Nehemías 3:15-5:13; 1 Corintios 7:25-40; Salmos 32; Proverbios 21:5-7 (Nueva Biblia Viva (NBV))
Nehemías 3:15-5:13 Nueva Biblia Viva
(NBV)
15
Salún hijo de Coljozé, gobernador del distrito de Mizpa, reparó la puerta de la
Fuente. La techó, la enmaderó, colocó la puerta en su lugar e instaló los
cerrojos y las barras. Luego reconstruyó la muralla desde el estanque de Siloé,
que está junto al jardín del rey, hasta las gradas que descienden a la Ciudad
de David. 16 A continuación estaba Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la
mitad del distrito de Betsur, quien reconstruyó la muralla hasta en frente de
la tumba de David y hasta el estanque artificial y la casa de los Valientes.
17
Luego había un grupo de levitas que trabajaban bajo la supervisión de Rejún
hijo de Baní. A continuación estaba Jasabías, gobernador de la mitad del
distrito de Queilá, que hizo la reconstrucción de la muralla en su propio
distrito. 18 Luego estaban sus compañeros: Bavay hijo de Henadad, gobernador de
la otra mitad del distrito de Queilá, 19 y Ezer hijo de Jesúa, gobernador de
una parte de Mizpa, quienes restauraron otro tramo de la muralla que queda
frente a la subida del depósito de armas, en la esquina. 20 A continuación
estaba Baruc hijo de Zabay, quien construyó desde la esquina de la muralla
hasta la casa de Eliasib, el sumo sacerdote. 21 Meremot hijo de Urías y nieto
de Cos, edificó el tramo de la muralla que se extendía desde la entrada de la
casa de Eliasib hasta el término de la misma.
22
A continuación estaban los sacerdotes de las llanuras. 23 Benjamín, Jasub, y
Azarías hijo de Maseías y nieto de Ananías, repararon las secciones cercanas a
sus casas. 24 Luego estaba Binuy hijo de Henadad, que reedificó la sección de
la muralla desde la casa de Azarías hasta la esquina. 25 Palal hijo de Uzay se
encargó del trabajo desde la esquina hasta los cimientos de la torre alta que
se levanta por encima del palacio del rey, junto al patio de la cárcel. Después
estaba Pedaías hijo de Parós. 26 Los sirvientes del templo que vivían en Ofel
repararon la muralla hasta la puerta de las Aguas, al oriente, y la torre que
sobresale. 27 Después de ellos estaban los tecoítas, quienes repararon la
sección de la muralla que sobresale, hasta la muralla de Ofel.
28
Los sacerdotes repararon la muralla desde la puerta de los Caballos, cada uno
en la parte que quedaba frente a su casa. 29 Sadoc hijo de Imer, también
reconstruyó el tramo de muralla que quedaba frente a su casa. A continuación de
él estaba Semaías hijo de Secanías, portero de la puerta oriental. 30 Jananías
hijo de Selemías, y Janún, el sexto hijo de Salaf, reconstruyeron el siguiente
tramo. Mesulán hijo de Berequías reedificó la parte de la muralla que estaba
frente a su casa. 31 Malquías, que era uno de los plateros, reconstruyó el
tramo de la muralla que va hasta la casa de los sirvientes del templo y de los
comerciantes, frente a la puerta del Juicio, y hasta la torre de vigilancia de
la esquina. 32 Los demás plateros y comerciantes completaron la reconstrucción
de la muralla desde aquella esquina hasta la puerta de las Ovejas.
Se
obstaculiza la reconstrucción
4
Sambalat se enojó mucho cuando supo que estábamos reedificando la muralla.
Enfurecido, nos insultó y se burló de nosotros. 2 Delante de sus amigos y de
los oficiales del ejército samaritano, dijo:
―¿Qué
hace ese grupito de judíos pobres y débiles? ¿Piensan que se les permitirá
reconstruir, para que vuelvan a ofrecer sus sacrificios? ¿Acaso creen que ese trabajo
lo pueden terminar en un día? ¡Miren las piedras calcinadas que están sacando
de la basura para volverlas a usar!
3
Tobías el amonita, que estaba junto a él, agregó:
―¡Valiente
construcción! ¡Si un zorro camina sobre el muro, lo derrumba!
4
Entonces yo oré:
«Oye,
Dios nuestro, cómo se burlan de nosotros. Haz que sus burlas caigan sobre sus
propias cabezas, y que sean llevados cautivos a tierra extraña. 5 No pases por
alto su pecado, ni olvides su maldad, pues han insultado a los que reconstruyen
la muralla».
6
El muro fue completado hasta la mitad de su altura original alrededor de toda
la ciudad, porque los obreros trabajaron arduamente. 7 Pero cuando Sambalat,
Tobías, los árabes, los amonitas y los asdodeos oyeron que la obra estaba
avanzando y que las brechas de la muralla estaban siendo reparadas, se
enfurecieron. 8 Se pusieron de acuerdo para atacar a Jerusalén y producir
desánimo en la gente. 9 Pero nosotros oramos a nuestro Dios y colocamos
guardias que vigilaran de día y de noche. 10 Como si eso fuera poco, los de
Judá comenzaron a quejarse, y decían:
«Los
cargadores están muy cansados, y todavía quedan muchos escombros para botar.
¡Jamás podremos reconstruir la muralla!».
11
Mientras tanto, nuestros enemigos estaban planeando caer sobre nosotros y
matarnos, para poner fin a nuestro trabajo. 12 Pero algunos judíos que vivían
en medio de ellos venían, una y otra vez, a avisarnos de sus planes y nos
indicaban por dónde pensaban atacarnos.
13
Por lo tanto, puse guardias armados organizados por familias en los lugares
donde la muralla estaba más baja. 14 Luego, al considerar la situación,
convoqué a todos los jefes y al pueblo y les dije: «No tengan miedo: Recuerden
que el Señor es grande y poderoso. ¡Peleen por sus amigos, por sus familias y
por sus hogares!».
15
Nuestros enemigos dejaron de estorbarnos cuando supieron que estábamos al tanto
de todo y de que Dios había desbaratado sus planes. Entonces nosotros
regresamos a nuestros trabajos en la muralla. 16 Pero desde entonces sólo la
mitad trabajaba, mientras la otra mitad estaba de guardia, armados de lanzas,
escudos, arcos y corazas. Y los jefes de Judá les brindaban su apoyo. 17 Los
albañiles y los demás obreros trabajaban con las armas al alcance de la mano.
18 Cada uno de los constructores llevaba una espada al cinto. El que tocaba la
trompeta permanecía junto a mí, a fin de hacer llegar la voz de alarma. 19 Yo
les había dicho a los hombres importantes del pueblo, a los jefes y al resto
del pueblo: «La obra es mucha y extensa, de modo que estamos muy separados unos
de otros. 20 Por eso, cuando oigan el sonido de alarma, corran a reunirse con
nosotros al lugar desde donde suena la trompeta. ¡Dios peleará por nosotros!».
21
Trabajábamos desde el alba hasta la salida de las estrellas, y la mitad de los
hombres estaba siempre de guardia. 22 Pedí a todos los que vivían fuera de los
muros que se quedaran a dormir en Jerusalén, para que sus siervos también
pudieran estar de guardia y trabajaran en el día. 23 Durante este tiempo,
ninguno de nosotros, ni yo, ni mis hermanos, ni los siervos, ni los guardias
que estaban conmigo, nos quitábamos la ropa para dormir. Y siempre teníamos las
armas a la mano.
Nehemías
defiende a los pobres
5
Hubo en esos días una gran protesta de las familias del pueblo contra algunos
judíos ricos que estaban abusando de ellos. 2-4 Lo que ocurría era que las
familias que se quedaban sin dinero tenían que vender a sus hijos o hipotecar
sus campos, viñas o casas para obtener dinero para comprar comida. Algunos ni
eso podían hacer, porque ya habían tomado dinero prestado para pagar los
impuestos que le pagaban al rey. La gente protestaba: 5 «Somos sus hermanos, y
nuestros hijos son iguales a los de ustedes. Sin embargo, hemos tenido que
vender a nuestros hijos como esclavos a fin de obtener el dinero que
necesitamos para vivir. Ya hemos vendido algunas de nuestras hijas, y no
podemos pagar por su libertad, porque nuestros campos también han sido
hipotecados a estos hombres».
6
Me enojé mucho cuando oí esto. 7 Después de pensarlo, hablé con los ricos y con
los funcionarios del gobierno.
―¿Qué
es lo que están haciendo? —les pregunté—. ¿Cómo se atreven a pedir propiedades
en prenda como condición para ayudar a otro israelita?
Entonces
convoqué a una asamblea pública para juzgar el asunto.
8
En la reunión les dije:
―Nosotros,
a la medida de nuestras fuerzas, hemos estado pagando el rescate de nuestros
hermanos judíos que regresaron del exilio como esclavos. ¡Y ahora ustedes los
están vendiendo para que luego tengamos que volver a redimirlos!
Y
ellos no hallaban qué decir. 9 Entonces insistí:
―Lo
que ustedes están haciendo es muy malo. ¿Por qué no actúan ustedes de acuerdo a
la instrucción de nuestro Dios? ¿No tenemos enemigos suficientes entre las
naciones que nos rodean y que están tratando de destruirnos? 10 Casi todos
nosotros estamos prestando dinero y granos a nuestros hermanos judíos sin
ningún interés. Por eso, les ruego que dejen de hacer de la usura un negocio.
11 Devuélvanles hoy mismo sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas, y
aliviémoslos así de sus cargas.
12
Ellos estuvieron de acuerdo en hacerlo, y dijeron que ayudarían a sus hermanos
sin exigirles nada. Luego convoqué a los sacerdotes e hice que estos hombres
juraran cumplir sus promesas. 13 Entonces, me sacudí la ropa y dije:
―¡Así
sacuda Dios a todo aquel que no cumpla esta promesa! ¡Que así lo sacuda Dios y
lo deje sin casa y sin ninguna propiedad!
Y
todo el pueblo gritó:
―¡Amén!
Alabaron
a Dios, y cumplieron lo prometido.
Nueva
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1 Corintios 7:25-40 Nueva Biblia Viva
(NBV)
25
En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandamiento del Señor, pero
les daré mi opinión, que es la opinión de uno en quien por la misericordia de
Dios pueden confiar.
26
Los cristianos estamos en el presente afrontando grandes crisis, y en tiempos como
estos creo que es mejor que la gente se quede soltera. 27 Desde luego, al que
esté casado no se le ocurra divorciarse. Pero si no lo está, mejor es que no se
apure a casarse. 28 Y si de todas maneras resuelve casarse, está bien, no peca;
y si una muchacha decide casarse, no es pecado. Sin embargo, el matrimonio les
traerá problemas adicionales, que yo quiero evitarles.
29
Lo más importante de todo, hermanos, es que recuerden que el tiempo que nos
queda es corto. Por tal motivo, los que tengan esposa deben vivir como si no la
tuvieran. 30 Los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como
si no lo estuvieran; los que compran algo, como si no fuera suyo; 31 los que
suelen disfrutar las cosas buenas de este mundo, como si no las disfrutaran,
porque el mundo, tal como lo conocemos, pronto pasará.
32
Lo que deseo es que estén libres de preocupaciones. El soltero está libre para
trabajar para el Señor y meditar en cómo agradarle. 33 El casado, en cambio,
tiene que ocuparse de sus responsabilidades terrenas y de cómo agradar a su
esposa. 34 Sus intereses están divididos. Y lo mismo le pasa a la que se casa.
La soltera está siempre ansiosa de agradar al Señor y se consagra a él en
cuerpo y espíritu; pero la casada tiene que ocuparse de sus responsabilidades
terrenas y de cómo agradar a su esposo.
35
Digo esto para ayudarles, no para ponerles ataduras. Deseo que hagan lo que sea
más decente y que vivan consagrados al Señor.
36
El que piensa que no está tratando a su prometida como es debido, y considera
que debe casarse porque ella ha llegado a su madurez, está bien, no peca, que
se case. 37 Pero el que se mantiene firme en su propósito, domina sus deseos y
voluntad, y ha decidido que no debe casarse, hace bien.
38
Es decir, el que se casa con su prometida, hace bien; y el que no se casa hace
mejor.
39
La esposa está ligada al esposo mientras este vive; si el esposo muere, puede
volver a casarse, con tal que se case con un cristiano. 40 Pero en mi opinión
será más feliz si no se vuelve a casar; y creo que cuando digo esto les estoy
dando el consejo del Espíritu de Dios.
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Salmos 32 Nueva Biblia Viva (NBV)
Salmo
de David.
32
¡Qué felicidad la de aquellos cuya culpa ha sido perdonada! ¡Qué gozo hay
cuando los pecados son borrados! 2 ¡Qué alivio tienen los que han confesado sus
pecados y a quienes el Señor ha borrado su registro de delincuencia y que viven
en completa honestidad!
3
Hubo un tiempo en que yo rehusaba reconocer lo pecador que era. Pero era yo
débil y miserable y gemía todo el día. 4 Día y noche su mano pesaba sobre mí.
Mi fuerza se evaporaba como agua en día de sol. 5 Pero un día reconocí ante ti
todos mis pecados y no traté de ocultarlos más. Dije para mí: «Se los voy a
confesar al Señor». ¡Y tú me perdonaste! Toda mi culpa se esfumó.
6
Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán
desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. 7 Tú eres mi refugio; tú me
protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. 8 El Señor
dice: «Yo te instruiré y te guiaré por el mejor camino para tu vida; yo te
aconsejaré y velaré por ti. 9 No seas como el caballo ni como la mula que no
tienen discernimiento y que necesitan un freno en la boca para no salirse del
camino».
10
Muchos dolores sobrevienen al malvado, pero el gran amor del Señor envuelve a
los que en él confían. 11 ¡Regocíjense en él, ustedes los justos, y griten de
júbilo todos ustedes los de recto corazón!
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Proverbios 21:5-7 Nueva Biblia Viva
(NBV)
5
Los planes hechos con cuidado traen prosperidad; los planes hechos de prisa
traen ruina.
6
La riqueza que se obtiene por la lengua mentirosa se esfuma como la niebla y es
como una trampa mortal.
7
La violencia de los malvados se volverá contra ellos, por no haber querido
practicar la justicia.
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