Jeremías 33:1-34:22; 1 Timoteo 4:1-16; Salmos 89:1-13; Proverbios 25:23-24 (Traducción en lenguaje actual (TLA))
Jeremías 33-34 Traducción en lenguaje
actual (TLA)
Promesas
de restauración
33
Yo, Jeremías, todavía estaba preso en el patio de la guardia cuando Dios me
habló una vez más y me dijo:
2
«Yo soy el Dios de Israel. Yo fui quien creó la tierra y la puso en su lugar. 3
Llámame y te responderé. Te haré conocer cosas maravillosas y misteriosas que
nunca has conocido.
4-5
»¡Ya vienen los babilonios! ¡Atacarán a Jerusalén! Cuando la ataquen,
destruirán todas las casas y llenarán de cadáveres la ciudad. Los israelitas se
defenderán y buscarán protección en los palacios de los reyes de Judá; pero
como yo estoy muy enojado con la gente de esta ciudad, los abandonaré y los
destruiré, pues han cometido pecados terribles.
6
»Sin embargo, más adelante les devolveré la paz y la tranquilidad, y los haré
disfrutar de una vida segura. 7 Haré que vuelvan del país adonde fueron
llevados prisioneros, para que reconstruyan su ciudad y vuelvan a ser tan
fuertes como antes. 8 Los limpiaré de todas las maldades y pecados que
cometieron contra mí, y les perdonaré su rebeldía. 9 La ciudad de Jerusalén
vivirá en paz y bienestar, y recibirá mis bendiciones. Además, me dará fama y
alegría. Cuando todas las naciones vean esto, se asombrarán y temblarán de
miedo».
10
Dios también me dijo:
«Según
dicen ustedes, este lugar está destruido y no hay en él gente ni animales. Es
verdad. Las ciudades de Judá están en ruinas, y por las calles de Jerusalén no
se ve gente ni animales, pero yo les aseguro que de nuevo se poblará la ciudad,
11 y volverán a oírse las serenatas de los enamorados, y los gritos de gozo y
alegría. También se escucharán las alabanzas de los que van hacia mi templo
llevando ofrendas de agradecimiento. Irán cantando:
“¡Alabemos
al Dios de Israel!
¡Alabemos
al Dios todopoderoso!
¡Nuestro
Dios es bueno
y
nunca deja de amarnos!”
»¡Yo
les juro que los haré volver del país adonde fueron llevados prisioneros, y
todo volverá a ser como al principio!»
12-13
Además, el Dios todopoderoso me dijo:
«Este
lugar está ahora destruido, y no hay en él gente ni animales. Pero yo les
aseguro que el pasto volverá a crecer en los pueblos, y abundarán las ovejas.
Los pastores las alimentarán en la región montañosa, en todos los pueblos de
Judá y de la llanura, en el desierto del sur, en el territorio de Benjamín y en
los pueblos cercanos a Jerusalén.
14
»Viene el día en que cumpliré la promesa maravillosa que le hice a la gente de
Israel y de Judá. 15 Cuando llegue ese día, en el momento preciso nombraré a un
rey de la familia de David, que reinará con honradez y justicia. 16 Entonces el
reino de Judá estará a salvo, y en Jerusalén habrá seguridad. Por eso la
llamarán “Dios es nuestra justicia”.
17
»En Israel siempre habrá un rey de la familia de David. 18 De igual manera,
siempre tendré a mi servicio sacerdotes que desciendan de Leví. Ellos
presentarán en mi altar las ofrendas de cereal que se queman en mi honor, y
también las que se me ofrecen todos los días».
Dios
es fiel
19
Dios volvió a hablarme, y me dijo:
20-26
«Jeremías, fíjate en el sol y la luna, que siempre salen a su debido tiempo.
Eso no cambia nunca, como tampoco cambiará el pacto que hice con mi servidor
David, con los sacerdotes, y con los descendientes de Abraham, de Isaac y de
Jacob. Nunca faltará en Israel un rey de la familia de David, ni faltarán
sacerdotes de la familia de Leví. Serán tan numerosos como las estrellas del
cielo, y como los granos de arena del mar; nadie podrá contarlos.
»Jeremías,
hay gente que odia a mi pueblo, y lo desprecia como nación. Dicen que primero
elegí a Israel y a Judá, y que hasta hice un pacto con ellos, pero que ahora
los he rechazado. Pero yo siempre cumplo mis pactos, así que los haré volver
del país adonde fueron llevados prisioneros».
Advertencia
al rey Sedequías
34
El rey de Babilonia estaba atacando a Jerusalén y a sus ciudades vecinas, con
el apoyo de todo su ejército y de los reinos y naciones bajo su dominio.
Mientras esto sucedía, Dios me habló y me dijo:
2
«Jeremías, ve y dile de mi parte al rey Sedequías:
“Yo
soy el Dios de Israel, y quiero decirte algo. Voy a permitir que el rey de
Babilonia conquiste Jerusalén y le prenda fuego. 3 Tú no podrás escapar de su
poder, sino que serás capturado y entregado en sus manos. Te llevarán ante su
presencia, y después de eso serás llevado prisionero a Babilonia. 4 Pero te
prometo que no morirás en la batalla, 5 sino que morirás en paz. Cuando mueras,
la gente se pondrá muy triste y quemará incienso en tu honor, como lo hicieron
con tus antepasados”».
6
Yo fui a Jerusalén y le dije todo esto al rey Sedequías. 7 Mientras tanto, el
ejército del rey de Babilonia estaba atacando las ciudades de Jerusalén, Laquis
y Azeca. Estas ciudades eran las únicas protegidas por grandes murallas, y por
eso aún no habían sido conquistadas.
Los
esclavos son liberados
8
Dios volvió a hablarme después de que el rey Sedequías y toda la gente de
Jerusalén decidieron liberar a los esclavos. 9 Según esa decisión, ningún
israelita debía esclavizar a sus compatriotas, sino que debían ponerlos en
libertad. 10 Los jefes y toda la gente estuvieron de acuerdo en hacerlo así, 11
pero después se arrepintieron y volvieron a hacerlos sus esclavos. 12 Por eso
Dios me dijo:
13
«Jeremías, yo soy el Dios de Israel. Los antepasados de ustedes vivieron como
esclavos en Egipto. Cuando yo los saqué de ese país hice un pacto con ellos.
Parte de ese pacto establecía 14 que cada siete años dejarían libre a todo
esclavo israelita que hubieran comprado. Esto significa que todo esclavo debía
ser liberado después de siete años de servicio. Sin embargo, sus antepasados no
me hicieron caso ni respetaron mi pacto.
15
»En cuanto a ustedes, al principio se arrepintieron de sus pecados, volvieron a
obedecerme y pusieron en libertad a sus esclavos. Además, hicieron un pacto
conmigo en mi templo. 16 Pero después cambiaron de parecer y me ofendieron;
volvieron a esclavizar a los mismos que ustedes ya habían puesto en libertad.
17-18
»Ustedes me desobedecieron. No cumplieron con su parte del pacto, pues no
dejaron en libertad a los esclavos. Por eso yo declaro que voy a enviar contra
ustedes guerra, enfermedad y hambre. ¡Haré que se conviertan en motivo de
espanto para todas las naciones de la tierra! Recuerden que cuando hicieron el
pacto conmigo, cumplieron con la ceremonia de cortar el toro en dos, y dijeron:
“Así nos haga Dios si no cumplimos el pacto”. Pues ahora, como no lo
cumplieron, los haré pedazos. 19 Esto va para todos los jefes de Judá y de
Jerusalén, los oficiales de la corte, los sacerdotes, y para todos los que
hicieron el juramento. 20 A todos los entregaré en manos de sus enemigos, para
que los maten. ¡Sus cadáveres servirán de alimento a los buitres y a las fieras
salvajes!
21
»Los enemigos del rey Sedequías y de sus jefes quieren matarlos. Y aunque por
ahora el rey de Babilonia ha dejado de atacar a Jerusalén, más tarde yo los
pondré en sus manos, para que los maten. 22 Yo haré que los babilonios vuelvan
a atacar a Jerusalén; ¡dejaré que se apoderen de ella, y que la quemen! La
destrucción de las ciudades de Judá será total, ¡nadie podrá volver a vivir en
ellas!»
Traducción
en lenguaje actual (TLA)
Copyright
© 2000 by United Bible Societies
1 Timoteo 4 Traducción en lenguaje
actual (TLA)
Las
falsas enseñanzas
4
El Espíritu Santo ha dicho claramente que, en los últimos tiempos, algunas
personas dejarán de confiar en Dios. Serán engañadas por espíritus mentirosos y
obedecerán enseñanzas de demonios. 2 Le harán caso a gente hipócrita y
mentirosa, incapaz de sentir vergüenza de nada. 3 Esa gente prohíbe casarse y
comer ciertos alimentos. Pero Dios creó todos los alimentos para que nosotros
los comamos y le demos las gracias por ellos. Los creó para todos los que
confiamos en él y conocemos la verdad. 4 Porque todo lo que Dios ha creado es
bueno, y podemos comer de todo sin rechazar nada, si le damos las gracias. 5
Por tanto, podemos comerlos porque Dios así lo ha dicho, y porque nosotros
hemos orado por esos alimentos.
Instrucciones
para Timoteo
6
Si enseñas la verdad a los miembros de la iglesia, serás un buen servidor de
Jesucristo. Estudiar y obedecer las enseñanzas cristianas, como tú lo haces, es
lo mismo que alimentarse bien. 7 No prestes atención a historias falsas, que la
gente inventa. Más bien, esfuérzate por ser un buen discípulo de Jesucristo.
8-9 Es verdad que el ejercicio físico ayuda a que todo el cuerpo esté sano,
pero es mucho mejor esforzarse por confiar cada vez más en Dios, porque nos
hace bien aquí en la tierra y también nos servirá cuando vivamos en el cielo.
Esto es una verdad que podemos creer, y debemos creer. 10 Por eso nos esforzamos
tanto, pues confiamos firmemente en Dios. Él vive para siempre y es el Salvador
de todos, especialmente de los que confían en él.
11
Enseña estas cosas, y diles a todos que las obedezcan. 12 No permitas que nadie
te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los
demás cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo vives,
traten de ser puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu
confianza en Dios.
13
Mientras llego a visitarte, sigue leyéndoles la Biblia a los miembros de la
iglesia, y no dejes de animarlos ni de enseñarles. 14 No dejes de usar las
capacidades especiales que Dios te dio cuando los líderes de la iglesia
pusieron sus manos sobre tu cabeza. El Espíritu Santo habló con ellos y les ordenó
hacerlo. 15 Haz todo eso y dedica tiempo para ello, para que todos vean que
cada día eres mejor.
16
Timoteo, compórtate como es debido, y ten cuidado de lo que enseñas. Sigue
haciendo esto, y no sólo te salvarás a ti mismo, sino que también salvarás a los
que te escuchen.
Traducción
en lenguaje actual (TLA)
Copyright
© 2000 by United Bible Societies
Salmos 89:1-13 Traducción en lenguaje
actual (TLA)
Dios
hace un pacto con David
SALMO
89 (88)
Himno
de Etán el ezraíta.
89
1-2 Dios mío,
siempre
alabaré tu gran amor,
que
nunca cambia;
siempre
hablaré de tu fidelidad,
¡tan
firme como el cielo!
3
Tú
hiciste un pacto con David,
el
rey que tú elegiste;
le
prometiste bajo juramento:
4
«Cuando
hayas muerto,
uno
de tus descendientes
reinará
siempre en tu lugar».
5-7
Dios
mío,
los
cielos te alaban
por
tus grandes hechos;
todos
los ángeles del cielo
hablan
de tu fidelidad
y
sólo a ti te honran.
Eres
un Dios incomparable;
¡eres
grande y maravilloso
entre
los dioses!
8
Señor
y Dios del universo,
¡no
hay Dios como tú,
tan
fiel y poderoso!
9
Tú
dominas el mar embravecido,
y
calmas sus olas agitadas.
10
Aplastaste
al monstruo del mar,
y
con tu brazo poderoso
derrotaste
a tus enemigos.
11
Tuyo
es el cielo,
tuya
es también la tierra;
tú
creaste el mundo
y
todo lo que hay en él.
12
Tú
creaste el norte y el sur;
los
montes Tabor y Hermón
te
alaban con alegría.
13
Muy
grande es tu poder
para
realizar grandes hazañas;
¡levantas
la mano derecha
en
señal de victoria!
Traducción
en lenguaje actual (TLA)
Copyright
© 2000 by United Bible Societies
Proverbios 25:23-24 Traducción en
lenguaje actual (TLA)
23
El
viento del norte hace llover,
y
las malas lenguas hacen enojar.
24
Más
vale vivir
en
un rincón del patio
que
dentro de un palacio
con
una persona agresiva.
Traducción
en lenguaje actual (TLA)
Copyright
© 2000 by United Bible Societies
No comments:
Post a Comment