Jeremías 23:21-25:38; 2 Tesalonicenses 2:1-17; Salmos 84; Proverbios 25:15 (Reina-Valera 1960 (RVR1960))
Jeremías 23:21-25:38 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
21
No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos
profetizaban.
22
Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a
mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus
obras.
23
¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?
24
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno
yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
25
Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre,
diciendo: Soñé, soñé.
26
¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira,
y que profetizan el engaño de su corazón?
27
¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que
cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi
nombre por Baal?
28
El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi
palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?
dice Jehová.
29
¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la
piedra?
30
Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan
mis palabras cada uno de su más cercano.
31
Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas
y dicen: El ha dicho.
32
He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y
los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y
yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice
Jehová.
33
Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo:
¿Cuál es la profecía de Jehová? les dirás: Esta es la profecía: Os dejaré, ha
dicho Jehová.
34
Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de Jehová, yo
enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.
35
Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué ha
respondido Jehová, y qué habló Jehová?
36
Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová; porque la palabra
de cada uno le será por profecía; pues pervertisteis las palabras del Dios
viviente, de Jehová de los ejércitos, Dios nuestro.
37
Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová?
38
Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque dijisteis
esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No digáis:
Profecía de Jehová,
39
por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi presencia a vosotros
y a la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres;
40
y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará
el olvido.
La
señal de los higos buenos y malos
24 Después de haber transportado Nabucodonosor
rey de Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de
Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia,
me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová.
2
Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy
malos, que de malos no se podían comer.
3
Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy
buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer.
4
Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
5
Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los
transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los
caldeos, para bien.
6
Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y
los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.
7
Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por
pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su
corazón.
8
Y como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así ha dicho Jehová,
pondré a Sedequías rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que
quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto.
9
Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra; por infamia,
por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares adonde yo los
arroje.
10
Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados
de la tierra que les di a ellos y a sus padres.
Setenta
años de desolación
25 Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el
pueblo de Judá en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, el cual
era el año primero de Nabucodonosor rey de Babilonia;
2
la cual habló el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a todos los
moradores de Jerusalén, diciendo:
3
Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son
veintitrés años, ha venido a mí palabra de Jehová, y he hablado desde temprano
y sin cesar; pero no oísteis.
4
Y envió Jehová a vosotros todos sus siervos los profetas, enviándoles desde
temprano y sin cesar; pero no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para
escuchar
5
cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras
obras, y moraréis en la tierra que os dio Jehová a vosotros y a vuestros padres
para siempre;
6
y no vayáis en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y adorándoles, ni me
provoquéis a ira con la obra de vuestras manos; y no os haré mal.
7
Pero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme a ira con la obra de
vuestras manos para mal vuestro.
8
Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: Por cuanto no habéis oído mis
palabras,
9
he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a
Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y
contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los
destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua.
10
Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la
voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara.
11
Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones
al rey de Babilonia setenta años.
12
Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a
aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y
la convertiré en desiertos para siempre.
13
Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella,
con todo lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra
todas las naciones.
14
Porque también ellas serán sojuzgadas por muchas naciones y grandes reyes; y yo
les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de sus manos.
La
copa de ira para las naciones
15
Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de
este furor, y da a beber de él a todas las naciones a las cuales yo te envío.
16
Y beberán, y temblarán y enloquecerán, a causa de la espada que yo envío entre
ellas.
17
Y tomé la copa de la mano de Jehová, y di de beber a todas las naciones, a las
cuales me envió Jehová:
18
a Jerusalén, a las ciudades de Judá y a sus reyes, y a sus príncipes, para
ponerlos en ruinas, en escarnio y en burla y en maldición, como hasta hoy;
19
a Faraón rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo;
20
y a toda la mezcla de naciones, a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos
los reyes de la tierra de Filistea, a Ascalón, a Gaza, a Ecrón y al remanente
de Asdod;
21
a Edom, a Moab y a los hijos de Amón;
22
a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las
costas que están de ese lado del mar;
23
a Dedán, a Tema y a Buz, y a todos los que se rapan las sienes;
24
a todos los reyes de Arabia, a todos los reyes de pueblos mezclados que habitan
en el desierto;
25
a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam, a todos los reyes de
Media;
26
a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los
otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra; y el
rey de Babilonia beberá después de ellos.
27
Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y
embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis, a causa de la espada que yo
envío entre vosotros.
28
Y si no quieren tomar la copa de tu mano para beber, les dirás tú: Así ha dicho
Jehová de los ejércitos: Tenéis que beber.
29
Porque he aquí que a la ciudad en la cual es invocado mi nombre yo comienzo a
hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos; porque espada
traigo sobre todos los moradores de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.
30
Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras y les dirás: Jehová
rugirá desde lo alto, y desde su morada santa dará su voz; rugirá fuertemente
contra su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la
tierra.
31
Llegará el estruendo hasta el fin de la tierra, porque Jehová tiene juicio
contra las naciones; él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a
espada, dice Jehová.
32
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en
nación, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra.
33
Y yacerán los muertos de Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra
hasta el otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados; como
estiércol quedarán sobre la faz de la tierra.
34
Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque
cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis
como vaso precioso.
35
Y se acabará la huida de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño.
36
!!Voz de la gritería de los pastores, y aullido de los mayorales del rebaño!
porque Jehová asoló sus pastos.
37
Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jehová.
38
Dejó cual leoncillo su guarida; pues asolada fue la tierra de ellos por la ira
del opresor, y por el furor de su saña.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
2 Tesalonicenses 2 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Manifestación
del hombre de pecado
2 Pero con respecto a la venida de nuestro
Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
2
que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis,
ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el
sentido de que el día del Señor está cerca.
3
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la
apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
4
el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de
culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por
Dios.
5
¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
6
Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se
manifieste.
7
Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al
presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
8
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu
de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
9
inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos,
10
y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no
recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
12
a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia.
Escogidos
para salvación
13
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
14
a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo.
15
Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido,
sea por palabra, o por carta nuestra.
16
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y
nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
17
conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Salmos 84 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Anhelo
por la casa de Dios
Al
músico principal; sobre Gitit. Salmo para los hijos de Coré.
84 !!Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de
los ejércitos!
2
Anhela
mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi
corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
3
Aun
el gorrión halla casa,
Y
la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,
Cerca
de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey
mío, y Dios mío.
4
Bienaventurados
los que habitan en tu casa;
Perpetuamente
te alabarán. Selah
5
Bienaventurado
el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En
cuyo corazón están tus caminos.
6
Atravesando
el valle de lágrimas lo cambian en fuente,
Cuando
la lluvia llena los estanques.
7
Irán
de poder en poder;
Verán
a Dios en Sion.
8
Jehová
Dios de los ejércitos, oye mi oración;
Escucha,
oh Dios de Jacob. Selah
9
Mira,
oh Dios, escudo nuestro,
Y
pon los ojos en el rostro de tu ungido.
10
Porque
mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Escogería
antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,
Que
habitar en las moradas de maldad.
11
Porque
sol y escudo es Jehová Dios;
Gracia
y gloria dará Jehová.
No
quitará el bien a los que andan en integridad.
12
Jehová
de los ejércitos,
Dichoso
el hombre que en ti confía.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Proverbios 25:15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
15
Con
larga paciencia se aplaca el príncipe,
Y
la lengua blanda quebranta los huesos.
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado ©
Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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