Wednesday, October 28, 2020

DAB Español, Jueves 29 de Octubre

Día 303, DAB Español, Jueves 29 de Octubre

Lamentaciones 1:1-2:19; Filemón 1:1-25; Salmos 101; Proverbios 26:20 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))







Lamentaciones 1:1-2:19 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

Tristezas de Sión

1 [a]¡Cómo yace solitaria
La ciudad de tanta gente!
¡Se ha vuelto como una viuda
La grande entre las naciones!
¡La princesa entre las provincias
Se ha convertido en tributaria!
2
Llora amargamente en la noche,
Y le corren las lágrimas por sus mejillas.
No hay quien la consuele
Entre todos sus amantes.
Todos sus amigos la han traicionado,
Se han convertido en sus enemigos.
3
Judá ha ido al destierro bajo aflicción
Y bajo dura servidumbre.
Ella habita entre las naciones,
Pero no halla descanso;
Todos sus perseguidores la han alcanzado
En medio de la angustia.
4
Los caminos de Sión están de luto,
Porque nadie viene a las fiestas solemnes.
Todas sus puertas están desoladas;
Gimen sus sacerdotes,
Sus vírgenes están afligidas,
Y ella misma está amargada.
5
Sus adversarios se han convertido en sus amos,
Sus enemigos prosperan,
Porque el Señor la ha afligido
Por la multitud de sus transgresiones;
Sus niños han ido cautivos
Delante del adversario.
6
De la hija de Sión se ha ido
Todo su esplendor.
Sus príncipes son como ciervos
Que no hallan pasto,
Y huyen sin fuerzas
Delante del perseguidor.
7
Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar[b]
Todos sus tesoros
Que existían desde los tiempos antiguos,
Cuando su pueblo cayó en mano del adversario
Sin que nadie la ayudara.
Al verla sus adversarios,
Se burlaron de su ruina.
8
En gran manera ha pecado Jerusalén,
Por lo cual se ha vuelto cosa inmunda.
Todos los que la honraban la desprecian
Porque han visto su desnudez,
Y ella gime y se vuelve de espaldas.
9
Su inmundicia está en sus faldas;
No consideró su futuro,
Por tanto ha caído de manera sorprendente;
No hay quien la consuele.
«Mira, oh Señor, mi aflicción,
Porque se ha engrandecido el enemigo».
10
El adversario ha extendido su mano
A todos sus tesoros;
Ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario,
A las que Tú ordenaste
Que no entraran en Tu congregación.
11
Todo su pueblo gime buscando pan;
Han dado sus tesoros a cambio de comida
Para restaurar sus vidas.
«Mira, oh Señor, y observa
Que me están despreciando».
12
«Ustedes, todos los que pasan por el camino, ¿no les importa esto?
Observen y vean si hay dolor como mi dolor,
Con el que fui atormentada,
Con el que el Señor me afligió el día de Su ardiente ira.
13
Desde lo alto Él envió fuego
Que penetró en mis huesos.
Ha tendido una red a mis pies,
Me ha hecho volver atrás;
Me ha dejado desolada,
Desfallecida todo el día.
14
Atado ha sido el yugo de mis transgresiones,
Por la mano del Señor han sido entrelazadas,
Han caído sobre mi cuello.
Él ha hecho que me falten las fuerzas;
El Señor me ha entregado en manos
Contra las cuales no puedo resistir.
15
A todos mis valientes ha rechazado el Señor
De en medio de mí;
Ha convocado contra mí un tiempo determinado
Para quebrantar a mis jóvenes;
El Señor ha pisoteado, como en un lagar,
A la virgen hija de Judá.
16
Por estas cosas lloro yo;
Mis ojos derraman agua,
Porque lejos de mí está el consolador,
El que reanima mi alma.
Mis hijos están desolados
Porque ha prevalecido el enemigo».
17
Sión extiende sus manos;
No hay quien la consuele.
El Señor ha ordenado contra Jacob
Que los que lo rodean sean sus adversarios;
Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.
18
«El Señor es justo,
Pues me he rebelado contra Su mandamiento.
Oigan ahora, pueblos todos,
Y vean mi dolor:
Mis vírgenes y mis jóvenes
Han ido al cautiverio.
19
Llamé a mis amantes, mas ellos me han engañado.
Mis sacerdotes y mis ancianos han perecido en la ciudad,
Cuando buscaban alimento para sí a fin de restaurar sus fuerzas.
20
Mira, oh Señor, que estoy angustiada;
Hierven mis entrañas,
Mi corazón se revuelve dentro de mí,
Porque he sido muy rebelde.
En la calle la espada me deja sin hijos,
En la casa es como la muerte.
21
Han oído que gimo,
Pero no hay quien me consuele.
Todos mis enemigos han oído de mi mal,
Se regocijan de que Tú lo hayas hecho.
¡Oh, si Tú trajeras el día que has anunciado,
Para que sean ellos como yo!
22
Venga toda su maldad delante de Ti,
Y trátalos como a mí me has tratado
Por todas mis transgresiones;
Porque son muchos mis gemidos y desfallece mi corazón».
Juicio de Dios sobre Sión

2 ¡Cómo el Señor nubló, en Su ira,
A la hija de Sión!
Ha arrojado del cielo a la tierra
La gloria de Israel,
Y no se ha acordado del estrado de Sus pies
En el día de Su ira.
2
El Señor ha devorado, no ha perdonado
Ninguna de las moradas de Jacob.
Ha derribado en Su furor
Las fortalezas de la hija de Judá,
Las ha echado por tierra;
Ha profanado al reino y a sus príncipes.
3
En el ardor de Su ira ha exterminado
Todas las fuerzas[c] de Israel;
Retiró Su diestra
En presencia del enemigo;
Y se ha encendido en Jacob como llamas de fuego
Devorando todo en derredor.
4
Ha entesado Su arco como enemigo,
Ha afirmado Su diestra como adversario
Y ha matado todo lo que era agradable a la vista;
En la tienda de la hija de Sión
Ha derramado Su furor como fuego.
5
Se ha vuelto el Señor como enemigo:
Ha devorado a Israel,
Ha devorado todos sus palacios,
Ha destruido sus fortalezas
Y ha multiplicado en la hija de Judá
El lamento y el duelo.
6
Y ha tratado con violencia a Su tabernáculo, como a cabaña de huerto;
Ha destruido Su lugar de reunión.
El Señor ha hecho olvidar en Sión
La fiesta solemne y el día de reposo,
Y en el furor de Su ira ha rechazado
Al rey y al sacerdote.
7
El Señor ha rechazado Su altar,
Ha despreciado Su santuario;
Ha entregado en manos del enemigo
Los muros de sus palacios.
Gritos se han dado en la casa del Señor
Como en día de fiesta solemne.
8
El Señor determinó destruir
La muralla de la hija de Sión;
Ha extendido el cordel,
No ha retraído Su mano de destruir,
Y ha hecho que se lamenten el antemuro y el muro;
A una desfallecen.
9
Se han hundido en la tierra sus puertas,
Él ha destruido y quebrado sus cerrojos.
Su rey y sus príncipes están entre las naciones;
Ya no hay ley;
Tampoco sus profetas hallan
Visión del Señor.
10
Están sentados en tierra, en silencio,
Los ancianos de la hija de Sión.
Han echado polvo sobre sus cabezas,
Se han ceñido de cilicio.
Han inclinado a tierra sus cabezas
Las vírgenes de Jerusalén.
11
Mis ojos se consumen por las lágrimas,
Hierven mis entrañas;
Mi hiel se derrama por tierra,
A causa de la destrucción[d] de la hija de mi pueblo[e],
Cuando niños y lactantes desfallecen
En las calles de la ciudad.
12
Dicen a sus madres:
«¿Dónde hay grano y vino?».
Mientras desfallecen como heridos
En las calles de la ciudad,
Mientras exhalan su espíritu
En el regazo de sus madres.
13
¿Cómo he de amonestarte?
¿A qué te compararé,
Hija de Jerusalén?
¿A qué te igualaré al consolarte,
Virgen hija de Sión?
Porque grande como el mar es tu ruina;
¿Quién te podrá sanar?
14
Tus profetas tuvieron para ti
Visiones falsas y necias,
Y no manifestaron tu iniquidad
Para que regresaras de tu cautiverio,
Sino que vieron para ti oráculos falsos y engañosos.
15
Baten palmas contra ti
Todos los que pasan por el camino;
Silban y mueven sus cabezas
Contra la hija de Jerusalén, diciendo:
«¿Es esta la ciudad de la cual decían:
“La perfección de la hermosura,
El gozo de toda la tierra?”».
16
Han abierto su boca contra ti
Todos tus enemigos;
Silban y rechinan los dientes.
Dicen: «La hemos devorado.
Ciertamente este es el día que esperábamos;
Lo hemos alcanzado, lo hemos visto».
17
El Señor ha hecho lo que se propuso,
Ha cumplido Su palabra
Que había ordenado desde tiempos antiguos.
Ha derribado sin perdonar,
Ha hecho que se alegre el enemigo sobre ti,
Ha exaltado el poder de tus adversarios.
18
El corazón de ellos clamó al Señor:
«Muralla de la hija de Sión,
Corran tus lágrimas como un río día y noche,
No te des reposo,
No tengan descanso tus ojos.
19
Levántate, da voces en la noche
Al comenzar las vigilias.
Derrama como agua tu corazón
Ante la presencia del Señor.
Alza hacia Él tus manos
Por la vida de tus pequeños,
Que desfallecen de hambre
En las esquinas de todas las calles».
Footnotes:

    Lamentaciones 1:1 Cada capítulo en Lamentaciones, excepto el quinto, es un acróstico en el texto Heb.
    Lamentaciones 1:7 O sufrimiento.
    Lamentaciones 2:3 Lit. todo cuerno.
    Lamentaciones 2:11 Lit. del quebranto.
    Lamentaciones 2:11 O Jerusalén.

Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
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Filemón Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

Saludo

1 Pablo , prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo:

A Filemón nuestro amado hermano y colaborador, 2 y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de lucha, y a la iglesia que está en tu casa: 3 Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
El amor y la fe de Filemón

4 Doy gracias a mi Dios siempre, haciendo mención de ti en mis oraciones, 5 porque oigo de tu amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús y hacia todos los santos. 6 Ruego que la comunión de tu fe llegue a ser eficaz por el conocimiento de todo lo bueno que hay en ustedes[a] mediante Cristo[b]. 7 Pues he llegado a tener mucho gozo y consuelo en tu amor, porque los corazones[c] de los santos han sido confortados[d] por ti, hermano.
Pablo intercede por Onésimo

8 Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte hacer lo que conviene, 9 no obstante, por causa del amor que te tengo, te hago un ruego, siendo como soy, Pablo, anciano[e], y ahora también prisionero de Cristo Jesús: 10 te ruego por mi hijo Onésimo[f], a quien he engendrado en mis prisiones[g]; 11 quien en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí. 12 Y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón[h].

13 Hubiera querido retenerlo conmigo, para que me sirviera en lugar tuyo en mis prisiones[i] por el evangelio. 14 Pero no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad. 15 Porque quizá por esto se apartó[j] de ti por algún tiempo, para que lo volvieras a recibir para siempre, 16 ya no como esclavo, sino como más que un esclavo, como un hermano amado, especialmente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.

17 Si me tienes, pues, por compañero, acéptalo como me aceptarías a mí. 18 Y si te ha perjudicado en alguna forma, o te debe algo, cárgalo a mi cuenta.

19 Yo, Pablo, escribo esto con mi propia mano. Yo lo pagaré (por no decirte que aun tú mismo te me debes a mí). 20 Sí, hermano, permíteme disfrutar este beneficio de ti en el Señor. Recrea[k] mi corazón[l] en Cristo.

21 Te escribo confiado en tu obediencia, sabiendo que harás aún más de lo que digo. 22 Y al mismo tiempo, prepárame también alojamiento, pues espero que por las oraciones de ustedes les seré concedido.
Saludos y bendición

23 Te saluda Epafras, mi compañero de prisión en Cristo Jesús; 24 también Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.

25 La gracia del Señor Jesucristo sea con el espíritu de ustedes[m].
Footnotes:

    Filemón 1:6 Algunos mss. antiguos dicen: nosotros.
    Filemón 1:6 I.e. el Mesías.
    Filemón 1:7 Lit. las entrañas.
    Filemón 1:7 O recreados.
    Filemón 1:9 O posiblemente, embajador.
    Filemón 1:10 I.e. útil.
    Filemón 1:10 Lit. cadenas.
    Filemón 1:12 Lit. mis propias entrañas.
    Filemón 1:13 Lit. cadenas.
    Filemón 1:15 Lit. fue apartado.
    Filemón 1:20 O Conforta.
    Filemón 1:20 Lit. mis entrañas.
    Filemón 1:25 Algunos mss. agregan: Amén.

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Salmos 101 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

Decisión de vivir rectamente
Salmo de David.

101 La misericordia y la justicia cantaré;
A Ti, oh Señor, cantaré alabanzas.
2
Prestaré atención al camino de integridad.
¿Cuándo vendrás, Señor, a mí?
En la integridad de mi corazón andaré dentro de mi casa.
3
No pondré cosa indigna delante de mis ojos;
Aborrezco la obra de los que se desvían;
No se aferrará a mí.
4
El corazón perverso se alejará de mí;
No conoceré maldad.
5
Destruiré al que en secreto calumnia a su prójimo;
No toleraré al de ojos altaneros y de corazón arrogante.

6
Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo;
El que anda en camino de integridad me servirá.
7
El que practica el engaño no morará en mi casa;
El que habla mentiras no permanecerá en mi presencia.
8
Cada mañana destruiré a todos los impíos de la tierra,
Para exterminar de la ciudad del Señor a todos los que hacen iniquidad.

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Proverbios 26:20 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

20
Por falta de leña se apaga el fuego,
Y donde no hay chismoso, se calma la discusión.

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DAB Español, Viernes 10 de Mayo

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