1 Samuel 10:1-11:15; Juan 6:43-71; Salmos 107; Proverbios 15:1-3 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))
1 Samuel 10-11 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
Saúl
ungido por Samuel
10
Entonces Samuel tomó el frasco de aceite, lo derramó sobre la cabeza de
Saúl[a], lo besó y le dijo: «¿No te ha ungido el Señor por príncipe sobre Su
heredad? 2 Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del
sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: “Las
asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Ahora tu padre ha dejado de
preocuparse por[b] las asnas y está angustiado por ustedes y dice: ‘¿Qué haré
en cuanto a mi hijo?’”. 3 De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la
encina[c] de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en
Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro
llevando un odre de vino; 4 ellos te saludarán y te darán dos tortas de pan,
las cuales recibirás[d] de sus manos.
5
»Después llegarás a la colina de Dios[e] donde está la guarnición de los
filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un
grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y
lira delante de ellos, y estarán profetizando. 6 Entonces el Espíritu del Señor
vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro
hombre. 7 Cuando estas señales te hayan sucedido, haz lo que la situación
requiera[f], porque Dios está contigo. 8 Descenderás delante de mí a Gilgal, y
también yo descenderé a donde estás para ofrecer holocaustos y sacrificar
ofrendas de paz. Esperarás siete días hasta que venga a verte y te muestre lo
que debes hacer».
9
Cuando Saúl volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el[g]
corazón, y todas aquellas señales le acontecieron aquel mismo día. 10 Cuando
Saúl y su criado llegaron allá a la colina[h], un grupo de profetas salió a su
encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó
entre ellos. 11 Cuando todos los que lo conocían de antes vieron que ahora
profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: «¿Qué le
ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?». 12 Un
hombre de allí respondió: «¿Y quién es el padre de ellos?». Por lo cual esto se
hizo proverbio: «¿Está Saúl también entre los profetas?». 13 Cuando acabó de
profetizar vino al lugar alto.
14
Y un tío de Saúl le preguntó a él y a su criado: «¿Adónde fueron?». Saúl
respondió: «A buscar las asnas. Cuando vimos que no aparecían, fuimos a ver a
Samuel». 15 El tío le dijo: «Te ruego que me cuentes qué les dijo Samuel». 16 Y
Saúl respondió a su tío: «Nos hizo saber claramente que las asnas habían sido
halladas». Pero Saúl no le contó acerca del asunto del reino que Samuel le
había mencionado.
17
Después Samuel convocó al pueblo delante del Señor en Mizpa; 18 y dijo a los
hijos de Israel: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de
Egipto, y los libré del poder[i] de los egipcios y del poder[j] de todos los
reinos que los oprimían”. 19 Pero ustedes han rechazado hoy a su Dios, que los
libra de todas sus calamidades y sus angustias, y han dicho: “No, sino[k] pon
un rey sobre nosotros”. Ahora pues, preséntense delante del Señor por sus
tribus y por sus familias[l]».
20
Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y fue escogida por
sorteo la tribu de Benjamín. 21 Entonces hizo que se acercara la tribu de
Benjamín por sus familias, y fue escogida la familia de Matri. Y Saúl, hijo de Cis,
fue escogido; pero cuando lo buscaron no lo pudieron hallar.
22
Volvieron, pues, a consultar al Señor: «¿Llegó ya el hombre aquí?». Y el Señor
respondió: «Sí, está escondido junto al equipaje». 23 Corrieron y lo trajeron
de allí. Cuando estuvo en medio del pueblo, de los hombros arriba sobrepasaba a
todos. 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: «¿Ven al que el Señor ha escogido? En
verdad que no hay otro como él entre todo el pueblo». Entonces todo el pueblo
gritó, y dijo: «¡Viva el rey!». 25 Entonces Samuel dio[m] al pueblo las
ordenanzas del reino, y las escribió en el libro, el cual puso delante del
Señor. Y despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa. 26 Saúl también
se fue a su casa en Guibeá, y con él fueron los valientes cuyos corazones Dios
había tocado. 27 Pero ciertos hombres indignos[n] dijeron: «¿Cómo puede este
salvarnos?». Y lo despreciaron y no le trajeron presente alguno. Pero él guardó
silencio.
Saúl
asume el reinado
11
Y subió Nahas el amonita y sitió a[o] Jabes de Galaad, y todos los hombres de
Jabes dijeron a Nahas: «Haz un pacto con nosotros y te serviremos». 2 Pero
Nahas el amonita les dijo: «Lo haré con esta condición: que a todos ustedes les
saque yo el ojo derecho; así haré que esto sea una afrenta sobre todo Israel».
3 Y los ancianos de Jabes le dijeron: «Danos[p] siete días para que enviemos
mensajeros por todo el territorio de Israel. Y si no hay quien nos libre, nos
entregaremos[q] a ti». 4 Entonces los mensajeros fueron a Guibeá de Saúl y
hablaron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó la voz y
lloró. 5 Y sucedió que Saúl regresaba[r] del campo detrás de los bueyes, y
dijo[s]: «¿Qué pasa con el pueblo que está llorando?». Entonces le contaron las
palabras de los mensajeros[t] de Jabes.
6
El Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl al escuchar estas palabras, y
Saúl se enojó grandemente[u]. 7 Tomando una yunta de bueyes, los cortó en
pedazos y los mandó por todo el territorio de Israel por medio[v] de
mensajeros, diciendo: «Así se hará a los bueyes del que no salga en pos de Saúl
y en pos de Samuel». Entonces el terror del Señor cayó sobre el pueblo, y
salieron como un solo hombre. 8 Y Saúl los contó[w] en Bezec, y los israelitas
eran 300,000 y los hombres de Judá 30,000.
9
Y dijeron a los mensajeros que habían venido: «Así dirán a los hombres de Jabes
de Galaad: “Mañana cuando caliente el sol serán librados[x]”». Entonces los
mensajeros fueron y lo anunciaron a los hombres de Jabes, y estos se
regocijaron. 10 Entonces los hombres de Jabes dijeron a Nahas: «Mañana
saldremos a ustedes y podrán hacernos lo que les parezca bien[y]». 11 A la
mañana siguiente, a la vigilia de la mañana (2 a 6 a.m.), Saúl dispuso al
pueblo en tres compañías; y entraron en medio del campamento, e hirieron a los
amonitas hasta que calentó el día. Los que quedaron fueron dispersados, no
quedando dos de ellos juntos.
12
Entonces el pueblo dijo a Samuel: «¿Quién es el que dijo: “¿Ha de reinar Saúl
sobre nosotros?”. Traigan a esos[z] hombres para que los matemos». 13 Pero Saúl
dijo: «A nadie se matará en este día, porque hoy el Señor ha hecho liberación
en Israel».
14
Entonces Samuel dijo al pueblo: «Vengan, vayamos a Gilgal y renovemos el reino
allí». 15 Así que todo el pueblo fue a Gilgal, y allí en Gilgal, hicieron rey a
Saúl delante del Señor. Allí también ofrecieron sacrificios de las ofrendas de
paz delante del Señor; y se regocijaron grandemente allí Saúl y todos los
hombres de Israel.
Footnotes:
1 Samuel 10:1 Lit. su cabeza.
1 Samuel 10:2 Lit. ha dejado los asuntos
de.
1 Samuel 10:3 O el terebinto.
1 Samuel 10:4 O aceptarás.
1 Samuel 10:5 Heb. Guibeat-haelohim.
1 Samuel 10:7 Lit. tu mano encuentre.
1 Samuel 10:9 Lit. cambió para él otro.
1 Samuel 10:10 Heb. Guibeat.
1 Samuel 10:18 Lit. de la mano.
1 Samuel 10:18 Lit. de la mano.
1 Samuel 10:19 Así en algunos mss. y versiones
antiguas; en el T.M., y le han dicho: Sino.
1 Samuel 10:19 Lit. por sus millares.
1 Samuel 10:25 Lit. habló.
1 Samuel 10:27 Lit. hijos de Belial.
1 Samuel 11:1 Lit. acampó contra.
1 Samuel 11:3 Lit. Déjanos solos por.
1 Samuel 11:3 Lit. saldremos.
1 Samuel 11:5 Lit. venía.
1 Samuel 11:5 Lit. Saúl dijo.
1 Samuel 11:5 Lit. hombres.
1 Samuel 11:6 Lit. y su ira ardió en
extremo.
1 Samuel 11:7 Lit. mano.
1 Samuel 11:8 Lit. alistó.
1 Samuel 11:9 O tendrán liberación.
1 Samuel 11:10 Lit. todo lo bueno ante sus
ojos.
1 Samuel 11:12 Lit. Den los.
Nueva
Biblia de las Américas (NBLA)
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Juan 6:43-71 Nueva Biblia de las Américas
(NBLA)
43
Jesús les dijo: «No murmuren entre sí. 44 Nadie puede venir a Mí si no lo
trae[a] el Padre que me envió, y Yo lo resucitaré en el día final. 45 Escrito
está en los profetas: “Y todos serán enseñados por Dios”. Todo el que ha oído y
aprendido del Padre, viene a Mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino
Aquel que viene[b] de Dios, Él ha visto al Padre. 47 En verdad les digo: el que
cree[c], tiene vida eterna.
48
»Yo soy el pan de la vida. 49 Los padres de ustedes comieron el maná en el
desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el
que coma de él, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si
alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo también daré por
la vida del mundo es Mi carne».
52
Los judíos, por tanto, discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo puede Este darnos a
comer Su carne?». 53 Entonces Jesús les dijo: «En verdad les digo, que si no
comen la carne del Hijo del Hombre y beben Su sangre, no tienen vida en ustedes.
54 El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré
en el día final. 55 Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es
verdadera bebida.
56
»El que come Mi carne y bebe Mi sangre, permanece en Mí y Yo en él. 57 Como el
Padre que vive me envió, y Yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él
también vivirá por Mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como el
que los[d] padres de ustedes comieron, y murieron; el que come este pan vivirá
para siempre».
59
Esto dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Capernaúm.
Reacción
de los discípulos
60
Por eso muchos de Sus discípulos, cuando oyeron esto, dijeron: «Dura es esta
declaración; ¿quién puede escucharla?». 61 Pero Jesús, consciente de que Sus
discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto los escandaliza[e]? 62 ¿Pues
qué si vieran al Hijo del Hombre ascender adonde estaba antes?
63
»El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que
Yo les he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de ustedes que
no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no
creían, y quién era el que lo iba a traicionar[f]. 65 También decía: «Por eso
les he dicho que nadie puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre».
66
Como resultado de esto muchos de Sus discípulos se apartaron y ya no andaban
con Él. 67 Entonces Jesús dijo a los doce discípulos: «¿Acaso también ustedes
quieren irse?». 68 Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el
Santo de Dios». 70 Jesús les respondió: «¿No los escogí Yo a ustedes, los doce,
y sin embargo uno de ustedes es un diablo?». 71 Él se refería a Judas, hijo de
Simón Iscariote, porque este, uno de los doce, lo iba a entregar[g].
Footnotes:
Juan 6:44 Lit. arrastra.
Juan 6:46 Lit. es.
Juan 6:47 Algunos mss. dicen: cree en mí.
Juan 6:58 Lit. los.
Juan 6:61 O los hace tropezar.
Juan 6:64 O entregar.
Juan 6:71 O tenía el propósito de
entregarle.
Nueva
Biblia de las Américas (NBLA)
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Salmos 107 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
LIBRO
QUINTO
Dios
libra de aflicciones
107
Den gracias al Señor, porque Él es bueno;
Porque
para siempre es Su misericordia.
2
Díganlo
los redimidos del Señor,
A
quienes ha redimido de la mano del adversario,
3
Y
los ha reunido de las tierras,
Del
oriente y del occidente,
Del
norte y del sur.
4
Vagaron
por el desierto, por lugar desolado,
No
hallaron camino a ciudad habitada;
5
Hambrientos
y sedientos,
Su
alma desfallecía en ellos.
6
Entonces
en su angustia clamaron al Señor,
Y
Él los libró de sus aflicciones;
7
Y
los guió por camino recto,
Para
que fueran a una ciudad habitada.
8
Den
gracias al Señor por Su misericordia
Y
por Sus maravillas para con los hijos de los hombres.
9
Porque
Él ha saciado al alma sedienta,
Y
ha llenado de bienes al alma hambrienta.
10
Moradores
de tinieblas y de sombra de muerte,
Prisioneros
en miseria y en cadenas,
11
Porque
fueron rebeldes a las palabras de Dios
Y
despreciaron el consejo del Altísimo;
12
Humilló
sus corazones con trabajos,
Tropezaron
y no hubo quien los socorriera.
13
Entonces
en su angustia clamaron al Señor
Y
Él los salvó de sus aflicciones;
14
Los
sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte
Y
rompió sus cadenas.
15
Den
gracias al Señor por Su misericordia
Y
por Sus maravillas para con los hijos de los hombres.
16
Porque
Él rompió las puertas de bronce
E
hizo pedazos las barras de hierro.
17
Por
causa de sus caminos rebeldes,
Y
por causa de sus iniquidades, los insensatos fueron afligidos.
18
Su
alma aborreció todo alimento,
Y
se acercaron hasta las puertas de la muerte.
19
Entonces
en su angustia clamaron al Señor
Y
Él los salvó de sus aflicciones.
20
Él
envió Su palabra y los sanó
Y
los libró de la muerte.
21
Que
ellos den gracias al Señor por Su misericordia
Y
por Sus maravillas para con los hijos de los hombres.
22
Ofrezcan
también sacrificios de acción de gracias
Y
hablen de Sus obras con cantos de júbilo.
23
Los
que descienden al mar en naves
Y
hacen negocio sobre las grandes aguas,
24
Han
visto las obras del Señor
Y
Sus maravillas en lo profundo.
25
Pues
Él habló, y levantó un viento tempestuoso
Que
encrespó las olas del mar.
26
Subieron
a los cielos, descendieron a las profundidades,
Sus
almas se consumían por el mal.
27
Temblaban
y se tambaleaban como ebrios,
Y
toda su pericia desapareció.
28
En
su angustia clamaron al Señor
Y
Él los sacó de sus aflicciones.
29
Cambió
la tempestad en suave brisa
Y
las olas del mar se calmaron.
30
Entonces
se alegraron, porque las olas se habían aquietado,
Y
Él los guió al puerto anhelado.
31
Que
den gracias al Señor por Su misericordia
Y
por Sus maravillas para con los hijos de los hombres.
32
Exáltenlo
también en la congregación del pueblo,
Y
alábenlo en la reunión de los ancianos.
33
Él
convierte los ríos en desierto
Y
los manantiales en secadales;
34
La
tierra fértil en salinas,
Por
la maldad de los que moran en ella.
35
Transforma
el desierto en estanque de aguas,
Y
la tierra seca en manantiales;
36
En
ella hace morar a los hambrientos,
Para
que establezcan una ciudad donde vivir,
37
Y
siembren campos, planten viñas,
Y
recojan una cosecha abundante.
38
Los
bendice también y se multiplican mucho,
Y
no disminuye su ganado.
39
Cuando
son disminuidos y abatidos
Por
la opresión, la calamidad y la aflicción,
40
Vierte
desprecio sobre los príncipes,
Y
los hace vagar por un lugar desolado sin camino.
41
Pero
al pobre lo levanta de la miseria y lo pone seguro en alto,
Y
multiplica sus familias como un rebaño.
42
Los
rectos lo ven y se alegran,
Pero
a toda iniquidad se le cierra la boca.
43
¿Quién
es sabio? Que preste atención a estas cosas,
Y
considere las bondades del Señor.
Nueva
Biblia de las Américas (NBLA)
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Proverbios 15:1-3 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
15
La suave respuesta aparta el furor,
Pero
la palabra hiriente hace subir la ira.
2
La
lengua del sabio hace grato[a] el conocimiento,
Pero
la boca de los necios habla[b] necedades.
3
En
todo lugar están los ojos del Señor,
Observando
a los malos y a los buenos.
Footnotes:
Proverbios 15:2 Lit. bueno.
Proverbios 15:2 Lit. emite.
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