1 Samuel 14:1-14:52; Juan 7:30-53; Salmos 109; Proverbios 15:5-7 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))
1 Samuel 14 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
Victoria
de Jonatán en Micmas
14
Y aconteció que un día Jonatán, hijo de Saúl, dijo al joven que llevaba su
armadura: «Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos que está al otro
lado». Pero no se lo hizo saber a su padre. 2 Saúl estaba situado en las
afueras de Guibeá, debajo del granado que está en Migrón, y la gente que estaba
con él eran unos 600 hombres; 3 y Ahías, hijo de Ahitob, hermano de Icabod,
hijo de Finees, hijo de Elí, el sacerdote del Señor en Silo, llevaba un efod.
El pueblo no sabía que Jonatán se había ido. 4 Y entre los desfiladeros por donde
Jonatán intentaba cruzar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco
puntiagudo por un lado, y un peñasco puntiagudo por el otro lado; el nombre de
uno era Boses y el nombre del otro Sene. 5 Uno de los peñascos se levantaba al
norte, frente a Micmas, y el otro al sur, frente a Geba.
6
Jonatán dijo al joven que llevaba su armadura: «Ven y pasemos a la guarnición
de estos incircuncisos; quizá el Señor obrará por nosotros, pues el Señor no
está limitado a salvar con muchos o con pocos». 7 Y su escudero le respondió:
«Haga todo lo que tenga en su corazón; vea[a], aquí estoy con usted a su
disposición[b]». 8 Entonces dijo Jonatán: «Mira, vamos a pasar hacia esos
hombres y nos mostraremos a ellos. 9 Si nos dicen[c]: “Esperen hasta que
lleguemos a ustedes”, entonces nos quedaremos en nuestro lugar y no subiremos a
ellos. 10 Pero si dicen: “Suban a nosotros”, entonces subiremos, porque el
Señor los ha entregado en nuestras manos; esta será la señal para nosotros».
11
Cuando ambos se mostraron a la guarnición de los filisteos, estos[d] dijeron:
«Miren, los hebreos salen de las cavernas donde se habían escondido». 12 Los
hombres de la guarnición saludaron[e] a Jonatán y a su escudero y dijeron:
«Suban a nosotros y les diremos algo». Y Jonatán dijo a su escudero: «Sube tras
mí, pues el Señor los ha entregado en manos de Israel». 13 Entonces Jonatán
trepó con manos y pies, y tras él su escudero; y los filisteos caían delante de
Jonatán, y tras él su escudero los remataba.
14
La primera matanza que hicieron Jonatán y su escudero fue de unos veinte
hombres en el espacio de media yugada (aprox. 15 metros cuadrados) de tierra.
15 Hubo estremecimiento en el campamento, en el campo y entre todo el pueblo.
Aun la guarnición y los de la avanzada se estremecieron, y la tierra tembló;
fue un gran temblor[f].
16
Los centinelas de Saúl que estaban en Guibeá de Benjamín vieron que la multitud
se dispersaba[g] e iban en todas direcciones. 17 Y Saúl dijo al pueblo que
estaba con él: «Pasen lista[h] ahora y vean quién ha salido de entre nosotros».
Cuando ellos pasaron lista[i], notaron que Jonatán y su escudero no estaban. 18
Entonces Saúl dijo a Ahías: «Trae el arca de Dios». Porque en ese tiempo el
arca de Dios estaba con[j] los israelitas.
19
Y sucedió que mientras Saúl hablaba con el sacerdote, el alboroto en el
campamento de los filisteos continuaba y aumentaba. Entonces Saúl dijo al
sacerdote: «Retira tu mano». 20 Y Saúl y todo el pueblo que estaba con él se
agruparon y fueron a la batalla, y vieron que la espada de cada filisteo se
volvía contra su compañero, y había gran confusión.
21
Entonces los hebreos que de antes estaban con los filisteos y que habían subido
con ellos de los alrededores al campamento, aun ellos también se unieron con
los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. 22 Cuando todos los hombres de
Israel que se habían escondido en la región montañosa de Efraín oyeron que los
filisteos habían huido, ellos también los persiguieron muy de cerca en la
batalla. 23 Así libró el Señor a Israel en aquel día. La batalla se extendió
más allá de[k] Bet Avén.
24
Pero los hombres de Israel estaban en gran aprieto aquel día, porque Saúl había
puesto al pueblo bajo juramento, diciendo: «Maldito sea el hombre que tome
alimento antes del[l] anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos». Y
nadie del pueblo probó alimento. 25 Y todo el pueblo de la tierra entró en el
bosque, y había miel en el suelo. 26 Y al entrar el pueblo en el bosque, vieron
que la miel destilaba, pero nadie se llevó la mano a la boca, porque el pueblo
temía el juramento. 27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre puso al
pueblo bajo juramento; por lo cual extendió la punta de la vara que llevaba en
su mano, la metió en un panal de miel y se llevó la mano a la boca, y brillaron
sus ojos.
28
Entonces uno del pueblo le dijo[m]: «Tu padre puso bajo estricto juramento al
pueblo y dijo: “Maldito sea el hombre que tome alimento hoy”». Y el pueblo
estaba desfallecido. 29 Entonces Jonatán dijo: «Mi padre ha traído dificultades
a esta[n] tierra. Vean ahora cómo brillan mis ojos porque probé un poco de esta
miel. 30 Cómo sería, si el pueblo hubiera comido hoy libremente del despojo que
encontraron de sus enemigos. Pues hasta ahora la matanza entre los filisteos no
ha sido grande».
31
Aquel día, después de herir a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón, el
pueblo estaba muy cansado. 32 Entonces el pueblo se lanzó sobre el[o] despojo,
y tomó ovejas, bueyes y becerros y los mataron en el suelo; y el pueblo los
comió con la sangre. 33 Y avisaron a Saúl: «Ven, porque el pueblo está pecando
contra el Señor, comiendo carne con la sangre». Y él dijo: «Han obrado
pérfidamente. Tráiganme[p] una piedra grande inmediatamente».
34
Y Saúl añadió: «Dispérsense entre el pueblo, y díganles: “Tráigame cada uno de
ustedes su buey o su oveja; mátenlos aquí y coman, pero no pequen contra el
Señor comiendo carne con sangre”». Y aquella noche todo el pueblo trajo cada
cual su buey consigo[q], y los mataron allí. 35 Y edificó Saúl un altar al
Señor; este fue el primer altar que él edificó al Señor.
36
Entonces Saúl dijo: «Descendamos contra[r] los filisteos de noche, tomemos
despojo de entre ellos hasta el amanecer, y no dejemos ni uno de ellos». Y
ellos dijeron: «Haz lo que te parezca bien[s]». Entonces el sacerdote dijo: «Acerquémonos
a Dios aquí». 37 Y consultó Saúl a Dios: «¿Descenderé contra[t] los filisteos?
¿Los entregarás en manos de Israel?». Pero Él no le contestó en aquel día.
38
Y Saúl dijo: «Acérquense aquí todos ustedes, jefes[u] del pueblo, y averigüen y
vean cómo este pecado ha acontecido hoy. 39 Porque vive el Señor que libra a
Israel, que aunque la culpa esté en mi hijo Jonatán, ciertamente morirá». Pero
nadie, en todo el pueblo, le respondió.
40
Entonces dijo a todo Israel: «Ustedes estarán a un lado, y yo y mi hijo Jonatán
estaremos al otro lado». Y el pueblo dijo a Saúl: «Haz lo que bien te
parezca[v]». 41 Saúl entonces dijo al Señor, Dios de Israel: «Da suerte
perfecta». Y fueron señalados[w] Jonatán y Saúl, pero el pueblo quedó libre[x].
42 Y Saúl dijo: «Echen suertes entre mí y Jonatán mi hijo». Y Jonatán fue
señalado[y].
43
Dijo, pues, Saúl a Jonatán: «Cuéntame lo que has hecho». Y Jonatán le
respondió: «En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que tenía
en la mano. Aquí estoy, debo morir». 44 Y dijo Saúl: «Que Dios me haga esto[z],
y aun más, pues ciertamente morirás, Jonatán». 45 Pero el pueblo dijo a Saúl:
«¿Debe morir Jonatán, el que ha obtenido[aa] esta gran liberación en Israel? No
sea así. Vive el Señor que ni un cabello de su cabeza caerá a tierra, porque él
ha obrado con Dios en este día». Así el pueblo rescató[ab] a Jonatán, y no
murió. 46 Luego Saúl subió, dejando de perseguir a[ac] los filisteos, y los
filisteos se fueron a su tierra[ad].
47
Cuando Saúl asumió el reinado sobre Israel, luchó contra todos sus enemigos en
derredor: contra Moab, contra los amonitas, contra Edom, contra los reyes de
Soba y contra los filisteos; adondequiera que se volvía, resultaba
vencedor[ae]. 48 Obró con valentía derrotando[af] a los amalecitas, y libró a
Israel de manos de los que lo saqueaban.
49
Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi[ag] y Malquisúa. Y estos eran los
nombres de sus dos hijas: el nombre de la mayor, Merab, y el nombre de la
menor, Mical. 50 El nombre de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas. Y
el nombre del jefe de su ejército era Abner, hijo de Ner, tío de Saúl. 51 Cis,
padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos[ah] de Abiel.
52
La guerra contra los filisteos fue encarnizada todos los días de Saúl. Cuando
Saúl veía algún hombre fuerte o valiente, lo unía a su servicio[ai].
Footnotes:
1 Samuel 14:7 Lit. vuélvete.
1 Samuel 14:7 Lit. según tu corazón.
1 Samuel 14:9 Lit. dicen así.
1 Samuel 14:11 Lit. los filisteos.
1 Samuel 14:12 Lit. respondieron.
1 Samuel 14:15 Lit. un temblor de Dios.
1 Samuel 14:16 Lit. se disolvía.
1 Samuel 14:17 Lit. Alisten.
1 Samuel 14:17 Lit. alistaron.
1 Samuel 14:18 Lit. y.
1 Samuel 14:23 Lit. pasó sobre.
1 Samuel 14:24 Lit. hasta el.
1 Samuel 14:28 Lit. respondió.
1 Samuel 14:29 Lit. la.
1 Samuel 14:32 Lit. hizo con respecto al.
1 Samuel 14:33 Lit. Ruédenme.
1 Samuel 14:34 Lit. en su mano.
1 Samuel 14:36 Lit. tras.
1 Samuel 14:36 Lit. todo lo bueno ante tus
ojos.
1 Samuel 14:37 Lit. tras.
1 Samuel 14:38 Lit. esquinas.
1 Samuel 14:40 Lit. lo bueno ante tus ojos.
1 Samuel 14:41 Lit. tomados.
1 Samuel 14:41 Lit. escapó.
1 Samuel 14:42 Lit. tomado.
1 Samuel 14:44 Lit. así.
1 Samuel 14:45 Lit. obrado.
1 Samuel 14:45 Lit. redimió.
1 Samuel 14:46 Lit. de ir tras.
1 Samuel 14:46 Lit. lugar.
1 Samuel 14:47 Lit. imponía condenas.
1 Samuel 14:48 Lit. hiriendo.
1 Samuel 14:49 En 1Crón. 8:33, Abinadab.
1 Samuel 14:51 En heb. hijo.
1 Samuel 14:52 Lit. lo reunía a sí mismo.
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Juan 7:30-53 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
30
Procuraban, pues, prender a Jesús; pero nadie le echó mano porque todavía no
había llegado Su hora. 31 Pero muchos de la multitud creyeron en Él, y decían:
«Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales[a] que las que Este ha
hecho?».
32
Los fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de Él. Entonces
los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para que lo
prendieran. 33 Pero Jesús dijo: «Por un poco más de tiempo estoy con ustedes;
después voy a Aquel que me envió. 34 Me buscarán y no me hallarán; y donde Yo
esté, ustedes no pueden ir».
35
Decían entonces los judíos entre sí: «¿Adónde piensa irse Este que no lo
podamos encontrar? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los
griegos y enseñar a los griegos? 36 ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: “Me
buscarán y no me hallarán; y donde Yo esté, ustedes no podrán ir”?».
La
gran invitación
37
En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en
alta voz: «Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba[b]. 38 El que cree en Mí,
como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser[c] brotarán ríos de
agua viva”». 39 Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en
Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía[d], pues
Jesús aún no había sido glorificado.
40
Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían:
«Verdaderamente Este es el Profeta». 41 Otros decían: «Este es el Cristo[e]».
Pero otros decían: «¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea? 42 ¿No ha dicho la
Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea
de donde era David?». 43 Así que surgió una división entre la multitud por
causa de Él. 44 Y algunos de ellos querían prender a Jesús, pero nadie le echó
mano.
Los
guardias confundidos
45
Entonces los guardias vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y estos
les dijeron: «¿Por qué no lo trajeron?». 46 Los guardias respondieron: «¡Jamás
hombre alguno ha hablado como este hombre habla!».
47
Entonces los fariseos les contestaron: «¿Es que también ustedes se han dejado
engañar? 48 ¿Acaso ha creído en Él alguien de los gobernantes o de los
fariseos? 49 Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es».
50
Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo*:
51 «¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo
que hace?». 52 Ellos le respondieron: «¿Es que tú también eres de Galilea?
Investiga, y verás que ningún profeta sale de Galilea». 53 [f]Y cada uno se fue
a su casa.
Footnotes:
Juan 7:31 O milagros.
Juan 7:37 I.e. que siga viniendo a mí y que
siga bebiendo.
Juan 7:38 Lit. de su vientre.
Juan 7:39 Otros mss. dicen: porque todavía
no se había dado el Espíritu Santo.
Juan 7:41 I.e. el Mesías.
Juan 7:53 Los vers. de 7:53 a 8:11, no
aparecen en los mss. más antiguos.
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Salmos 109 Nueva Biblia de las
Américas (NBLA)
Oración
pidiendo venganza
Para
el director del coro. Salmo de David.
109
Oh Dios de mi alabanza,
No
calles.
2
Porque
contra mí han abierto su boca impía y engañosa;
Con
lengua mentirosa han hablado contra mí.
3
Me
han rodeado también con palabras de odio,
Y
sin causa han luchado contra mí.
4
En
pago de mi amor, obran como mis acusadores,
Pero
yo oro.
5
Así
me han pagado mal por bien,
Y
odio por mi amor.
6
Pon
a un impío sobre él,
Y
que un acusador[a] esté a su diestra.
7
Cuando
sea juzgado, salga culpable,
Y
su oración se convierta en pecado.
8
Sean
pocos sus días,
Y
que otro tome su cargo.
9
Sean
huérfanos sus hijos,
Y
viuda su mujer.
10
Vaguen
errantes sus hijos, y mendiguen,
Y
busquen el sustento lejos de sus hogares en ruinas.
11
Que
el acreedor se apodere de todo lo que tiene,
Y
extraños saqueen el fruto de su trabajo.
12
Que
no haya quien le extienda misericordia,
Ni
haya quien se apiade de sus huérfanos.
13
Sea
exterminada su posteridad,
Su
nombre sea borrado en la siguiente generación.
14
Sea
recordada ante el Señor la iniquidad de sus padres,
Y
no sea borrado el pecado de su madre.
15
Estén
continuamente delante del Señor,
Para
que Él corte de la tierra su memoria;
16
Porque
él no se acordó de mostrar misericordia,
Sino
que persiguió al afligido, al necesitado
Y
al de corazón decaído para matarlos.
17
También
amaba la maldición, y esta vino sobre él;
No
se deleitó en la bendición, y ella se alejó de él.
18
Se
vistió de maldición como si fuera su manto,
Y
entró como agua en su cuerpo
Y
como aceite en sus huesos.
19
Séale
como vestidura con que se cubra,
Y
por cinto con que se ciña siempre.
20
Sea
esta la paga del Señor para mis acusadores,
Y
para los que hablan mal contra mi alma.
21
Pero
Tú, oh Dios, Señor, por amor de Tu nombre hazme bien;
Líbrame,
pues es buena Tu misericordia;
22
Porque
afligido y necesitado estoy,
Y
mi corazón está herido dentro de mí.
23
Voy
pasando como sombra que se alarga;
Soy
sacudido como la langosta.
24
Mis
rodillas están débiles por el ayuno,
Y
mi carne sin gordura ha enflaquecido.
25
Me
he convertido también en objeto de oprobio para ellos;
Cuando
me ven, menean la cabeza.
26
Ayúdame,
Señor, Dios mío,
Sálvame
conforme a Tu misericordia;
27
Y
que sepan que esta es Tu mano,
Que
Tú, Señor, lo has hecho.
28
Maldigan
ellos, pero Tú bendice;
Cuando
se levanten, serán avergonzados,
Pero
Tu siervo se alegrará.
29
Sean
vestidos de oprobio mis acusadores,
Y
cúbranse con su propia vergüenza como con un manto.
30
Con
mi boca daré abundantes gracias al Señor,
Y
en medio de la multitud lo alabaré.
31
Porque
Él está a la diestra del pobre,
Para
salvarlo de los que juzgan su alma.
Footnotes:
Salmos 109:6 O adversario, heb. Satán.
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Proverbios 15:5-7 Nueva Biblia de las
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5
El
necio rechaza[a] la disciplina[b] de su padre,
Pero
es prudente el que acepta la reprensión.
6
En
la casa del justo hay mucha riqueza,
Pero
en las ganancias del impío hay turbación.
7
Los
labios de los sabios esparcen conocimiento,
Pero
no así el corazón de los necios.
Footnotes:
Proverbios 15:5 O desprecia.
Proverbios 15:5 O instrucción.
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