Saturday, May 2, 2020

DAB Español, Domingo 03 de Mayo

Día 124, DAB Español, Domingo 03 de Mayo

Jueces 17:1-18:31; Juan 3:1-21; Salmos 104:1-23; Proverbios 14:20-21 (Traducción en lenguaje actual (TLA))







Jueces 17-18 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Las imágenes de Micaías

17 Había un hombre llamado Micaías, que vivía en las montañas de Efraín. 2-3 Un día, le dijo a su madre:

—Te oí maldecir al ladrón que te robó más de mil monedas de plata. Pero en realidad fui yo quien te las quitó. Aquí las tienes.

Y le devolvió las monedas de plata a su madre, quien le dijo:

—¡Dios te bendiga, hijo mío! Ahora aparto esta plata para Dios. Con ella voy a mandar hacer una imagen de madera recubierta de plata, y te la daré a ti.

4 De la plata que le había devuelto su hijo, ella apartó doscientas monedas y se las llevó a un platero, a quien le pidió que hiciera una imagen tallada en madera y recubierta de plata. Después llevó la imagen a la casa de Micaías, 5 quien había hecho un altar en su casa; allí tenía otras imágenes y una túnica sacerdotal, y había nombrado sacerdote a uno de sus hijos. 6 En esa época los israelitas no tenían rey, y cada uno hacía lo que le daba la gana.

7 Había también en ese tiempo un joven de la tribu de Leví, que vivía como extranjero en Belén de Judá. 8 Un día salió de allí en busca de otro lugar donde vivir, y andando por la zona montañosa de Efraín llegó a la casa de Micaías. 9 Éste le preguntó:

—¿De dónde vienes?

Y el joven le contestó:

—De Belén de Judá. Soy descendiente de Leví, y busco un lugar donde vivir.

10 Entonces Micaías le dijo:

—Quédate conmigo, y serás mi sacerdote y consejero. A cambio, yo te daré diez monedas de plata al año, además ropa y comida.

11-12 El joven sacerdote aceptó quedarse a vivir con Micaías, y fue su sacerdote particular. Hasta llegó a ser como uno de sus hijos. 13 Micaías pensaba que, teniendo como sacerdote a un descendiente de Leví, Dios lo ayudaría y todo le saldría bien.
La tribu de Dan conquista su territorio

18 En ese tiempo en que los israelitas no tenían rey, los de la tribu de Dan estaban buscando un lugar donde vivir. De todas las tribus de Israel, Dan era la única a la que todavía no se le había asignado ningún territorio. 2 Por eso los de Dan eligieron de entre sus familias a cinco valientes de Sorá y Estaol, y en secreto los enviaron a explorar el territorio. Cuando llegaron a la zona montañosa de Efraín, pasaron la noche en la casa de Micaías. 3 Estando allí, se dieron cuenta de que el joven sacerdote era de otro lugar, por su manera de hablar, y le preguntaron:

—¿Quién te trajo acá? ¿Qué estás haciendo? ¿Para qué viniste?

4 Él les explicó:

—Hice un trato con Micaías, y él me paga para que sea yo su sacerdote.

5 Entonces ellos le dijeron:

—Por favor, consulta a Dios por nosotros. Queremos saber si nos irá bien en este viaje.

6 Él les contestó:

—Pueden ir tranquilos, porque Dios los va a proteger.

7 Los cinco hombres salieron, y cuando llegaron a Lais encontraron que allí la gente vivía confiada y tranquila, pues tenía todo lo que necesitaba. Esa gente era de Sidón, pero como estaba lejos de su patria no se relacionaba con nadie. 8 Cuando los que habían ido a explorar volvieron a Sorá y Estaol, sus compañeros les preguntaron:

—¿Cómo les ha ido?

9 Ellos les respondieron:

—¡Hay que atacarlos ya! Recorrimos toda la zona y vimos que la tierra es muy fértil. ¡Vamos, no se queden ahí sin hacer nada! ¡Hay que ir enseguida a conquistar esa tierra! 10 Cuando lleguen, verán que la gente no sospecha nada. ¡Dios nos ha dado un territorio grande, donde hay de todo!

11 Entonces seiscientos hombres de la tribu de Dan salieron bien armados de Sorá y Estaol. 12 Subieron y acamparon al oeste de Quiriat-jearim, en Judá, en un lugar que ahora se llama Campamento de Dan. 13 De allí siguieron hasta la zona montañosa de Efraín, y llegaron a la casa de Micaías.

14 Los cinco hombres que habían explorado el territorio de Lais les dijeron a sus compañeros: «¿Sabían que en una de esas casas hay una imagen de madera y plata? También hay otras imágenes y una túnica sacerdotal. ¿Qué les parece?»

15 Todos se dirigieron hasta la casa de Micaías, y saludaron al joven sacerdote. 16-17 Los seiscientos soldados de la tribu de Dan se quedaron a la puerta con el sacerdote, mientras que los cinco exploradores entraron en la casa y se llevaron las imágenes y la túnica. 18 Cuando el sacerdote se dio cuenta de sus intenciones, les preguntó:

—¿Qué están haciendo?

19 Ellos le contestaron:

—¡Cállate! ¡No digas nada! Ven con nosotros y serás nuestro consejero y sacerdote. Es mejor ser sacerdote de toda una tribu israelita, que de la familia de un solo hombre, ¿no te parece?

20 Esto le pareció bien al sacerdote, así que tomó la túnica y las imágenes, y se fue con los de Dan. 21 Al seguir su camino, pusieron al frente a los niños, el ganado y el equipaje. 22 Ya se habían alejado bastante cuando Micaías salió con sus vecinos a perseguirlos. 23 Cuando los de Dan oyeron los gritos, se dieron vuelta y le preguntaron a Micaías:

—¿Qué te pasa? ¿A qué vienen tantos gritos?

24 Micaías les contestó:

—¿Cómo se atreven a preguntarme qué me pasa? ¡Ustedes me han robado las imágenes que hice, se han llevado a mi sacerdote y me han dejado sin nada!

25 Entonces los de Dan le contestaron:

—¡Cuidado con lo que dices! ¡No nos levantes la voz! Algunos de nosotros podríamos perder la paciencia y atacarte, y morirías tú y tu familia.

26 Micaías se dio cuenta de que eran más fuertes que él, y se volvió a su casa. Los de Dan continuaron su camino.

27-28 Los de Dan se fueron a atacar a la ciudad de Lais, llevándose al sacerdote de Micaías y las imágenes que él había hecho. Lais estaba en el valle que pertenecía al pueblo de Bet-rehob, y allí la gente vivía tranquila y confiada, sin sospechar que iban a ser atacados. Sin embargo, los danitas los mataron a todos, y después incendiaron la ciudad. Y como los de Lais no tenían relaciones con nadie, y estaban lejos de su patria, nadie los ayudó. Después los danitas volvieron a edificar la ciudad y se quedaron a vivir allí, 29 aunque le cambiaron el nombre. En vez de Lais, le pusieron por nombre Dan, en honor de su antepasado, que fue hijo de Jacob. 30 Colocaron la imagen de madera y plata para adorarla, y nombraron sacerdote a Jonatán, que era descendiente de Guersón y de Moisés. Después los descendientes de Jonatán fueron sacerdotes de los danitas hasta los días del exilio.[a] 31 La imagen de Micaías estuvo allí todo el tiempo que el santuario de Dios permaneció en Siló.
Footnotes:

    Jueces 18:30 En este caso, el exilio se refiere probablemente al tiempo en que los israelitas fueron llevados prisioneros a Asiria, luego de ser derrotados por Tiglat-piléser III, rey de ese país.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Juan 3:1-21 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Jesús y Nicodemo

3 1-2 Una noche, un fariseo llamado Nicodemo, que era líder de los judíos, fue a visitar a Jesús y le dijo:

—Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, pues nadie podría hacer los milagros que tú haces si Dios no estuviera con él.

3 Jesús le dijo:

—Te aseguro que si una persona no nace de nuevo[a] no podrá ver el reino de Dios.

4 Nicodemo le preguntó:

—¿Cómo puede volver a nacer alguien que ya es viejo? ¿Acaso puede entrar otra vez en el vientre de su madre?

5 Jesús le respondió:

—Te aseguro que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Todos nacen de padres humanos; pero los hijos de Dios sólo nacen del Espíritu. 7 No te sorprendas si te digo que hay que nacer de nuevo. 8 El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así también sucede con todos los que nacen del Espíritu.

9 Nicodemo volvió a preguntarle:

—¿Cómo puede suceder esto?

10 Jesús le contestó:

—Tú eres un maestro famoso en Israel, y ¿no lo sabes? 11 Te aseguro que nosotros sabemos lo que decimos, porque lo hemos visto; pero ustedes no creen lo que les decimos. 12 Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me creerán si les hablo de las cosas del cielo? 13 Nadie ha subido al cielo, sino solamente el que bajó de allí, es decir, yo, el Hijo del hombre.

14 »Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, y del mismo modo yo, el Hijo del hombre, tengo que ser levantado en alto, 15 para que todo el que crea en mí tenga vida eterna.

16 »Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla.

18 »El que cree en mí, que soy el Hijo de Dios, no será condenado por Dios. Pero el que no cree ya ha sido condenado, precisamente por no haber creído en el Hijo único de Dios. 19 Y así es como Dios juzga: yo he venido al mundo, y soy la luz que brilla en la oscuridad, pero como la gente hacía lo malo prefirió más la oscuridad que la luz. 20 Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella, para que no se descubra lo que están haciendo. 21 Pero los que prefieren la verdad sí se acercan a la luz, pues quieren que los demás sepan que obedecen todos los mandamientos de Dios.
Footnotes:

    Juan 3:3 Nace de nuevo: La persona que desea salvarse debe obedecer a Dios y cambiar su manera de vivir; es como si esa persona volviera a nacer para vivir una vida diferente. Ese cambio de vida es posible gracias al poder del Espíritu Santo.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
Copyright © 2000 by United Bible Societies

Salmos 104:1-23 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Himno al Creador
SALMO 104 (103)

104 1-3 ¡Alabemos a nuestro Dios,
con todas nuestras fuerzas!
Dios mío,
tú eres un Dios grandioso,
cubierto de esplendor y majestad,
y envuelto en un manto de luz.
Extendiste los cielos como una cortina
y sobre las aguas del cielo
pusiste tu habitación.
Las nubes son tus carros de combate;
¡viajas sobre las alas del viento!
4
Los vientos son tus mensajeros;
los relámpagos están a tu servicio.
5
Afirmaste la tierra sobre sus bases,
y de allí jamás se moverá.
6
Cubriste la tierra
con el agua del mar;
¡cubriste por completo
la cumbre de los cerros!
7
Pero lo reprendiste,
y el mar se retiró;
al oír tu voz de trueno,
el mar se dio a la fuga.

8
Las aguas subieron a los cerros,
y bajaron a los valles,
hasta llegar al lugar
que les habías señalado.
9
Tú les pusiste límites
que jamás deben rebasar,
para que nunca más vuelvan
a inundar la tierra.

10
Dios mío,
tú dejas que los arroyos
corran entre los cerros,
y que llenen los ríos;
11
en sus aguas apagan su sed
las bestias del campo
y los burros salvajes;
12
en las ramas cercanas
las aves del cielo ponen su nido
y dejan oír su canto.

13
Dios mío,
tú, con tu lluvia,
riegas desde el cielo las montañas;
tu bondad satisface a la tierra.
14
Tú haces crecer la hierba
para que coma el ganado;
también haces crecer las plantas
para el bien de toda la gente:
15
el pan, que da fuerzas,
el vino, que da alegría,
y el perfume, que da belleza.

16
Los cedros del Líbano,
árboles que tú mismo plantaste,
tienen agua en abundancia.
17
En ellos anidan las aves;
en sus ramas habitan las cigüeñas.
18
En las montañas más altas
viven las cabras monteses,
y entre las rocas
se refugian los conejos.

19
Tú hiciste la luna
para medir los meses,
y le enseñaste al sol
a qué hora debe ocultarse.
20
En cuanto el sol se pone,
llega la oscuridad.
Es la hora en que rondan
todos los animales del bosque.
21
A esa hora rugen los leones,
y te reclaman su comida.
22
Pero en cuanto sale el sol
corren de nuevo a sus cuevas,
y allí se quedan dormidos.
23
Entonces nos levantamos
para hacer nuestro trabajo,
hasta que llega la noche.

Traducción en lenguaje actual (TLA)
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Proverbios 14:20-21 Traducción en lenguaje actual (TLA)

20
Si eres pobre,
ni tus amigos te buscan;
si eres rico,
todo el mundo es tu amigo.

21
No debes despreciar al amigo;
¡si eres bueno con los pobres,
Dios te bendecirá!

Traducción en lenguaje actual (TLA)
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