Isaías 66:1-24; Filipenses 3:5-21; Salmos 74; Proverbios 24:15-16 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Isaías 66 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
66
Esto dice el Señor:
«El
cielo es mi trono
y la tierra es el estrado de mis pies.
¿Podrían
acaso construirme un templo tan bueno como ese?
¿Podrían construirme un lugar de descanso
así?
2
Con
mis manos hice tanto el cielo como la tierra;
son míos, con todo lo que hay en ellos.[a]
¡Yo, el Señor, he hablado!
»Bendeciré
a los que tienen un corazón humilde y arrepentido,
a los que tiemblan ante mi palabra.
3
Pero
a los que escojan sus propios caminos
y se deleiten en sus pecados detestables,
no les aceptaré sus ofrendas.
Cuando
tales personas sacrifiquen un toro,
será tan inaceptable como un sacrificio
humano.
Cuando
sacrifiquen un cordero,
será como si hubieran sacrificado un perro.
Cuando
traigan una ofrenda de grano,
igual sería que ofrecieran sangre de cerdo.
Cuando
quemen incienso,
será como si hubieran bendecido a un ídolo.
4
Yo
les enviaré grandes dificultades:
todas las cosas que ellos temían.
Cuando
los llamé, no me respondieron.
Cuando les hablé, no me escucharon.
Pecaron
deliberadamente ante mis propios ojos
y escogieron hacer lo que saben que yo
desprecio».
5
Escuchen
este mensaje del Señor,
ustedes que tiemblan ante sus palabras:
«Su
propio pueblo los odia
y los expulsa por ser leales a mi nombre.
“¡Que
el Señor sea honrado! —se burlan—.
¡Alégrense en él!”.
Pero ellos serán avergonzados.
6
¿Qué
es ese alboroto que hay en la ciudad?
¿Qué es ese ruido tan terrible que viene
del templo?
Es
la voz del Señor,
vengándose de sus enemigos.
7
»Aun
antes de que comenzaran los dolores de parto,
Jerusalén dio a luz un hijo.
8
¿Acaso
alguien ha visto algo tan extraño como esto?
¿Quién ha oído hablar de algo así?
¿Acaso
ha nacido una nación en un solo día?
¿Acaso ha surgido un país en un solo
instante?
Pero
para cuando le comiencen los dolores de parto a Jerusalén,[b]
ya habrán nacido sus hijos.
9
¿Llevaría
yo a esta nación al punto de nacer
para después no dejar que naciera?
—pregunta el Señor—.
¡No!
Nunca impediría que naciera esta nación»,
dice su Dios.
10
«¡Alégrense
con Jerusalén!
Gócense con ella, todos ustedes que la aman
y ustedes que se lamentan por ella.
11
Beban
abundantemente de su gloria,
como bebe un pequeño hasta saciarse de los
pechos consoladores de su madre».
12
Esto
dice el Señor:
«Yo
le daré a Jerusalén un río de paz y de prosperidad.
Las riquezas de las naciones fluirán hacia
ella.
Sus
hijos se alimentarán de sus pechos,
serán llevados en sus brazos y sostenidos
en sus piernas.
13
Los
consolaré allí, en Jerusalén,
como una madre consuela a su hijo».
14
Cuando
vean estas cosas, su corazón se alegrará.
Florecerán como la hierba.
Todos
verán la mano de bendición del Señor sobre sus siervos,
y su ira contra sus enemigos.
15
Miren,
el Señor viene con fuego,
y sus veloces carros de guerra retumban
como un torbellino.
Él
traerá castigo con la furia de su ira
y con el ardiente fuego de su dura
reprensión.
16
El
Señor castigará al mundo con fuego
y con su espada.
Juzgará
a la tierra
y
muchos morirán a manos de él.
17
«Los que se “consagran” y se “purifican” en un huerto sagrado con su ídolo en
el centro, celebrando con carne de cerdo, de rata y con otras carnes
detestables, tendrán un final terrible», dice el Señor.
18
«Yo puedo ver lo que están haciendo y sé lo que están pensando. Por eso reuniré
a todas las naciones y a todos los pueblos, y ellos verán mi gloria. 19
Realizaré una señal entre ellos y enviaré a los sobrevivientes a que lleven mi
mensaje a las naciones: a Tarsis, a los libios[c] y a los lidios[d] (que son
famosos arqueros), a Tubal y a Grecia[e] y a todas las tierras más allá del mar
que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria. Allí declararán mi gloria
ante las naciones. 20 Ellos traerán de regreso al remanente de sus hermanos de
entre las naciones y los llevarán a mi monte santo en Jerusalén, como ofrenda
al Señor. Irán a caballo, en carros de guerra, en carretas, en mulas y en
camellos —dice el Señor—; 21 y nombraré a algunos de ellos para que sean mis
sacerdotes y levitas. ¡Yo, el Señor, he hablado!
22
»Tan
cierto como que mis cielos nuevos y mi tierra nueva permanecerán,
así también ustedes serán mi pueblo para
siempre,
con
un nombre que nunca desaparecerá
—dice el Señor—.
23
Toda
la humanidad vendrá a adorarme
semana tras semana
y mes tras mes.
24
Y
cuando salgan, verán
los cadáveres de los que se han rebelado
contra mí.
Los
gusanos que los devoran nunca morirán,
y el fuego que los quema nunca se apagará.
Todos
los que pasen por allí
se llenarán de horror absoluto».
Footnotes:
66:2 Así aparece en la versión griega, en
la latina y en la siríaca; en hebreo dice estas cosas son.
66:8 En hebreo a Sión.
66:19a Así aparece en algunos manuscritos
griegos que dicen Fut [es decir, Libia]; en hebreo dice Pul.
66:19b En hebreo Lud.
66:19c En hebreo Javán.
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Traducción Viviente (NTV)
La
Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010.
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Filipenses 3:5-21 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
5
Fui circuncidado cuando tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de
pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha
habido otro! Fui miembro de los fariseos, quienes exigen la obediencia más
estricta a la ley judía. 6 Era tan fanático que perseguía con crueldad a la
iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra.
7
Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún
valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada
cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar
a Cristo 9 y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por
medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en
Cristo.[a] Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en
la fe. 10 Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó
de los muertos. ¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte, 11 para poder
experimentar, de una u otra manera, la resurrección de los muertos!
Avanzar
hacia la meta
12
No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la
perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual
Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. 13 No, amados hermanos, no lo he
logrado,[b] pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la
mirada en lo que tengo por delante, y así 14 avanzo hasta llegar al final de la
carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de
Cristo Jesús.
15
Que todos los que son espiritualmente maduros estén de acuerdo en estas cosas.
Si ustedes difieren en algún punto, estoy seguro de que Dios se lo hará
entender; 16 pero debemos aferrarnos al avance que ya hemos logrado.
17
Amados hermanos, tomen mi vida como modelo y aprendan de los que siguen nuestro
ejemplo. 18 Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con
lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos
enemigos de la cruz de Cristo. 19 Van camino a la destrucción. Su dios es su
propio apetito, se jactan de cosas vergonzosas y solo piensan en esta vida
terrenal. 20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el
Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro
Salvador. 21 Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un
cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que
pondrá todas las cosas bajo su dominio.
Footnotes:
3:9 O por medio de la fidelidad de Cristo.
3:13 Algunos manuscritos dicen aún no lo he
logrado.
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Salmos 74 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
Salmo
74
Salmo[a]
de Asaf.
1
Oh
Dios, ¿por qué nos has rechazado tanto tiempo?
¿Por qué es tan intensa tu ira contra las
ovejas de tu propia manada?
2
Recuerda
que somos el pueblo que elegiste hace tanto tiempo,
¡la tribu a la cual redimiste como tu
posesión más preciada!
Y acuérdate de Jerusalén,[b] tu hogar aquí
en la tierra.
3
Camina
por las espantosas ruinas de la ciudad;
mira cómo el enemigo ha destruido tu
santuario.
4
Allí
tus enemigos dieron gritos victoriosos de guerra;
allí levantaron sus estandartes de batalla.
5
Blandieron
sus hachas
como leñadores en el bosque.
6
Con
hachas y picos,
destrozaron los paneles tallados.
7
Redujeron
tu santuario a cenizas;
profanaron el lugar que lleva tu nombre.
8
Luego
pensaron: «¡Destruyamos todo!».
Entonces quemaron por completo todos los
lugares de adoración a Dios.
9
Ya
no vemos tus señales milagrosas;
ya no hay más profetas,
y nadie puede decirnos cuándo acabará todo
esto.
10
¿Hasta
cuándo, oh Dios, dejarás que tus enemigos te insulten?
¿Permitirás que deshonren tu nombre para
siempre?
11
¿Por
qué contienes tu fuerte brazo derecho?
Descarga tu poderoso puño y destrúyelos.
12
Tú,
oh Dios, eres mi rey desde hace siglos,
traes salvación a la tierra.
13
Dividiste
el mar con tu fuerza
y les rompiste la cabeza a los monstruos
marinos.
14
Aplastaste
las cabezas del Leviatán[c]
y dejaste que se lo comieran los animales
del desierto.
15
Hiciste
que brotaran los manantiales y los arroyos,
y secaste ríos que jamás se secan.
16
Tanto
el día como la noche te pertenecen;
tú creaste el sol y la luz de las
estrellas.[d]
17
Estableciste
los límites de la tierra
e hiciste el verano, así como el invierno.
18
Mira
cómo te insultan estos enemigos, Señor;
una nación insensata ha deshonrado tu
nombre.
19
No
permitas que estas bestias salvajes destruyan a tus tórtolas;
no te olvides para siempre de tu pueblo
dolido.
20
Recuerda
las promesas de tu pacto,
¡porque la tierra está llena de oscuridad y
violencia!
21
No
permitas que humillen otra vez a los oprimidos,
en cambio, deja que el pobre y el
necesitado alaben tu nombre.
22
Levántate,
oh Dios, y defiende tu causa;
recuerda cómo te insultan estos necios todo
el día.
23
No
pases por alto lo que han dicho tus enemigos
ni su creciente alboroto.
Footnotes:
74:Título En hebreo Masquil. Puede ser un
término literario o musical.
74:2 En hebreo del monte Sión.
74:14 La identidad del Leviatán es
discutida, las ideas van desde una criatura terrestre hasta un mítico monstruo
marino de la literatura antigua.
74:16 O y la luna; en hebreo dice y la luz.
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Proverbios 24:15-16 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
15
No
estés al acecho frente a la casa del justo,
ni ataques el lugar donde vive.
16
Los
justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse.
En cambio, basta una sola calamidad para derribar
al perverso.
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