Monday, October 5, 2020

DAB Español, Martes 06 de Octubre

Día 280, DAB Español, Martes 06 de Octubre

Jeremías 6:15-8:7; Colosenses 2:8-23; Salmos 78:1-31; Proverbios 24:26 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))







Jeremías 6:15-8:7 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


15
Deberían sentirse avergonzados
por haber cometido abominaciones;
pero no se van a avergonzar,
ni siquiera conocen el pudor.
Por eso caerán entre otros caídos,
se hundirán cuando venga a castigarlos
—dice el Señor—.
Rechazo de las advertencias, y juicio

16
Esto es lo que ha dicho el Señor:
Párense en los caminos y observen,
pregunten por las sendas de antaño,
por el buen camino: anden por él
y así encontrarán reposo.
Pero dijeron: “No iremos”.
17
Les di también centinelas:
“Atención al toque de trompeta”.
Pero dijeron: “No haremos caso”.
18
Por tanto, escuchen, naciones,
sepan lo que he decidido;
19
escucha también tú, tierra,
lo que voy a hacer con ellos:
Traeré sobre este pueblo un desastre,
como fruto de sus maquinaciones,
pues no escucharon mis palabras,
despreciaron lo que yo les ordenaba.
20
¿Para qué me traes incienso de Sabá,
caña aromática de tierras lejanas?
No me agradan sus holocaustos,
no me gustan sus sacrificios.
21
Por eso, así ha dicho el Señor:
Pondré a este pueblo obstáculos,
donde tropiecen padres e hijos,
donde sucumban vecinos y amigos.
Invasión del país

22
Así dice el Señor:
Miren, viene un pueblo de tierras del norte,
una nación poderosa del extremo de la tierra,
23
armados con arco y jabalina;
son crueles, no tienen compasión,
sus gritos son un mar embravecido,
cabalgan a lomos de caballo,
todos dispuestos para el combate,
para atacarte, Sión capital.
24
Al oír la noticia nos fallaron las fuerzas,
llenos de angustia, con dolores de parturienta.
25
No se aventuren por campos ni caminos,
la espada enemiga siembra el terror en torno.
26
Capital de mi pueblo, vístete de sayal
y revuélcate en el polvo;
haz duelo y llora amargamente
como por un hijo único,
pues de improviso nos llegará el devastador.
27
Te he nombrado examinador de mi pueblo,
para que pruebes y examines su conducta.
28
Son todos rebeldes y calumniadores,
una cuadrilla de devastadores.
29
El fuelle resopla, el fuego está listo:
¡echa el plomo, el bronce y el hierro!
Pero es inútil refinarlos,
no se desprende la escoria.
30
Les llaman plata de desecho,
pues el Señor los ha desechado.
Discurso sobre el Templo

7 Palabra que recibió Jeremías de parte del Señor:

— 2 Ponte en la puerta del Templo del Señor y proclama allí esta palabra. Dirás: Escuchen la palabra del Señor, judaítas todos que entran por estas puertas para postrarse ante el Señor. 3 Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Mejoren su conducta y sus acciones, y habitaré entre ustedes en este lugar. 4 No confíen en las mentiras de quienes dicen: “Este es el Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor”. 5 Si mejoran su conducta y sus acciones; si actúan con justicia entre unos y otros; 6 si no oprimen al huérfano y a la viuda; si no derraman sangre inocente en este lugar; si no van tras dioses extraños para su desgracia, 7 entonces habitaré entre ustedes en este lugar, en la tierra que di a sus antepasados antaño y para siempre. 8 Ustedes confían en mentiras que no sirven de nada. 9 Roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, ofrecen incienso a Baal, van tras dioses extraños que no conocían, 10 ¿y vienen después a ponerse ante mí, en este Templo que lleva mi nombre, diciendo “Estamos a salvo”, para seguir cometiendo todas esas abominaciones? 11 ¿Piensan que es una cueva de bandidos este Templo que lleva mi nombre? ¡Pero si yo mismo lo he visto! —oráculo del Señor—. 12 Vayan a mi santuario de Siló, en el que habité al principio; vean lo que hice con él por la maldad de mi pueblo Israel. 13 En consecuencia, por haber perpetrado todas estas acciones —oráculo del Señor—, porque les hablé sin descanso y no me escucharon, porque los llamé y no respondieron, 14 pienso hacer con este Templo que lleva mi nombre, en el que confían, y con el lugar que di a sus antepasados y a ustedes, lo mismo que hice con Siló. 15 Los arrojaré de mi presencia como arrojé a sus hermanos, a toda la estirpe de Efraín.

16 En cuanto a ti, no intercedas por este pueblo, ni eleves por ellos gritos ni súplicas; no insistas ante mí, pues no pienso escucharte. 17 ¿No ves lo que están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 Los hijos recogen palos, los padres hacen fuego y las mujeres amasan para hacer tortas votivas a la Reina del Cielo, y derraman libaciones en honor de dioses extraños, con el fin de irritarme. 19 ¿Y piensan que me irritan a mí —oráculo del Señor—? ¿No se hacen daño a sí mismos, para su propia vergüenza? 20 Por eso, así dice el Señor Dios: Voy a derramar mi ira y mi cólera sobre este lugar, sobre personas y animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; arderán y no se apagarán. 21 Así dice el Señor del universo, Dios de Israel:

— ¡Ofrezcan, si quieren, holocaustos y sacrificios, y coman la carne! 22 Pero cuando saqué a sus antepasados del país de Egipto, no les hablé ni les di instrucciones sobre holocaustos o sacrificios; 23 sólo les impuse este precepto: Háganme caso, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; sigan por el camino que yo les ordene, para que todo les vaya bien. 24 Pero no escucharon ni prestaron atención; más bien siguieron su propio parecer, la maldad de su mente retorcida; me dieron la espalda en lugar de volver su rostro hacia mí. 25 Desde el día en que salieron sus antepasados del país de Egipto hasta el día de hoy, les he estado enviando sin descanso a mis siervos los profetas. 26 Pero no me escucharon ni prestaron atención; se hicieron más tercos y se portaron peor que sus antepasados. 27 Les repetirás esto palabra por palabra, pero no te escucharán; los llamarás, pero no te contestarán. 28 Dirás en su presencia: “Esta es la nación que no obedeció al Señor su Dios, que no aprendió la lección; la sinceridad ha desaparecido, ha sido extirpada de su boca”. 29 Corta tu melena de consagrado, tírala por ahí, y entona en las dunas esta endecha, pues el Señor ha rechazado y abandonado a la generación que se ha hecho objeto de su cólera. 30 En efecto, la gente de Judá hizo lo que me parece mal —oráculo del Señor—: instalaron ídolos en el Templo que lleva mi nombre, y lo contaminaron; 31 construyeron recintos sagrados en el Tófet, que está en el valle de Ben Hinón, para quemar allí a sus hijos e hijas, algo que no les mandé hacer y que ni siquiera me pasó por la imaginación. 32 Así que llegan días —oráculo del Señor— en que ya no se llamará Tófet ni valle de Ben Hinón, sino valle de la Matanza, y enterrarán en el Tófet por falta de sitio. 33 Los cadáveres de este pueblo servirán de alimento a las aves y a las bestias carroñeras, y nadie las ahuyentará. 34 Haré que enmudezcan en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén las voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia, pues el país quedará en ruinas.

8 En aquel tiempo —oráculo del Señor— sacarán de sus tumbas los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén. 2 Los expondrán al sol y a la luna, y a todo el ejército del cielo, a quien amaban, a quien servían, a quien seguían, a quien consultaban y a quien adoraban; no los recogerán ni los enterrarán; quedarán como estiércol en el campo. 3 Todos los supervivientes de esta gente perversa, en todos los lugares por donde los dispersé, preferirán la muerte a la vida —oráculo del Señor del universo—.
Un pueblo necio y recalcitrante

4
Les dirás: Así dice el Señor:
¿No se levantan los que caen?
¿No vuelve el que se marchó?
5
¿Por qué, pues, se ha extraviado este pueblo,
y Jerusalén es una apóstata recalcitrante?
Se aferran al engaño, se niegan a volver.
6
Presté atención y escuché:
Sus palabras no eran de fiar;
nadie se arrepiente de su maldad
preguntándose: “¿Qué he hecho?”.
Cada cual sigue sus correrías,
como caballo lanzado al ataque.
7
Hasta la cigüeña en el cielo
conoce el tiempo establecido;
la tórtola, la golondrina y la grulla
están atentas al tiempo del regreso.
Pero mi pueblo no conoce
el orden fijado por el Señor.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Colosenses 2:8-23 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

8 Estén alerta, no sea que alguien los engañe con especulaciones filosóficas o estériles disquisiciones que se apoyan en tradiciones humanas o en potencias cósmicas, en lugar de en Cristo, 9 en cuya humanidad habita toda la plenitud de la divinidad, 10 y en el que, como cabeza de todo principado y de toda potestad, ustedes han alcanzado la plenitud.

11 Por su unión con Cristo están circuncidados; no en sentido físico, sino con la circuncisión de Cristo, que es la que los despoja de sus desordenadas apetencias humanas. 12 Por el bautismo han sido sepultados con Cristo y con él también ustedes han resucitado al creer en el poder de Dios, que lo resucitó triunfante de la muerte. 13 Y muertos estaban a causa de sus delitos y de su condición de paganos. Pero ahora, Dios los ha vuelto a la vida con Cristo y nos ha perdonado todos nuestros pecados. 14 Ha destruido el documento acusador que contenía cargos contra nosotros y lo ha hecho desaparecer clavándolo en la cruz. 15 Ha despojado a principados y potestades y los ha convertido en público espectáculo, llevándolos cautivos en su cortejo triunfal.
Libertad en Cristo

16 Que nadie, pues, los critique por cuestiones de comida o de bebida, ni por lo que respecta a celebraciones, novilunios o días festivos en general. 17 Todo esto no es más que sombra de lo que ha de venir. La realidad es Cristo. 18 Que no les escamoteen el premio esos que hacen alarde de humildad y de dar culto a los ángeles, esos que presumen de visiones y que con sus pensamientos mundanos están inflados de vano orgullo. 19 Es gente que ha perdido el contacto con Cristo, es decir, con la cabeza por medio de la cual todo el cuerpo, a través de los ligamentos y junturas, se mantiene unido y recibe el alimento querido por Dios. 20 Si han muerto con Cristo y nada tienen que ver con las potencias cósmicas, ¿por qué se dejan imponer normas como si pertenecieran a este mundo? 21 “Prescinde de esto; no pruebes eso; no toques aquello”. 22 Pero todas esas son cosas destinadas a gastarse con el uso, como prescripciones y enseñanzas humanas que son. 23 Tienen, ciertamente, un aire de sabiduría, con su aspecto de religiosidad, su pretendida humildad y su aparente rigor ascético. En realidad carecen de todo valor; sólo sirven para satisfacer las desordenadas apetencias humanas.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 78:1-31 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

Salmo 78 (77)
Contaremos las proezas del Señor

78 Salmo de Asaf.
Pueblo mío, escucha mi enseñanza,
atiendan a las palabras de mi boca.
2
Con sentencias sabias hablaré,
proclamaré enigmas de antaño.
3
Lo que nosotros oímos y sabemos,
lo que nuestros padres nos contaron,
4
no lo ocultaremos a sus hijos;
a la nueva generación le contaremos
las proezas del Señor y su poder,
las maravillas que él hizo.
5
Él estableció una norma en Jacob,
una ley instituyó en Israel;
él ordenó a nuestros padres
enseñarlas a sus hijos,
6
para que la generación venidera lo sepa
y los hijos que habrán de nacer
se dispongan a contarlo a sus hijos.
7
Así estos confiarán en Dios,
no olvidarán sus proezas
y respetarán sus mandatos;
8
no serán como sus padres,
generación terca y rebelde
que no fue fiel a Dios.
9
Los hijos de Efraín, diestros arqueros,
huyeron el día de la batalla.
10
No respetaron la alianza,
no quisieron seguir su ley;
11
olvidaron sus proezas,
los portentos que les mostró.
12
Ante sus padres hizo prodigios
en el país de Egipto, en los campos de Soán.
13
Abrió el mar y los hizo pasar,
como un dique detuvo las aguas;
14
con una nube los guiaba de día,
con luz de fuego durante la noche;
15
en el desierto hendió las rocas,
calmó su sed en caudalosos manantiales;
16
hizo brotar arroyos de las peñas
y como ríos descendieron las aguas.
17
Pero de nuevo pecaron contra él,
se rebelaron contra el Altísimo en el desierto.
18
En su interior retaron a Dios,
reclamaron comida con ansia.
19
Hablaron contra Dios, dijeron:
“¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto?
20
Es verdad que golpeó la roca
y el agua manó, los arroyos fluyeron;
pero ¿podrá también dar pan,
proporcionar carne a su pueblo?”.
21
Lo oyó el Señor y se llenó de furia,
su ira se encendió contra Jacob,
se alzó en cólera contra Israel,
22
porque no habían creído en Dios,
no confiaban en su salvación.
23
Entonces dio la orden a las nubes
y las puertas del cielo se abrieron.
24
Les hizo llover maná para comer,
les ofreció trigo del cielo.
25
Pan de ángeles comió el ser humano,
víveres mandó para saciarlos.
26
En el cielo hizo soplar viento del este,
viento del sur levantó con su poder.
27
Les llovió carne abundante como el polvo,
aves numerosas como la arena del mar;
28
en medio del campamento las hizo caer,
alrededor de sus tiendas.
29
Ellos comieron hasta hartarse
y él cumplió así sus deseos.
30
Pero no estaban aún satisfechos,
aún tenían la comida en la boca
31
cuando Dios se enfureció con ellos
y acabó con los más vigorosos,
abatió a los mejores de Israel.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 24:26 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

26
Como beso en los labios
es la respuesta acertada.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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