Saturday, May 9, 2020

DAB Español, Domingo 10 de Mayo

Día 131, DAB Español, Domingo 10 de Mayo

1 Samuel 8:1-9:27; Juan 6:22-42; Salmos 106:32-48; Proverbios 14:34-35 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))







1 Samuel 8-9 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

El pueblo pide rey

8 Cuando Samuel ya era viejo, puso a sus hijos como jueces sobre Israel. 2 El nombre de su primogénito era Joel, y el nombre del segundo, Abías; estos juzgaban en Beerseba. 3 Pero sus hijos no anduvieron en los caminos de su padre, sino que se desviaron tras ganancias deshonestas, aceptaron sobornos y pervirtieron el derecho.

4 Entonces se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a Samuel en Ramá, 5 y le dijeron: «Mira, has envejecido y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues, danos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones». 6 Pero[a] fue desagradable[b] a los ojos de Samuel que dijeran: «Danos un rey que nos juzgue». Y Samuel oró al Señor.

7 Y el Señor dijo a Samuel: «Escucha la voz del pueblo en cuanto a todo lo que te digan, pues no te han desechado a ti, sino que me han desechado a Mí para que Yo no sea rey sobre ellos. 8 Así como todas las obras que han hecho desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy, abandonándome y sirviendo a otros dioses, así lo están haciendo contigo también. 9 Ahora pues, oye su voz. Sin embargo, les advertirás[c] solemnemente y les harás saber el proceder[d] del rey que reinará sobre ellos».

10 Entonces Samuel habló todas las palabras del Señor al pueblo que le había pedido rey. 11 Y dijo: «Así será el proceder del rey que reinará sobre ustedes: tomará a sus hijos, los pondrá a su servicio en sus carros y entre su gente de a caballo, y correrán delante de sus carros reales. 12 El rey nombrará para su servicio jefes de mil y de cincuenta, y a otros para labrar sus campos y recoger sus cosechas, y hacer sus armas de guerra y pertrechos para sus carros. 13 También tomará a sus hijas para perfumistas, cocineras y panaderas.

14 »Les tomará lo mejor de sus campos, de sus viñedos y de sus olivares y se los dará a sus siervos. 15 De su grano y de sus viñas tomará el diezmo, para darlo a sus oficiales y a sus siervos. 16 Les tomará también sus siervos y sus siervas, sus mejores jóvenes y sus asnos, y los usará[e] para su servicio. 17 De sus rebaños tomará el diezmo, y ustedes mismos vendrán a ser sus siervos. 18 Ese día clamarán por causa de su rey a quien escogieron para ustedes, pero el Señor no les responderá en ese día».

19 No obstante, el pueblo rehusó oír la voz de Samuel, y dijeron: «No, sino que habrá rey sobre nosotros, 20 a fin de que seamos como todas las naciones, para que nuestro rey nos juzgue, salga delante de nosotros y dirija[f] nuestras batallas». 21 Después que Samuel escuchó todas las palabras del pueblo, las repitió a oídos del Señor. 22 Y el Señor dijo a Samuel: «Escúchalos y nómbrales un rey[g]». Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: «Váyase cada uno a su ciudad».
Saúl y Samuel

9 Había un hombre de Benjamín que se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita, un hombre poderoso e influyente[h]. 2 Tenía un hijo que se llamaba Saúl, joven y bien parecido. No había nadie más bien parecido que él entre los israelitas; de los hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo. 3 Las asnas de Cis, padre de Saúl, se habían perdido, por lo cual Cis dijo a su hijo Saúl: «Toma ahora contigo uno de los criados, levántate, y ve en busca de las asnas». 4 Saúl pasó por la región montañosa de Efraín y recorrió la tierra de Salisa, pero no las hallaron. Luego pasaron por la tierra de Saalim, pero no estaban allí. Después atravesaron la tierra de los benjamitas, pero tampoco las encontraron.

5 Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Saúl dijo al criado que estaba con él: «Ven, regresemos, no sea que mi padre deje de preocuparse por las asnas y se angustie por nosotros». 6 El criado le respondió: «Mira, en esta ciudad hay un hombre de Dios, el cual[i] es tenido en alta estima; todo lo que él dice se cumple sin falta. Vayamos ahora, quizá pueda orientarnos[j] acerca de la jornada que hemos emprendido». 7 Entonces Saúl dijo a su criado: «Pero, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?». 8 Y el criado volvió a responder a Saúl: «Aquí tengo la cuarta parte de un siclo (unos 3 gramos) de plata; se lo daré al hombre de Dios, y él nos indicará[k] nuestro camino». 9 (Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: «Vengan, vamos al vidente»; porque al que hoy se le llama profeta, antes se le llamaba vidente). 10 Entonces Saúl dijo a su criado: «Bien dicho; anda, vamos». Y fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.

11 Según subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua y les preguntaron: «¿Está aquí el vidente?». 12 Y ellas les respondieron: «Sí[l], él va delante de ustedes. Apresúrense ahora, pues ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto. 13 Cuando entren en la ciudad lo encontrarán antes que suba al lugar alto a comer, pues el pueblo no comerá hasta que él llegue, porque él tiene que bendecir el sacrificio; después comerán los convidados. Suban ahora, que lo encontrarán enseguida». 14 Ellos, pues, subieron a la ciudad. Cuando entraban a la ciudad, Samuel salía hacia ellos para subir al lugar alto.

15 Ahora bien, un día antes de la llegada de Saúl, el Señor había revelado esto a[m] Samuel: 16 «Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, lo ungirás para que sea príncipe sobre Mi pueblo Israel, y él librará a Mi pueblo del dominio de los filisteos. Porque Yo he visto la aflicción de Mi pueblo, pues su clamor ha llegado hasta Mí». 17 Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo[n]: «Este es el hombre de quien te hablé. Él gobernará a Mi pueblo».

18 Entonces Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y le dijo: «Le ruego que me enseñe dónde está la casa del vidente». 19 Respondió Samuel a Saúl: «Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, pues hoy comerás conmigo, y por la mañana te dejaré ir y te declararé todo lo que está en tu corazón. 20 En cuanto a tus asnas que se perdieron hace tres días, no te preocupes por[o] ellas pues han sido halladas. Y ¿para quién es todo lo deseable en Israel? ¿No es para ti y para toda la casa de tu padre?». 21 Saúl respondió: «¿No soy yo benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel, y no es mi familia la menos importante de todas las familias de la tribu[p] de Benjamín? ¿Por qué, pues, me habla de esta manera?».

22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les dio un lugar a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta hombres. 23 Y Samuel dijo al cocinero: «Trae[q] la porción que te di, de la cual te dije: “Ponla aparte[r]”». 24 Entonces el cocinero alzó el pernil con lo que estaba en él y lo colocó delante de Saúl. Y Samuel dijo: «Esto es lo que estaba reservado. Ponlo delante de ti y come, porque ha sido guardado para ti hasta el momento señalado, ya que dije: He invitado al pueblo». Y Saúl comió con Samuel aquel día.

25 Cuando descendieron del lugar alto a la ciudad, Samuel habló con Saúl en el terrado[s]. 26 Se levantaron temprano, y al romper el alba Samuel llamó a Saúl en el terrado y le dijo: «Levántate, para que yo te despida». Saúl se levantó, y ambos, Saúl[t] y Samuel, salieron a la calle. 27 Mientras descendían a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: «Dile al criado que pase delante de nosotros y siga, pero tú quédate para que yo te declare la palabra de Dios».

Footnotes:

    1 Samuel 8:6 Lit. Y la palabra.
    1 Samuel 8:6 O malo.
    1 Samuel 8:9 Lit. testificarás.
    1 Samuel 8:9 Lit. la costumbre.
    1 Samuel 8:16 Lit. hará.
    1 Samuel 8:20 Lit. pelee.
    1 Samuel 8:22 Lit. haz que un rey reine para ellos.
    1 Samuel 9:1 O valiente.
    1 Samuel 9:6 Lit. y el hombre.
    1 Samuel 9:6 Lit. decirnos.
    1 Samuel 9:8 O dirá.
    1 Samuel 9:12 Lit. Está.
    1 Samuel 9:15 Lit. había destapado el oído de.
    1 Samuel 9:17 Lit. respondió.
    1 Samuel 9:20 Lit. no pongas tu corazón en.
    1 Samuel 9:21 Así en algunas versiones antiguas; en heb. las tribus.
    1 Samuel 9:23 Lit. Da.
    1 Samuel 9:23 Lit. contigo.
    1 Samuel 9:25 La versión gr. dice: a la ciudad; y tendieron una cama para Saúl en el terrado, y él durmió.
    1 Samuel 9:26 Lit. él.

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Juan 6:22-42 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

Jesús, el pan de la vida

22 Al día siguiente, la multitud que había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de[a] que allí no había[b] más que una barca, y que Jesús no había entrado en ella[c] con Sus discípulos, sino que Sus discípulos se habían ido solos. 23 Vinieron otras barcas de Tiberias cerca del lugar donde habían comido el pan después de que el Señor había dado gracias. 24 Por tanto, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco Sus discípulos, subieron a las barcas y se fueron a Capernaúm buscando a Jesús. 25 Cuando lo hallaron al otro lado del mar, le dijeron: «Rabí[d], ¿cuándo llegaste acá?».

26 Jesús les respondió: «En verdad les digo, que me buscan, no porque hayan visto señales[e], sino porque han comido de los panes y se han saciado. 27 Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará, porque a Él es a quien el Padre, Dios, ha marcado con Su sello».

28 Entonces le preguntaron: «¿Qué debemos hacer[f] para poner en práctica las obras de Dios?». 29 Jesús les respondió: «Esta es la obra de Dios: que crean en el que Él ha enviado».

30 Le dijeron entonces: «¿Qué, pues, haces Tú como señal[g] para que veamos y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo”». 32 Entonces Jesús les dijo: «En verdad les digo, que no es Moisés el que les ha dado el pan del cielo, sino que es Mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es el[h] que baja del cielo, y da vida al mundo». 34 «Señor, danos siempre este pan», le dijeron.

35 Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed. 36 Pero ya les dije que aunque me han visto, no creen. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí; y al que viene a Mí, de ningún modo lo echaré fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer Mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado Yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. 40 Porque esta es la voluntad de Mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y Yo mismo lo resucitaré en el día final».
Murmuración de los judíos

41 Por eso los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo». 42 Y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: “Yo he descendido del cielo”?».

Footnotes:

    Juan 6:22 Lit. vio.
    Juan 6:22 O había habido.
    Juan 6:22 Lit. en la barca.
    Juan 6:25 O Maestro.
    Juan 6:26 O milagros.
    Juan 6:28 Lit. ¿Qué haremos.
    Juan 6:30 O milagro.
    Juan 6:33 O aquel.

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Salmos 106:32-48 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

32
También hicieron que Él se enojara en las aguas de Meriba,
Y le fue mal a Moisés por culpa de ellos,
33
Puesto que fueron rebeldes contra Su Espíritu,
Y él habló precipitadamente con sus labios.

34
No destruyeron a los pueblos,
Como el Señor les había mandado,
35
Sino que se mezclaron con las naciones,
Aprendieron sus costumbres,
36
Y sirvieron a sus ídolos
Que se convirtieron en lazo para ellos.
37
Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios,
38
Y derramaron sangre inocente,
La sangre de sus hijos y de sus hijas,
A quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán,
Y la tierra fue contaminada con sangre.
39
Así se contaminaron en sus costumbres,
Y fueron infieles en sus hechos.

40
Entonces se encendió la ira del Señor contra Su pueblo,
Y Él aborreció Su heredad.
41
Los entregó en mano de las naciones,
Y los que los aborrecían se enseñorearon sobre ellos.
42
Sus enemigos también los oprimieron,
Y fueron subyugados bajo su poder.
43
Muchas veces los libró;
Pero ellos fueron rebeldes en sus propósitos,
Y se hundieron en su iniquidad.

44
Sin embargo, Él vio su angustia
Al escuchar su clamor,
45
Y se acordó de Su pacto por amor a ellos,
Y se arrepintió conforme a la grandeza de Su misericordia.
46
Los hizo también objeto de compasión
En presencia de todos los que los tenían cautivos.

47
Sálvanos, oh Señor, Dios nuestro,
Y reúnenos de entre las naciones,
Para dar gracias a Tu santo nombre,
Y para gloriarnos en Tu alabanza.
48
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
Desde la eternidad y hasta la eternidad.
Y todo el pueblo diga: «Amén».
¡Aleluya!

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Proverbios 14:34-35 Nueva Biblia de las Américas (NBLA)

34
La justicia engrandece a la nación,
Pero el pecado es afrenta para los pueblos.
35
El favor del rey es para el siervo que obra sabiamente,
Pero su enojo es contra el que obra vergonzosamente.

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