Tuesday, October 6, 2020

DAB Español, Miércoles 07 de Octubre

Día 281, DAB Español, Miércoles 07 de Octubre

Jeremías 8:8-9:26; Colosenses 3:1-17; Salmos 78:32-55; Proverbios 24:27 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))







Jeremías 8:8-9:25 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


8
¿Cómo dicen “Somos sabios,
tenemos la ley del Señor”,
si resulta que la ha corrompido
la pluma corrupta de los expertos?
9
Los sabios están avergonzados,
asustados, y quedan atrapados.
Si han rechazado la palabra del Señor,
¿de qué puede servirles su sabiduría?
10
Por eso, voy a dar a otros sus mujeres,
entregaré sus campos a los conquistadores.
Es que del pequeño al grande
todos piensan en medrar;
del profeta al sacerdote
todos andan entre fraudes.
11
Han curado la herida de mi pueblo,
pero sólo por encima, diciendo:
“Paz, paz”, pero no hay paz.
12
Deberían sentirse avergonzados
por haber cometido abominaciones;
pero no se van a avergonzar,
ni siquiera conocen el pudor.
Por eso caerán entre otros caídos,
se hundirán cuando venga a castigarlos
—oráculo del Señor—.
13
Quisiera cosechar algo
—oráculo del Señor—,
pero no hay uvas en la cepa,
tampoco higos en la higuera;
tienen las hojas marchitas.
¡Pues los convertiré en bosque pelado!
Juicio del pueblo y dolor del profeta

14
¿Qué hacemos aquí sentados?
Vayamos juntos a las ciudades fortificadas
y acabemos allí de una vez,
pues es el Señor nuestro Dios
quien quiere acabar con nosotros;
nos da a beber nuestras lágrimas,
pues hemos pecado contra el Señor.
15
Esperábamos paz y nada va bien;
un tiempo saludable, y llega el terror.
16
Desde Dan se puede oír
resoplar a sus caballos,
relinchar a sus corceles:
la tierra se estremece.
Llegan devorando la tierra y cuanto contiene,
las ciudades y todos sus habitantes.
17
Voy a enviar contra ustedes
serpientes y víboras,
que no responden a encantamientos:
los morderán. —Oráculo del Señor—.
18
Me siento abrumado de dolor,
tengo enfermo el corazón,
al oír los gritos de mi pueblo
desde una tierra lejana:
19
“¿No está el Señor en Sión?
¿No está su rey en ella?”.
“¿Por qué me irritaron con sus ídolos,
con esas naderías extranjeras?”.
20
Pasó la cosecha, se acabó el verano,
pero nosotros no hemos sido salvados.
21
Los destrozos en la capital
me tienen del todo destrozado,
ando entristecido, presa del espanto.
22
¿Ya no hay bálsamo en Galaad?
¿No quedan médicos allí?
¿Por qué, pues, sigue abierta
la herida de la capital de mi pueblo?
23
¿Por qué no será mi cabeza una fuente
y mis ojos un manantial de lágrimas,
para llorar de día y de noche
por las víctimas de la capital de mi pueblo?
Un pueblo depravado

9 ¡Ojalá encontrara refugio en el desierto
para abandonar y alejarme de mi pueblo,
pues todos son adúlteros, banda de traidores!
2
Tensan sus lenguas, su arco es la mentira,
se imponen en el país no con la verdad.
Van de maldad en maldad,
y no me conocen
—oráculo del Señor—.
3
Hasta del amigo hay que guardarse,
ni siquiera en el hermano se puede confiar,
pues los hermanos son suplantadores
y los amigos buscan calumniarlos;
4
cada cual estafa a su prójimo
y ninguno dice la verdad;
enseñan a sus lenguas a mentir,
están pervertidos sin remedio:
5
opresión y más opresión,
engaño y más engaño.
Y es que no quieren conocerme
—oráculo del Señor—.
6
Por eso, así dice el Señor del universo:
He pensado refinarlos y probarlos,
¿qué otra cosa puedo hacer con su maldad?
7
Su lengua es flecha afilada,
su boca profiere mentiras;
desean bienestar a su prójimo,
pero por dentro planean emboscadas.
8
¿Y no los castigaré por estas cosas?
—oráculo del Señor—.
De un pueblo que así se comporta,
¿no he de vengarme en persona?
Endecha por Jerusalén

9
Entonaré una endecha sobre los montes,
sobre los pastos de la estepa una elegía:
están quemados, sin nadie que transite,
no se escuchan los mugidos del ganado,
hasta aves y bestias se han marchado.
10
Haré de Jerusalén una ruina,
la convertiré en cueva de chacales;
arrasaré las ciudades de Judá,
sin nadie que pueda habitarlas.
La lógica del juicio

11
¿Quién es el sabio que puede entender esto?
Que lo diga el que haya sido confidente del Señor.
¿Por qué está deshecho el país,
abrasado, como desierto intransitable?
12
Respondió el Señor:
Por abandonar la ley que yo les promulgué,
por no obedecerme ni seguir mis mandatos;
13
por haber rendido culto a los baales
como, llevados de su obstinación,
aprendieron de sus antepasados.
14
Por eso, así dice el Dios de Israel,
Señor del universo:
Daré a este pueblo ajenjo para comer,
les daré a beber agua emponzoñada.
15
Los dispersaré por países que no conocen,
y que tampoco conocieron sus padres;
mandaré a la espada que los persiga
hasta que acabe finalmente con ellos.
Ensayo de lamentación por Sión

16
Así dice el Señor del universo:
Hagan venir plañideras,
busquen a las más expertas;
que se den prisa en venir
17
y nos entonen una elegía;
que nuestros ojos derramen lágrimas,
que destilen llanto nuestros párpados.
18
Voces de duelo llegan desde Sión:
“¡Qué desolados estamos,
qué terrible decepción!
Hemos abandonado el país,
nos echaron de nuestras moradas”.
19
Oigan, mujeres, la palabra del Señor,
escuchen sus oídos la palabra de su boca.
Enseñen una endecha a sus hijas,
cada una a su amiga esta elegía:
20
“La muerte subió por nuestras ventanas,
se metió dentro de nuestros palacios;
exterminó a los niños en las calles,
a los jóvenes en medio de las plazas”.
21
Habla: Así dice el Señor:
Quedarán tendidos los cadáveres
como estiércol por todo el campo,
como espigas que deja el segador
y nadie se molesta en recoger.
Juicio generalizado

22
Así dice el Señor:
Que no alardee el sabio de sabiduría,
que no alardee el poderoso de poder,
que no alardee el rico de riqueza.
23
El que alardee, alardee de esto:
de tener entendimiento y conocerme,
de saber que yo soy el Señor,
que pongo en práctica la fidelidad,
la justicia y el derecho en el país.
Estas son las cosas que me agradan
—oráculo del Señor—.

24 Ya está llegando el tiempo —oráculo del Señor— en que voy a pedir cuentas a todos los circuncisos: 25 a Egipto, Judá, Edom, los amonitas y Moab, y a la gente del desierto que se afeita las sienes. Porque todos, también Israel en su totalidad, son incircuncisos de corazón.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Colosenses 3:1-17 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

III.— LA NUEVA VIDA EN CRISTO (3,1—4,1)
Muertos al mundo; vivos para Dios

3 ¡Ustedes han resucitado con Cristo! Orienten, pues, sus vidas hacia el cielo, donde está Cristo sentado junto a Dios. 2 Pongan el corazón en las realidades celestiales y no en las de la tierra. 3 Porque han muerto y sus vidas está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, la vida de ustedes, se manifieste, también ustedes aparecerán llenos de gloria junto a él.
Nuevas criaturas

5 Destruyan lo que hay de mundano en ustedes: la lujuria, la impureza, las pasiones desenfrenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una especie de idolatría. 6 Esto es lo que enciende la ira de Dios sobre quienes se niegan a obedecerlo; 7 es también lo que en otro tiempo constituyó la norma de conducta y de vida de ustedes mismos. 8 Ahora, en cambio, es preciso que renuncien a todo eso: a la ira, al rencor, a la malquerencia, la calumnia y la grosería. 9 No anden engañándose unos a otros. Despójense de la vieja y pecadora condición humana 10 y conviértanse en nuevas criaturas que van renovándose sin cesar a imagen de su Creador, en busca de un conocimiento cada vez más profundo. 11 Ya no hay fronteras de raza, religión, cultura o condición social, sino que Cristo es todo en todos.

12 Son elegidos de Dios; él los ha consagrado y les ha otorgado su amor. Sean, pues, profundamente compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos. 13 Sopórtense mutuamente y, así como el Señor los perdonó, perdónense también ustedes, cuando alguno tenga quejas contra otro. 14 Y, por encima de todo, practiquen el amor que todo lo vuelve perfecto.

15 Que la paz de Cristo reine en sus vidas; a ella los ha llamado Dios para formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos. 16 Que el mensaje de Cristo los llene con toda su riqueza y sabiduría para que sean maestros y consejeros los unos de los otros, cantando a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas con un corazón profundamente agradecido. 17 En fin, cuanto hagan o digan, háganlo todo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 78:32-55 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

32
A pesar de ello siguieron pecando,
no confiaron en sus maravillas.
33
Entonces en un soplo consumió sus días,
sus años en un súbito terror.
34
Si los hacía morir lo buscaban,
se arrepentían dirigiéndose a él;
35
recordaban que Dios era su refugio,
el Dios Altísimo su redentor.
36
Pero con su boca lo engañaban,
con su lengua le mentían;
37
su corazón no era sincero,
eran infieles a su alianza.
38
Él, misericordioso, perdonaba
su pecado y no los destruía;
su ira contenía una y otra vez,
no desplegaba todo su furor.
39
Recordaba que eran humanos,
un soplo que pasa y no vuelve.
40
¡Cuántas veces se rebelaron en el desierto
y en el yermo lo llenaron de tristeza!
41
Una y otra vez provocaban a Dios,
enojaban al Santo de Israel.
42
No se acordaban de su poder,
del día que los salvó del enemigo,
43
cuando en Egipto hizo prodigios
y portentos en los campos de Soán.
44
Él convirtió en sangre sus ríos,
sus arroyos para que no bebieran.
45
Les envió plagas que los devoraron,
ranas que los destruyeron,
46
entregó a los saltamontes sus cosechas,
a las langostas sus tareas campesinas;
47
destruyó con el granizo sus viñedos,
con la helada sus higueras;
48
abandonó su ganado al pedrisco,
a los rayos sus rebaños.
49
Lanzó contra ellos el furor de su ira,
cólera, furia y calamidades,
una hueste de aciagos mensajeros.
50
Dio rienda suelta a su ira
y no los salvó de la muerte,
sino que entregó sus vidas a la peste;
51
a todo primogénito abatió en Egipto,
a todo primer nacido en las tiendas de Cam.
52
Como a un rebaño sacó a su pueblo,
por el desierto lo condujo como a ovejas;
53
en sosiego los guiaba y no temían,
pero a sus enemigos los cubría el mar.
54
Y los llevó hasta su tierra sagrada,
al monte que su mano conquistó.
55
Ante ellos expulsó naciones,
repartió en lotes su heredad
y en sus tiendas alojó a las tribus de Israel.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 24:27 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

27
Arregla tus asuntos urbanos,
soluciona los del campo,
y luego construirás tu casa.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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