda exactitud».
13
Entonces Tatnai, gobernador de la provincia al otro lado del Río[f], Setar
Boznai y sus compañeros llevaron a cabo el decreto con toda exactitud, tal como
el rey Darío había ordenado. 14 Y los ancianos de los judíos tuvieron éxito en
la edificación según la profecía del profeta Hageo y de Zacarías, hijo de Iddo.
Y terminaron de edificar conforme al mandato del Dios de Israel y al decreto de
Ciro, de Darío y de Artajerjes, rey de Persia. 15 Y este templo fue terminado
el tercer día del mes de Adar; era el año sexto del reinado del rey Darío.
Dedicación
del templo
16
Los israelitas, los sacerdotes, los levitas y los demás desterrados, celebraron
con júbilo la dedicación de esta casa de Dios. 17 Y para la dedicación de esta
casa de Dios ofrecieron 100 novillos, 200 carneros, 400 corderos, y como
ofrenda por el pecado por todo Israel, doce machos cabríos, conforme al número
de las tribus de Israel. 18 Entonces asignaron a los sacerdotes en sus
secciones y a los levitas en sus clases para el servicio de Dios en Jerusalén,
como está escrito en el libro de Moisés.
19
Los desterrados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero. 20 Puesto
que los sacerdotes y los levitas se habían purificado juntos, todos ellos
estaban purificados, entonces mataron al cordero de la Pascua para todos los
desterrados, tanto para sus hermanos los sacerdotes como para sí mismos. 21 Los
israelitas que habían vuelto del destierro y todos aquellos que se habían
apartado de la impureza de las naciones de la tierra para unirse a ellos,
comieron la Pascua para buscar al Señor, Dios de Israel. 22 Y por siete días
celebraron gozosos la Fiesta de los Panes sin Levadura, porque el Señor los
había llenado de regocijo, y había vuelto hacia ellos el corazón del rey de
Asiria para animarlos en la obra de la casa de Dios, el Dios de Israel.
Footnotes:
Esdras 5:3 I.e. Éufrates.
Esdras 5:3 Lit. esta casa, y así hasta el
vers. 12.
Esdras 6:3 Lit. la casa, y así en el vers.
15.
Esdras 6:6 I.e. Éufrates.
Esdras 6:11 O azotado.
Esdras 6:13 I.e. Éufrates.
Nueva
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1 Corintios 3:5-23 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
5
¿Qué es, pues, Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores mediante los cuales ustedes
han creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno. 6 Yo planté, Apolos
regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que ni el que planta ni el que
riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Ahora bien, el que planta y
el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa[a]
conforme a su propio trabajo. 9 Porque nosotros somos colaboradores en la labor
de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, el edificio de Dios.
Jesucristo,
único cimiento
10
Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el
fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica
encima. 11 Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el
cual es Jesucristo. 12 Ahora bien, si sobre este fundamento alguien edifica con
oro, plata, piedras preciosas[b], madera, heno, paja, 13 la obra de cada uno se
hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada.
El fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno[c]. 14 Si permanece la
obra de alguien que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. 15
Si la obra de alguien es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo,
él será salvo, aunque así como a través del fuego.
Ustedes
son templo de Dios
16
¿No saben que ustedes son templo[d] de Dios y que el Espíritu de Dios habita en
ustedes? 17 Si alguno destruye el templo[e] de Dios, Dios lo destruirá a él,
porque el templo[f] de Dios es santo, y eso es lo que ustedes son[g].
Ustedes
son de Cristo
18
Nadie se engañe a sí mismo. Si alguien de ustedes se cree sabio según este
mundo[h], hágase necio a fin de llegar a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de
este mundo es necedad ante Dios. Pues escrito está: «Él es el que prende a los
sabios en su propia astucia». 20 Y también: «El Señor conoce los razonamientos
de los sabios, los cuales son inútiles». 21 Así que nadie se jacte en los
hombres, porque todo es de ustedes: 22 ya sea Pablo, o Apolos, o Cefas[i], o el
mundo, o la vida, o la muerte, o lo presente, o lo por venir, todo es suyo, 23
y ustedes de Cristo, y Cristo de Dios.
Footnotes:
1 Corintios 3:8 O su propio salario.
1 Corintios 3:12 O costosas.
1 Corintios 3:13 Lit. probará de qué clase
es la obra de cada uno.
1 Corintios 3:16 O santuario.
1 Corintios 3:17 O santuario.
1 Corintios 3:17 O santuario.
1 Corintios 3:17 Lit. el cual son ustedes.
1 Corintios 3:18 O siglo.
1 Corintios 3:22 O Pedro.
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Salmos 29 Nueva Biblia de las Américas
(NBLA)
La
voz del Señor en la tormenta
Salmo
de David.
29
Tributen al Señor, oh hijos de los poderosos,
Tributen
al Señor gloria y poder.
2
Tributen
al Señor la gloria debida a Su nombre;
Adoren
al Señor en la majestad de la santidad.
3
Voz
del Señor sobre las aguas.
El
Dios de gloria truena,
El
Señor está sobre las muchas aguas.
4
La
voz del Señor es poderosa,
La
voz del Señor es majestuosa.
5
La
voz del Señor rompe los cedros;
Sí,
el Señor hace pedazos los cedros del Líbano;
6
Y
como becerro hace saltar al monte Líbano;
Y
al monte Sirión como cría de búfalo.
7
La
voz del Señor levanta llamas de fuego.
8
La
voz del Señor hace temblar el desierto;
El
Señor hace temblar el desierto de Cades.
9
La
voz del Señor hace parir a las ciervas
Y
deja los bosques desnudos,
Y
en Su templo todo dice: «¡Gloria!».
10
El
Señor se sentó como Rey durante el diluvio;
Sí,
como Rey se sienta el Señor para siempre.
11
El
Señor dará fuerza a Su pueblo;
El
Señor bendecirá a Su pueblo con paz.
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Proverbios 20:26-27 Nueva Biblia de
las Américas (NBLA)
26
El
rey sabio avienta a los impíos,
Y
hace pasar[a] la rueda de trillar sobre ellos.
27
Lámpara
del Señor es el espíritu[b] del hombre
Que
escudriña lo más profundo de su ser[c].
Footnotes:
Proverbios 20:26 Lit. da vueltas a.
Proverbios 20:27 Lit. aliento.
Proverbios 20:27 Lit. todas las cámaras del
cuerpo.
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